En las últimas semanas las escaladas entre Turquía y Grecia fueron en aumento. La razón de dicho conflicto surgió a partir de la explotación de hidrocarburos por parte de Ankara en territorio que Atenas reclama como propio. Pero esta no es la primera vez que ambos países chocan.
El Imperio Bizantino y el Imperio Otomano fueron, son y seguramente serán enemigos. La carrera por ejercer una mayor influencia en el territorio que los rodea ha generado innumerables conflictos a lo largo del tiempo.
La política exterior de Grecia en los siglos XIX y XX fue caracterizada por “La Magali Idea” o Gran Idea, una aspiración megalomaníaca que buscaba unir a todos los Estados que componían el mundo helénico en un solo país con capital en Constantinopla. Ese nacionalismo va a desencadenar una carrera por someter a los vecinos empezando con la Guerra de la Independencia en 1820. En la búsqueda de ese sueño, el principal opositor y mayor resistente fue el Imperio Otomano y luego, Turquía.
El siglo pasado empezó con una derrota griega por el dominio de Creta, pero Grecia obtendrá su revancha en las Guerras de los Balcanes. Unos años más tarde, Grecia se une a la Primera Guerra Mundial con la Triple Entente contra el Imperio Otomano y aprovechó el desmoronamiento del enfermo de Europa para apoderarse de importantes territorios. Como retaliación, los turcos usaron movimientos paramilitares motivados por Mustafá Kemal Atatürk para el genocidio de los griegos pónticos: se persiguió, expulsó y masacró a todo aquel habitante griego que se encontrara en la zona de Anatolia. Y el Gobierno griego actuó de igual forma en su región de Esmirna. Esto culminó con la Guerra Greco-Turca entre 1919–1922 en donde Grecia firma el Tratado de Lausana reconociendo al vencedor y nuevo Estado, la República de Turquía. Pero el cese de hostilidades duró apenas 50 años.
Chipre es la tercera isla más grande del Mediterráneo y un puente entre Africa, Asia y Europa. Su posición geoestratégica despierta el interés de muchos. Es más de 1.000 kilómetros la separación que existe entre la isla y Grecia, pero solo la mitad de distancia a Turquía. Sin embargo, la población es de mayoría griega.
En 1960 obtiene su independencia dejando de ser colonia inglesa. El arzobispo Markarios III fue electo Presidente y había desistido de cualquier plan de unificación con Grecia, pero los griegos siguieron peleando mediante la Organización Nacional de Combatientes Chipriotas hasta que en 1974 se da el Golpe de Estado que lo derroca buscando la “Enosis” (unión) poniendo a Nikos Sampson como presidente de facto de la República de Chipre. Turquía advirtió la intención de dicho golpe y apenas 5 días después se activó la Operación Atila, una ocupación militar en la costa norte con 33 barcos, 2 tanques y 30.000 soldados para resguardar la soberanía de la isla y defender a sus habitantes, como lo estipulaba el Tratado de Garantía firmado por Chipre y Gran Bretaña, en la que se podría dar la intervención de Grecia o Turquía si alguna comunidad en la zona se veía afectada. Con 1/3 de la superficie bajo dominio turco, aproximadamente 200.000 grecochipriotas fueron expulsados del norte y unos 50.000 turcochipriotas ocuparon las propiedades abandonadas. Como resultado, Grecia retiró sus tropas de la OTAN hasta 1980.
Actualmente hay una “Línea Verde”, una zona desmilitarizada de 160 kilómetros que divide a la isla a la mitad. Recién 30 años más tarde, en 2003, ambas comunidades pudieron cruzarla con permiso de las autoridades turcochipriotas del norte. El presidente de Turquía, Recep Erdogan, motiva a la reunificación bajo la armonía de las dos comunidades ya que la mantención del Ejército genera altos costos para Turquía, pero los plebiscitos de 2004 y en 2008 han sido negativas por parte de los grecochipriotas.
Además, el país helénico está concentrado en el Mar Egeo, cuenta con un gran número de islas como Miconos, Creta y Santorini que generan un efecto tapón. El gran desplazamiento a lo largo de todo el Mar Egeo podría facilitar a Grecia un bloqueo del Mar Mediterráneo a todas aquellas potencias que quieran acceder desde el Mar Negro (Rusia, Georgia, Bulgaria, Rumania y Ucrania). Turquía tiene la ventaja de controlar el estrecho de Bósforo y Dardanelos, pero podrían ser fácilmente manipulables por la gran flota naval y aérea de Grecia, generando un importante inconveniente para Turquía y para los demás países de la zona. A pesar de que las fuerzas armadas de Turquía sean una de las más grandes del mundo, Grecia es el segundo país de la OTAN que más invierte en gasto militar.
Como antiguos imperios, la carrera de ambos actores por colonizar la mayor cantidad de territorio posible ha generado importantes batallas, y tal como parece, los viejos hábitos nunca mueren.
Por Pedro Ferrario / EL ECONOMISTA