La Legislatura porteña aprobó un convenio urbanístico con un desarrollador inmobiliario privado por el cual la empresa podrá construir más metros cuadrados en un lote propio en Puerto Madero, y a cambio le dará dinero a la Ciudad para que construya una plaza. La particularidad es que ese espacio verde será un homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA. La instalarán en el relleno sobre el río que se hizo en Costanera Norte con los escombros del edificio volado en 1994.
Familiares de víctimas de AMIA no están de acuerdo con la forma que se llevará a cabo el proyecto
Se trata del acuerdo firmado por El Gobierno porteño con la firma «Fideicomiso Inmobiliario Puerto Madero Plusx». Tiene una parcela para edificar en Juana Manso 350, en el Dique 4 de Puerto Madero.
Luis Czyzewski, papá de Paola, fallecida en el atentado, le expresó a Vis á Vis, que no le parece bien que un espacio dedicado a la memoria de las víctimas, tenga relación con un emprendimiento inmobiliario. «Cualquier tipo de hecho que se haga contribuye a mantener la memoria. Es uno de los pilares, junto al reclamo de justicia, que mantenemos los familiares de las víctimas.
No estamos de acuerdo que teniendo como objetivo la construcción de un espacio para mantener la memoria de las víctimas se mezcle con situaciones comerciales de nadie. Además de que el costo sea a cambio de beneficios económicos de nadie
Solo cabe una pregunta
Si no se obtiene el dinero de esa manera ¿no corresponde hacer ese espacio?
Según explicaron en la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Ciudad, los empresarios de la construcción piden que les permitan modificar la capacidad construible en el lugar y así ganar en altura.
A cambio, compensarán a la Ciudad con 2,5 millones de dólares. Parte de ese dinero se destinará a los gastos por la lucha contra la pandemia de coronavirus.
Pero lo más llamativo es que los fondos se usarán principalmente para hacer una plaza en una franja triangular de relleno costero que queda entre el Parque de la Memoria y la Reserva Natural Costanera Norte.
En ese lugar fueron volcados los escombros del edificio de la AMIA. Quedaba en Pasteur al 600 y fue volado en el atentado del 18 de julio de 1994, cuando fueron asesinadas 85 personas y otras 300 terminaron heridas.
En la AMIA contaron que desde hace tres años vienen trabajando con el Gobierno porteño para crear un espacio para la memoria. «El lugar está emplazado en la zona de Ciudad Universitaria. Es donde mayormente concurren estudiantes que no tienen memoria vivencial del atentado. El lugar tiene también un fin educativo. El proyecto de diseño contempla la construcción de un anfiteatro. Ahí podrán dictarse clases y desarrollarse actividades destinadas a mantener viva la memoria colectiva de un ataque que golpeó a toda la sociedad argentina. También promover la defensa de valores esenciales, como la paz, la justicia y la convivencia en la diversidad», le dijeron a Clarín fuentes de la institución.
Además, el espacio quedaría junto al Parque de la Memoria, donde se recuerda a las víctimas del terrorismo de Estado.
La ley fue aprobada en la Legislatura Porteña por 30 votos a favor, 20 en contra y 4 abstenciones. La impulsó el bloque oficialista. Como se trata de una ley que supone una modificación del Código Urbanístico (para cambiar lo que piden los desarrolladores privados) debe pasar ahora obligatoriamente por una audiencia pública. Además de una segunda y definitiva votación.
Victoria Roldán Méndez, legisladora de Vamos Juntos y presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura Porteña, aseguró que «los convenios urbanísticos son una herramienta que está prevista en el Código Urbanístico, en los que existe una contraprestación entre las partes, como en este caso. Con este espacio verde y público queremos preservar la memoria y llamar a la reflexión de todos».
La Ciudad ya cuenta con otro espacio en recuerdo de las víctimas del atentado. En 2015, a la estación Pasteur de la línea B del subte se le agregó el nombre «AMIA», y se hizo una instalación artística en el vestíbulo y los andenes, con ilustraciones de conocidos dibujantes argentinos más piezas rescatadas del edificio, que configuran un espacio para la memoria.
Dos iniciativas similares
Hace dos semanas, la Legislatura porteña había aprobados otros dos convenios similares. El primer convenio lo firmaron dos empresas, que en septiembre de 2017 compraron en una subasta dos parcelas en Las Cañitas, donde funcionaba la sastrería del Ejército. Las pagaron 33 millones de dólares.
En la Ciudad explicaron que las constructoras pidieron que, en lugar de levantar un edificio en cada manzana, les permitan «sumar» los metros para construir en una sola, la de Clay, Báez, Dorrego y el Campo de Polo. A cambio, la otra manzana quedaría liberada para hacer una plaza: es la de Clay, Báez, Dorrego y Huergo.
El segundo convenio lo firmó la empresa dueña de un lote en Fitz Roy y Vera, en Villa Crespo. También, a cambio de algunas modificaciones en la capacidad constructiva, proponen hacer un espacio verde lindero al viaducto del ferrocarril San Martín, que pasa a pocos metros.
Para ello, pagaría 250.000 dólares, más un millón de dólares que se destinarían a la emergencia sanitaria por el coronavirus.
Vis a Vis