El pueblo judío desciende, según la Biblia, de Abraham, un emigrante que viajó con su esposa Sara y su sobrino Lot desde lo que hoy es Irak hasta lo que hoy es Israel. Jacob, el nieto de Abraham vivió durante 14 años en lo que hoy es Turquía. Los hijos de Jacob emigraron de Canaan a Egipto durante sus descendientes vivieron durante 400 años.
Los hebreos que escaparon de la esclavitud egipcia, liderados por Moisés, fueron nómadas en el desierto del Sinaí durante 40 años.
Los babilonios exilaron a gran parte de la población de Judea cuando conquistaron Jerusalem en el siglo 6 AEC. 70 años después Ciro conquisto Babilonia y anunció que los judíos que quisieran regresar a Jerusalem podían hacerlo. Al igual que los judíos de hoy en Estados Unidos, la vida en Babilonia era mucho mas cómoda que regresar y reconstruir Judea, así que la mayoría optó por quedarse.
Los judíos que regresaron a Judea reconstruyeron el Templo y la muralla de Jerusalem. Los árabes y sus aliados no lo quisieron permitir y conspiraron para atacarlos, (Nehemias 4:1-2). Este peligro obligó a los defensores a “trabajar con una mano y sostener la espada con la otra” (Nehemias 4:11), situación idéntica a la de los judíos en la Tierra de Israel en la primera mitad del siglo 20.
Pasó el tiempo y los judíos en la Tierra de Israel se hicieron independientes y crearon un Estado prospero y floreciente, que, debido al enorme poderío del imperio romano, en el siglo 1 AEC, bajo el rey Herodes, perdió parcialmente su independencia. Los judíos que vivían en el extranjero, Roma, Alejandría, Babilonia, también prosperaron y su número aumentó. Hay historiadores que calculan que los judíos constituían 10% de la población del imperio romano.
Los judíos se rebelaron contra el imperio romano, y fueron derrotados en el siglo 1, y nuevamente en el siglo 2. Los romanos esclavizaron a gran cantidad de judíos y los llevaron a otros lugares del imperio. La provincia romana de Judea se fue empobreciendo, y perdiendo población, hasta que la enorme mayoría de los judíos Vivian en lo que hoy es Irak e Irán, en el norte de África y, principalmente, en Europa. Una pequeña minoría permaneció en la Tierra de Israel.
Durante cientos de años la mayoría del pueblo judío vivió en Europa, emigrando periódicamente de un país a otro, sea por ser expulsados o para evitar persecuciones y conversiones forzosas.
Esa situación continuó hasta mediados del siglo 19, cuando el 90% de la población judía mundial vivía en Europa. Las acciones antisemitas del imperio zarista causaron que más de dos millones de judíos emigraran de Europa Central y Rusia a fines del siglo 19 y primeras décadas del siglo 20. Los nazis exterminaron a 6 millones de judíos europeos. Después de la guerra, quedaron 3 millones de judíos en Europa. Muchos emigraron especialmente después de la desaparición del imperio soviético.
Un estudio, publicado hace unos días por el Jewish Policy Research de Londres, realizado por el profesor Sergio Della Pergola, considerado el mas grande erudito del mundo en demografía judía, encontró que hoy viven en Europa solo 1,300,000 personas que son consideradas halajicamente judíos, por tener madre judía o haber sido convertidos por rabinos ortodoxos, (entre ellos 70,000 que nacieron en Israel), pero, si el numero se considera de acuerdo a lo que establece la ley israelí (basta un abuelo o abuela judía para tener el derecho de inmigrar a Israel y recibir la ciudadanía), el número subiría 2,800,000.
En los últimos 50 años la población judía de Europa ha disminuido en 60% principalmente debido a la emigración de los judíos que vivían en la difunta Unión Soviética.
Tres factores causarán que la población judía de Europa continúe disminuyendo:
· Matrimonios mixtos, que van desde un mínimo de 14% en Bélgica a un máximo de 80% en Polonia.
· Emigración, principalmente a Israel
· La constitución demográfica de la población judía, donde la gente mayor excede a los jóvenes.
El caso de la población judía de Alemania ilustra los tres factores. A raíz del colapso del imperio soviético en 1990, 200,000 judíos llegaron, pero muchos de sus hijos se casaron con no judíos y dejaron de considerarse judíos, emigraron a otros países, o murieron. Hoy solo quedan 118,000 judíos en Alemania, de los cuales 10,000 llegaron de Israel.
Los demógrafos consideran que la situación es irreversible. En el futuro, la mayoría de los judíos vivirán en su patria ancestral, Israel, y los que viven en el extranjero lo harán principalmente en los Estados Unidos y Canadá.
Es irónico que el deseo de Hitler, de una Europa sin judíos, se esté cumpliendo gradualmente, pero, por lo menos, es en forma pacífica y voluntaria, y no mediante las cámaras de gases y hornos de los nazis.
Bruno Geller / Radio Jai