Aliados de Hezbollah en Líbano deben “elegir entre balas o papeletas”

 

La advertencia, del Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Cercano Oriente, David Schenker, se produjo poco después de que el Tesoro de los Estados Unidos pusiera en la lista negra al ex ministro de finanzas libanés Ali Hassan Khalil y al ex ministro de transporte, Youssef Fenianos.

Se les acusa de prestar apoyo material y de conceder favores políticos y económicos a Hezbollah, respaldada por Irán, que los Estados Unidos consideran una organización terrorista.

“Los aliados políticos de Hezbollah deben saber que se les exigirá responsabilidades por cualquier habilitación de sus actividades terroristas e ilícitas”, señaló Schenker después de una gira por Medio Oriente que incluyó visitas a Kuwait, Qatar y Líbano,

Durante su parada de dos días en Líbano, eligió solo reunirse con los manifestantes de la oposición, en señal de la exasperación de Washington con la clase política del país.

Su visita se produjo un mes después de la devastadora explosión en el puerto de Beirut que dañó gran parte de la ciudad, en un momento en que la gente ya se estaba tambaleando por una prolongada crisis política, un colapso económico y la pandemia del coronavirus.

Schenker reafirmó el compromiso de su país de ayudar al pueblo libanés a recuperarse del desastre del 4 de agosto, en el que murieron más de 200 personas.

Añadió que los Estados Unidos apoyan “sus legítimos llamados a favor de la reforma económica e institucional, la transparencia, la rendición de cuentas y el fin de la corrupción endémica que ha sofocado el tremendo potencial del Líbano”.

El mes próximo se cumple el primer aniversario de las manifestaciones públicas que comenzaron cuando cientos de miles de personas en Líbano salieron a las calles para protestar contra el empeoramiento de los problemas económicos y sociales causados por estas cuestiones.

“El pueblo libanés dejó claro su deseo de un cambio significativo y de que su gobierno y sus líderes políticos trazaran una nueva dirección dedicada a la reforma y al fin de la corrupción, para ayudar a Líbano a salir de esta crisis actual”, manifestó Schenker.

Prometió que Washington mantendrá su presión sobre Hezbollah, sus partidarios y “otros actores corruptos” por obstruir las “aspiraciones del pueblo libanés a la oportunidad económica, la responsabilidad y la transparencia”.

Añadió: “Es hora de una política diferente en Líbano”.

Schenker también destacó la diferencia de opinión entre los Estados Unidos y Francia sobre Hezbollah, que París considera como dos entidades separadas: un partido político y un ala militar.

El presidente francés Emmanuel Macron se reunió con varios líderes políticos libaneses, incluyendo el diputado de Hezbollah, Mohammad Raad, durante su visita a Beirut la semana pasada.

“En las democracias hay que elegir entre las balas y las papeletas”, indicó Schenker. “No puedes tener ambas. Los partidos políticos no tienen milicias”.

Sin embargo, añadió que los Estados Unidos y Francia están de acuerdo en que las reformas políticas y económicas son un requisito previo para el desbloqueo de la asistencia financiera internacional a Líbano.

En el contexto regional más amplio, Schenker también reiteró el deseo de Washington de que se resuelva la ruptura del Golfo. La unidad entre las naciones del Golfo es un importante paso adelante en los esfuerzos para contrarrestar “la influencia maligna de Irán en la región”, continuó.

Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto rompieron sus relaciones diplomáticas con Qatar en junio de 2017 por las conexiones de Doha con Irán y su supuesto apoyo al terrorismo.

La “disputa solo sirve a los intereses de nuestros adversarios y perjudica nuestros intereses mutuos”, añadió Schenker.

También destacó el frente unido que mostraron los seis miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Kuwait, Omán y Qatar, el mes pasado, cuando pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU que ampliara el embargo internacional de armas a Irán, como un paso poderoso que mostró “la fuerza colectiva de un Golfo unido que se necesita para avanzar en una mayor paz y seguridad”.

Reconoció que hay “desacuerdos de larga data y profundamente arraigados” dentro del CCG, pero dijo que los esfuerzos de los Estados Unidos para ayudar a resolver las controversias continuarán “y tenemos la esperanza de que finalmente llegaremos a una solución al respecto”.

Schenker también señaló que el reciente Acuerdo Abraham, el acuerdo entre Israel y los EAU para normalizar las relaciones, ha tenido un efecto significativo en sus discusiones con los socios del Golfo. Añadió que espera que otros países sigan el ejemplo de los EAU y se esfuercen por establecer relaciones formales con Israel.

“El acuerdo (Emiratos Árabes Unidos-Israel) proporciona la base para los avances hacia la paz regional, y pone a la región en un camino verdaderamente transformador”, añadió.

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