Las subvenciones asignadas por la Unión Europea entre 2019 y 2020 en las esferas de los derechos humanos se transfirieron a organizaciones no gubernamentales israelíes y palestinas que participan en la demonización de Israel y en la difusión del antisemitismo, según un nuevo informe de NGO Monitor.
Estas organizaciones, entre otras, están afiliadas al grupo terrorista Frente Popular para la Liberación de Palestina y participan activamente en los esfuerzos por influir en la democracia israelí. Las subvenciones que recibieron fueron transferidas antes de que la Unión Europea decidiera, en diciembre del año pasado, retener los fondos de los grupos si están afiliados a grupos y actividades terroristas. Los palestinos protestaron por la decisión y no quedó claro si la Unión Europea decidió absolver a los palestinos de esta estipulación.
Según el informe de NGO Monitor, en 2019 la Unión Europea destinó 32 subvenciones por valor de 30,1 millones de euros (unos 35,7 millones de dólares) a proyectos incluidos en la lista de “Palestina”, y otras nueve subvenciones por valor de 3,3 millones de euros (unos 3,9 millones de dólares) a proyectos incluidos en la lista de “Israel”. Se transfirieron tres subvenciones por valor de 5,8 millones de euros (alrededor de 6,9 millones de dólares) a organizaciones con vínculos documentados con el FPLP, designado como organización terrorista por la UE. Según informes anteriores de NGO Monitor, esta financiación es adicional a los 31,2 millones de euros (alrededor de 37 millones de dólares) que la Unión Europea aprobó en los años 2008-2011 para organizaciones con vínculos con el FPLP.
Siete subvenciones se destinaron a proyectos supuestamente “para promover la paz” o “para proteger los derechos humanos”. Sin embargo, sobre el terreno, las organizaciones palestinas que recibieron la financiación difunden teorías de conspiración antisemita y glorifican la violencia.
En febrero de 2020, por ejemplo, el jefe del Centro de Investigación sobre la Tierra, Jamal Talab, que recibió una subvención de 3,3 millones de euros (unos 3,9 millones de dólares), lo pidió públicamente: “¿Cuántas veces el Cristo Palestino será crucificado por judíos bribones sobre las religiones y la humanidad?”
Siete subvenciones por valor de 11,8 millones de euros (casi 14 millones de dólares) fueron proyectos asignados en Jerusalem, algunos de los cuales trataban de promover el plan estratégico de la Unión Europea destinado a “mantener la presencia de la población palestina y proteger la identidad palestina de la ciudad”. Uno de estos proyectos tenía por objeto “proteger los bienes del patrimonio religioso y cultural del Waqf islámico y cristiano contra las violaciones y amenazas israelíes”.
Se asignaron al menos tres subvenciones por valor de 1 millón de euros (unos 1,2 millones de dólares) en total a organizaciones israelíes con el fin de influir en los procesos democráticos en relación con cuestiones controvertidas. Por ejemplo, la Asociación para los Derechos Civiles en Israel, el Fondo para los Defensores de los Derechos Humanos y el Movimiento para la Libertad de Información recibieron 300.000 euros (356.000 dólares) para “mejorar los fundamentos democráticos de Israel mediante una gobernanza responsable, transparente, inclusiva y participativa y el respeto de los derechos humanos”.
Molad, otra ONG israelí, recibió 600.000 euros (711.000 dólares) para “promover las condiciones para un arreglo negociado del conflicto basado en la solución de dos Estados, mediante el cambio de las actitudes y posturas predominantes de un grupo clave de la sociedad israelí”.
La gran mayoría de los fondos destinados a organizaciones israelíes que afirman defender los derechos humanos se destinaron a iniciativas relacionadas con el conflicto israelo-palestino (seis de las nueve subvenciones, por un total de 2,47 millones de euros (alrededor de 2,9 millones de dólares). Esto indica que la Unión Europea considera la cuestión de los derechos humanos estrictamente a través del prisma del conflicto, y no como una evaluación objetiva de un desafío que requiere atención. En 2019, salvo algunas excepciones, la Unión Europea no destinó ningún fondo a la defensa de los derechos de los ciudadanos israelíes o a la lucha contra las violaciones de los derechos humanos de los palestinos perpetradas por la Autoridad Palestina.
Olga Deutsch, la vicepresidenta de la ONG Monitor, dijo: “Nuestro análisis destaca la manera política en que la UE elige a sus socios y los proyectos que promueven la política en la región. Nos gustaría esperar que la Unión Europea y otros gobiernos donantes muestren más precaución y prometan que no están promoviendo agendas radicales, como el apoyo a organizaciones con afiliaciones terroristas, el sostenimiento de la narrativa palestina con respecto a Jerusalem, o los intentos de intervenir en asuntos internos israelíes. Estos casos son destructivos y ya están afectando la delicada relación entre la UE e Israel”.
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