En un artículo publicado en The Atlantic, el historiador de la Universidad Brown, David I. Kertzer, reveló documentos inéditos, incluido un memorando que aconsejaba al pontífice Pío XII que no hiciera una protesta formal cuando la Gestapo reunió a mil judíos de Roma en octubre de 1943 para su deportación al campo de concentración de Auschwitz.
Kertzer también encontró documentos que revelan el ordenamiento de funcionarios del Vaticano a los clérigos en Francia para que se resistieran a entregar a dos niños judíos que habían sido puestos al cuidado de católicos locales y bautizados luego del asesinato de sus padres en Auschwitz, a pesar de los fallos tribunales franceses que ordenaban que los niños se entregasen a su tía.
Frente a la redada de 1943, el reverendo Pietro Tacchi Venturi propuso que Pío XII informase a los alemanes que no había necesidad de usar la violencia contra los judíos de Italia, ya que las leyes raciales de Mussolini eran “suficientes para contener a la pequeña minoría judía dentro de sus propios límites”.
Esta propuesta terminó siendo rechazada mediante un memorando escrito por el reverendo Angelo Dell’Acqua, entonces funcionario de la Secretaría de Estado, quien buscaba convencer a Pío XII de que no presentara una protesta formal contra la redada nazi, sino hablar de ello en privado con el embajador alemán “recomendándole que no se agrave aún más la ya grave situación de los judíos”.
El pedido de acceso total a los archivos se intensificó luego de que el Vaticano acercase a Pío XII a la santidad en 2009, una decisión contra la cual protestaron algunos sobrevivientes del Holocausto. En declaraciones a los periodistas, el Papa Francisco dijo que Pío XII no sería beatificado hasta que se le pudiera atribuir un milagro.
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