Como académico del Reino Unido nacido en Dubai de padre palestino y madre libanesa, Heba Nabil Iskandarani tenía muchas identidades nacionales potenciales.
Lo que le faltaba, sin embargo, era un pasaporte.
A los 26 años, profesora de arquitectura en la Universidad de la Ciudad de Birmingham, Iskandarani fue apátrida durante la mayor parte de su vida, poseyendo solo un documento de viaje libanés que la define como refugiada palestina.
Pero después de descubrir que su padre palestino tenía raíces judías que se remontan a España, Iskandarani pudo reclamar la ciudadanía española gracias a una ley de 2015 que prometía naturalizar a cualquiera cuyos ancestros judíos huyeran de la Inquisición española.
En una entrevista con la Agencia Telegráfica Judía, Iskandarani atribuyó su búsqueda de la ciudadanía a la búsqueda emocional de una identidad y a la solución práctica de las complicaciones burocráticas derivadas de su falta de ciudadanía nacional.
“Esta profunda adicción por la pertenencia me hizo mirar más profundamente en la historia de mi familia”, escribió Iskandarani en un post de Facebook del 12 de setiembre. “Quería encontrar una solución para romper el ciclo de la vergüenza, el sentimiento de ser menos que todos. Necesitaba una identidad, un país para pertenecer también”.
Iskandarani es uno de los más de 43 mil no judíos que, según se informa, han recibido la ciudadanía española en virtud de la ley de 2015, que fue adoptada para expiar la persecución de España y el exilio forzoso de su comunidad judía en el siglo XV. La ley invitaba a sus descendientes a solicitar la ciudadanía española si podían demostrar que eran descendientes de judíos sefardíes y que tenían una conexión especial con España. Más de 150 mil lo lograron.
Iskandarani se hizo una prueba de ADN que mostró que tenía ascendencia tanto norteafricana como ibérica, y los genealogistas han demostrado que su apellido se remonta a los judíos españoles. Pero aún así necesitaba un documento que atestiguara la identidad judía de su bisabuela paterna, Latife Djerbi, cuyo apellido hace referencia a una isla frente a la costa de Túnez donde vivieron muchos judíos sefardíes.
Iskandarani consiguió encontrar uno de los antiguos documentos de identidad de su bisabuela en Beirut en un tesoro de documentos que su familia había conservado meticulosamente durante decenios a pesar de haberse mudado muchas veces, a veces debido a las múltiples guerras que han asolado Líbano.
Una de sus hermanas también recibió recientemente la ciudadanía española, mientras que otros dos hermanos están en la fase de investigación. Su padre está solicitando la ciudadanía de Portugal. Iskandarani y algunos de sus parientes también solicitaron la ciudadanía portuguesa bajo una ley similar de retorno que Portugal aprobó en el 2013. Su solicitud en Portugal sigue pendiente.
La historia de Iskandarani fue reportada por primera vez el 20 de setiembre por el periódico Contacto con sede en Luxemburgo.
El descubrimiento de las raíces judías de su padre fue un shock para algunos en su familia, pero otros tenían sus sospechas. Su bisabuela pelaba huevos duros y los mojaba en agua salada durante una comida cada primavera, un hábito que ella decía que era “solo una tradición de Túnez” pero que Iskandarani ahora cree que estaba relacionado con una costumbre asociada con el Séder de Pascua. Y su madre recordó haber notado que ninguno de los ancestros de su marido tenía nombres musulmanes.
“Sus tíos abuelos se llamaban Jacobo, Rubén, Moisés, Zacarías. Y mi madre ahora recuerda haber pensado que eso era extraño”, mencionó Iskandarani a JTA.
Iskandarani señaló que se ha interesado más en el judaísmo desde su descubrimiento, aunque ya había sentido curiosidad al respecto anteriormente. A los 15 años, se hizo un tatuaje de un verso de la Biblia hebrea sobre Jerusalem.
“Aunque tal vez ese era mi lado palestino, tal vez mezclado con el judío”, declaró a JTA. “No lo sé en este momento”.
Con la adquisición de su pasaporte español, Iskandarani es ahora libre de visitar Jaffa, la antigua ciudad portuaria al sur de Tel Aviv donde nació su abuelo. Según Iskandarani, su familia fue “exiliada” de Yafo en la época de la Guerra de la Independencia de Israel en 1948 y, en su mensaje de Facebook, comparó la persecución de los judíos durante la Inquisición con la huída de sus antepasados del Israel del pasado.
“Absurdamente nuestra conversión al Islam nos exilió de Jaffa una vez más por ser de diferente religión y etnia”, escribió. “Bastante irónico, ¿no crees que ser exiliado dos veces por la misma razón?”.
En su entrevista con JTA, Iskandarani reconsideró la comparación, admitiendo que hay una diferencia entre una campaña de persecución religiosa y la pérdida de hogares en tiempos de guerra. Pero a pesar de que en el pasado algunos medios de comunicación social han criticado a Israel, Iskandarani manifestó que no está interesada en tomar partido cuando se trata de Israel y que busca principalmente ganar comprensión.
“No tengo interés en ofender o acusar a ninguna de las partes”, añadió Iskandarani. “Por el contrario, quiero entender, realmente entender, el lado palestino. Pero también el lado de un judío de Europa o Túnez que vino a Palestina para construir una patria judía allí. Estoy a favor de la paz y la coexistencia”.
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