El desafío consistía en hacer un dispositivo asequible que igualara la eficiencia del costoso sistema de oxígeno lento. “La termodinámica es complicada, pero el concepto es bastante simple”, profundizó el médico.
Una llamada fría
Nachshon no tenía ningún contacto en con la compañía, adquirida hace dos años por PepsiCo por 3.200 millones de dólares. Así fue como llamó al número principal, explicó su idea y en una hora recibió una llamada de Avi Cohen, jefe de investigación y desarrollo de SodaStream.
Después de escuchar la propuesta de Nachshon, Cohen invitó al médico a su casa en Jerusalén para hablar con más detalles. “Me dijo: ‘Trae lo que creas que me ayudará a entender lo que quieres’. Todos estábamos en cuarentena en ese momento, pero me senté con él en jardín y puse todo sobre la mesa”, recordó Nachshon.
“Avi ya había hecho un boceto. Después de nuestra reunión, habló con el director ejecutivo de SodaStream, Eyal Shohat, y obtuvo la autorización para trabajar en ello de inmediato”, contó Nachshon, que fue varias veces a la sede de SodaStream de Kfar Sava.
A su vez, el equipo de SodaStream visitó el laboratorio de Nachshon en Hadassah para comprender mejor las necesidades”.
El médico temía que la idea quedara trabada en la burocracia gubernamental pero el Ministerio de Salud aprobó rápidamente un estudio de seguridad y viabilidad una vez que las máquinas prototipo estuvieron listas. Esto fue en julio.
El estudio se retrasó un tiempo porque Nachshon estuvo muy ocupado en las dos unidades de terapia intensiva del Hadassah durante la segunda ola de la enfermedad.
El prototipo StreamO2 no se probó en enfermos con coronavirus sino en 22 pacientes posquirúrgicos que pudieron ser monitoreados de forma estricta. “Lo toleraron muy bien aunque algunos dijeron que era demasiado para ellos. Le envié mi informe al Ministerio de Salud para conseguir la aprobación para usarlo como un dispositivo para los pacientes de COVID-19 en el Hadassah”, le dijo Nachshon a ISRAEL21c.
Si todo sigue así, Nachshon espera obtener la aprobación para la producción y distribución de StreamO2 a otros hospitales que tratan casos de coronavirus de leves a moderados.
“La máquina de terapia de respiración nasal desarrollada por el equipo conjunto de médicos del Hadassah e ingenieros de SodaStream puede ser una solución perfecta para salvar vidas. La ventaja es la capacidad de replicarla para pacientes que sufren de dificultad respiratoria en Israel y otros países”, afirmó Cohen.
Finalmente, Nachshon detalló que el StreamO2 funciona igual que el dispositivo de terapia de inhalación nasal de 15.000 dólares. ”Tenemos planes en el futuro de hacerlo más inteligente que el sistema actual”, concluyó.
ISRAEL21c