En pleno Iom Kipur, el rabino se dirige a todos los integrantes de su comunidad, que colmaban la sinagoga, y les habla de la importancia de perdonar a los enemigos.
-Les pido que levanten la mano todos aquellos que ya hayan perdonado a sus enemigos.
La mitad de los asistentes levanta la mano.
-Muy bien. Y ahora le voy a pedir a los que estén dispuestos a perdonar a sus enemigos que levanten la mano.
La otra mitad de la comunidad levante la mano. Menos Surele, una viejita sola que está sentada en primera fila.
-Surele, puedo preguntarte por qué no levantaste la mano ni la primera ni la segunda vez?
-Por que yo no tengue enemigas.
-Rújale, qué edad tienes?
-Noventa y siete años, rebe.
-Maravilloso! Por favor pasa al frente y conta a todos los miembros de nuestra querida comunidad cómo es que una persona casi centenaria ha vivido sin enemigas.
-Aj! Porque todas esas malditas ya están todas moirtas!