El edicto de un rabino salva vidas – durante la crisis de cólera de 1831




Retrato del rabino Akiva Eger de Posen (1761-1837).




Casi doscientos años antes del COVID-19, el rabino Akiva Eger abogó por medidas familiares para frenar una epidemia.

En medio de una pandemia mundial a mediados del siglo XIX, un rabino abogó por una temporada de las Fiestas altas con distanciamiento social, servicios cortos, cantos reducidos y transparencia absoluta respecto a la salud de uno antes de entrar a la sinagoga. El rabino, antes de difundir los edictos rabínicos, trabajó en conjunto con los expertos médicos y las autoridades del gobierno local.

En última instancia, habiendo salvado con éxito las vidas de miles, el rabino fue proclamado. Cuando un representante de Frederick William III, rey de Prusia, golpeó a su puerta el 5 de septiembre de 1831, era Shabbat. El representante abrió un documento sellado oficialmente y leyó en alto la carta firmada regiamente. Por sus esfuerzos en combatir los ataques del cólera, Eger, un maestro Talmudista y titán comunitario que representaba a más de 60,000 judíos en la ciudad de Poznán, había sido venerado.

La pandemia de cólera duraría otros seis años, y mataría aproximadamente a 250,000 personas a través de Asia, Europa y las Américas, pero el trabajo de Eger probablemente evitó miles de muertes, incorporando el principio bíblico de ¨v´chai bahem¨, esa ley judía que demanda vitalidad.

Casi 200 años después de esos esfuerzos, a medida que 980,000 personas han muerto en todo el mundo, debido al COVID-19, un descendiente de Eger, el rabino Shimon Silver de Young Israel de Pittsburgh tradujo al inglés las regulaciones, advertencias y reglas generales escritas por su ancestro, y envió el trabajo para que se incluyera en un panfleto de las Fiestas Altas publicado por el Centro de Aprendizaje Judío Kollel.

Originalmente escrito en alemán, luego traducido al hebreo hace casi 50 años por el rabino Nosson Gestetner, el material es notable por varias razones, explicó Silver. A pesar de escribir en alemán, Eger se involucró en un código de cambio: Cada vez que se refería a una sinagoga, Rosh Hashanah o Yom Kippur, imprimía esas palabras en hebreo para dar énfasis. Eger también instó a las personas a ser honestas en cuanto a si estaban experimentando síntomas de cólera.

¨Creo que hay algo en común entre lo que sucedió entonces y lo que está sucediendo ahora¨, dijo Silver. ¨Es una cosa vieja. La gente no quiere quedarse en casa. No quieren decirle a nadie sobre su condición. No quieren las restricciones. Eso es parte de lo que estaba enfrentando y por lo que fue elogiado¨.

Eger también estaba lidiando con una ciudad densamente polada donde los judíos, que trabajaban principalmente como vendedores ambulantes, zapateros y en el comercio de metales, vivían en lugares cerrados, explicó Yoni Zisook, un candidato doctoral en la Universidad de la Ciudad de New York y un investigador visitante en el Departamento de Historia Judía y Judería Contemporánea de la Universidad Hebrea.

Incluso antes del brote de cólera, se reconoció que Poznán estaba sobrepoblada, y se hicieron varios esfuerzos para alentar a la gente a mudarse a ciudades y pueblos cercanos, Así, cuando Eger respondió a la realidad de que la enfermedad podía propagarse rápidamente en un área apretada, los residentes aceptaron las directivas, dijo Zisook, quien en el 2018, como miembro de la Universidad Europea de Vaidrina, realizó una investigación en Poznán.

Jennifer Rudin, una doctora en enfermedades infecciosas con sede en Pittsburgh, pasó Rosh Hashanah leyendo la traducción de Silver de las pautas de Eger.

¨Había una sensibilidad hacia la comunidad, hacia las necesidades de la comunidad y hacia hacer lo que fuera necesario para preservar la vida¨, dijo Rudin. ¨Mientras lo leía, fue tan abrumador para mí que un rabino, bajo las necesidades de las personas y la devastación que esta epidemia de cólera estaba causando, fuera capaz de dar dirección e informar a otros lo que era apropiado hacer para salvar sus vidas¨.

La baja tasa de mortalidad de la ciudad fue un crédito para Eger y los miembros de la corte rabínica de Poznán, escribió Andrej Simcha Neuschloss en ¨Rabbi Akiva Eger: Su Vida y Tiempos¨.

Eger estaba muy consciente de los hábitos de sus constituyentes, y cuando llegó el momento para las Fiestas Altas de 1831, utilizó su autoridad para garantizar que se implementaran las medidas de seguridad.

Además de dictaminar que las reuniones grandes y prolongadas en persona deberían evitarse, escribió que aquellos que asistan a los servicios están obligados a comer algo caliente antes de llegar, y que las sinagogas sólo deberían permitir que la mitad de sus asientos estuvieran llenos. Adicionalmente, las autoridades locales asegurarían que ciertas prácticas fueran seguidas.

¨Para mantener el orden un guardia del ejército estará sentado en cada entrada a la sinagoga, se espera que la gente mostrará sus boletos, y oficiales de policía especiales también serán responsables de mantener este arreglo en las sinagogas¨, escribió Eger.

Sí existía alguna tensión entre la comunidad judía y sus vecinos no judíos, pero en general las relaciones eran buenas, y los poderes gubernamentales apreciaron los esfuerzos de Eger, dijo Zisook.

Existe una superposición entre la pandemia de cólera del siglo XIX y la actual pandemia de coronavirus, pero la comprensión del contexto histórico de cada período es crítica, explicó Menachem Butler, un becario de El Programa Julis-Rabinowitz sobre Ley Judía e Israelí en la Escuela de Leyes de Harvard.

Butler, un historiador cuya familia ha vivido en Pittsburgh por más de un siglo, dijo que está emocionado de compartir el material con sus estudiantes.

Cuando el rabino Doniel Schon, decano asociado del Centro de Aprendizaje Judío Kollel, le pidió a Silver hace varias semanas que enviara un artículo para el panfleto de la organización para las Fiestas Altas, no estaba esperando que el trabajo se mostrara eventualmente en una clase de la Escuela de Leyes de Harvard, pero sus lecciones aplican ampliamente.

¨Este documento muestra históricamente lo que los judíos hicieron en esta situación, y siempre buscamos precedentes¨, dijo él.

 areinherz@pittsburghjewishchronicle.org. /  Jewish Chronicle 

Traducción: Consulado General H. de Israel en Guayaquil 

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