Una startup israelí desarrolló una tecnología que le permite convertir los desperdicios acumulados en los basurales en un material alternativo al plástico tradicional, ayudando -de paso- a combatir la contaminación y la degradación ambiental
La empresa se llama UBQ, al igual que su material patentado, tiene su base en el Negev, en el sur de Israel, y en los últimos tiempos está llamando la atención de ambientalistas, empresarios y la prensa de todo el mundo.
Su co-fundador y CEO en Israel, Jack «Tato» Bigio, llegó al país en 1984, a los 18 años, procedente de América Latina. En efecto, Bigio nació en Lima, Perú, y emigró a Israel para estudiar Economía en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Tato fue entrevistado hace algunos meses nada menos que por el Washington Post, y el material que produce UBQ ya es utilizado, por ejemplo, por el gigante McDonald’s para producir sus características bandejas verdes para llevar la comida hasta las mesas.
En la planta de la empresa se recolectan toneladas de basura, se trituran los desperdicios, se remueven los materiales abrasivos, como minerales y metales, que se reciclan de manera paralela, se descompone todo en partículas minúsculas con las que luego se fabrican las «pelotitas» (pellets) del nuevo material, el UBQ.
Con esas «pelotitas», las empresas pueden fabricar prácticamente todos los mismos productos que hacen, o hacían, con los plásticos tradicionales.
Entrevistado por IsraelEconomico, Bigio precisó que el material UBQ «lo vendemos a las compañías de plásticos que manufacturaran productos, reemplazando las resinas comunes como polipropileno, polietileno y PVC, que están hechos a base de petróleo».
Tato remarca este aspecto: UBQ, señala, «es un material sostenible, verde y circular que no esta hecho de petróleo, sino de basura doméstica».
– ¿Qué los motivó a fundar la empresa?–
Nos preocupaba que, lamentablemente, en el mundo en que vivimos la mayoría de los materiales que consumimos terminan en basurales o vertederos, y que solamente un 5 por ciento se recicla a nivel mundial.
Se trata de un modelo linear insostenible que consume nuestros recursos naturales agravando el balance ecológico y climático del planeta. Los basurales, además de ser un desperdicio de materiales valiosos, son uno de los más grandes emisores de gases.
Más precisamente, la descomposición de la basura orgánica, como los restos de comida, pañales, papeles y cartones sucios, generan cantidades significativas de metano, uno de los gases mas nocivos para el medio ambiente.
– En UBQ convertimos esa basura en un material útil que, como señale antes, remplaza los plásticos convencionales hechos de petróleo, ahorrando así recursos naturales caros y escasos y evitando la emisión de gases nocivos al medio ambiente.
Es por eso que el material UBQ ha sido certificado por Quantis, líder mundial en este tipo de regulaciones, como el material con más impacto positivo para el planeta que existe hoy en día.
– El mundo está felizmente yendo en la dirección correcta. Los efectos del cambio climático y el daño que percibimos en la flora y fauna a nivel mundial, en especial a los ojos de la generación «millennial», impactan las decisiones de las grandes corporaciones internacionales.
Gracias a ello, el interés de estas compañías de incorporar materiales verdes, sostenibles y de impacto climático positivo está creciendo de forma exponencial.
Hoy no existe casi ninguna empresa global que no tenga un compromiso ambiental ambiciosamente definido para los próximos años.
Y la búsqueda de materiales sostenibles, competitivos y con valor agregado ambiental de primera línea encuentra por primera vez una respuesta significativa en UBQ.
porisrael.org