Mafalda quedó huérfana de Quino

Murió Quino, el padre de Mafalda. Ahora ella quedó huérfana de su creador y aunque Mafalda es ya grande sigue siendo una nena genial y sabia. Mafalda, salió de la imaginación de Quino para decir verdades y expresarlas con ironía. Más que una sonrisa Mafalda promueve la reflexión.

Mafalda, un dibujo de nena prodigio, fue la que a través del lápiz de su gestor dijo lo que los adultos no se atrevieron a decir. Acaba de cumplir, el 29 de septiembre, 56 años de su presentación en sociedad y siendo ya una adulta llora porque ya nunca más estarán juntos.

Se cortó el cordón umbilical que los unía entre denuncias y reflexiones sobre el mundo y sus ocurrencias para mejorarlo. Mafalda estudiaba idiomas porque quería llegar a ser intérprete en las Naciones Unidas para poder contribuir a la Paz.

Así pasaron los años y Mafalda quedó nena sin envejecer siempre al borde de una aparente inocencia que es sabiduría no contaminada por los hilos de un titiritero como Quino que le hacía pasar el plumero al mapamundi para limpiarlo de tanta polución política.

Y Mafalda huérfana, seguirá amándolo desde su gigantesca pequeñez, repitiendo lo que su creador, ventrílocuo desde el grafito, le hacía decir. Solo un realista tierno como él pudo poner tantas disquisiciones en su boca sobre lo absurdo y lo injusto.

A Mafalda le queda la familia que le legó Quino como muestrario de una sociedad variopinta. Su padre, quien se queda a menudo absorto ante las preguntas de su hija. Su madre, Raquel, ama de casa muchas veces recriminada por su hija por no haber seguido estudiando, pero siendo una buena consejera. Su amigo Felipe, imaginativo e ingenuo, se complemente a la perfección con Mafalda
Manolito, con el que conoció el mundo de los negocios y de ganar dinero; típico hijo de inmigrantes españoles con almacén y sueños de tener supermercados, le gusta la sopa que ella odia.

De sus amigas, Susanita es la chirusa del grupo que ama a los oligarcas, odia a los pobres, es racista y como mujer sueña con casarse y tener hijos como toda una señora frente a Mafalda que es intelectual, luchadora por los derechos de la mujer y la igualdad de sexos.

Con el tiempo, Quino embarazó a la madre de Mafalda y aparece Guille, un succionador empedernido del chupete y el único que crece cuando todos permanecen iguales para que la trama no muera. Y de la pandilla que armó el autor aparece Libertad, más fantasiosa que la realista de Mafalda cuando hablan de política.

Otro amigo de Mafalda, Miguelito, con cabello lacio que parece lechuga, comparado con el de Manolito que parece un cepillo, es un año menor que ella. Es egocéntrico e inocente, ama el jazz y tiene ideas descabelladas. Por ser único hijo hace los mandados protestando y por influencia de su abuelo es defensor de Benito Mussolini y siempre viste un overol con tiradores.

Gracias Quino por esa banda de chicos que representa a la sociedad que nos rodea estemos donde estemos. Quino, un sociólogo del dibujo y un filósofo de la palabra, Mafalda una defensora de la Humanidad.


Marta Wolff

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