La Iglesia protestante neerlandesa admite haber «contribuido» al Holocausto

 Judíos holandeses en el campo de exterminio de Buchenwald 


La Iglesia Protestante de Países Bajos (PKN) reconoce por primera vez que contribuyó a la creación de un clima de antisemitismo en Países Bajos antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, lo que fue «un caldo de cultivo» para la violencia contra más de 100.000 judíos neerlandeses y sus posesiones por la Alemania nazi.


El día de la «confesión» será el próximo domingo día 8, fecha de conmemoración de la conocida como «Kristallnacht», la Noche de los Cristales Rotos, en recuerdo del inicio de la persecución sistemática de los judíos por los nazis, que derivó en un genocidio que causó unos seis millones de muertos.

La PKN, una fusión en 2004 de dos iglesias calvinistas y una evangélica luterana, ha dado orden para que todas sus parroquias lo reconozcan ante sus dos millones de feligreses.

«Nos quedamos cortos en hablar y callar, en actuar y no, en actitud y pensamientos», admite el líder del PKN, René de Reuver, en su mensaje a las parroquias, en el que comparte un texto escrito en coordinación con la comunidad judía para que sea leído «desde una perspectiva histórica y teológica» de tal manera que «realmente haga justicia» a lo ocurrido.

La iglesia ayudó a «preparar el caldo de cultivo en el que crecieron semillas del antisemitismo», enfatiza, recordando que muchos miembros de las congregaciones locales actuaron bien durante la guerra, pero la institución como tal «no tuvo el valor de elegir el lado de los habitantes judíos» de Países Bajos, el mayor número de víctimas judías en Europa Occidental.

También reconoce la falta de respaldo a la población judía después del fin de la ocupación alemana del país (1940-1945), cuando los sobrevivientes quedaron desamparados, sin apoyo social ni financiero por parte del Estado, ni tampoco de la iglesia protestante.

De Reuver se niega a hablar de una «disculpa» porque cree que «no es una palabra eclesiástica» y que la «culpa», el término «más profundo» que puede usarse para reconocer un fracaso, es algo que «se confiesa» ante la comunidad judía afectada. «No nos distanciamos del pasado, asumimos la responsabilidad y reconocemos nuestros errores», añade.

DISCULPAS DEL ESTADO

En 1940, había 160.000 judíos en Países Bajos, 140.000 tenían nacionalidad neerlandesa y el resto eran principalmente judíos huidos de Alemania. Del total, 107.000 fueron deportados a diferentes campos de exterminio, y sólo 5.000 lograron regresar con vida.

En su discurso el pasado enero durante la conmemoración del Holocausto en Ámsterdam, el primer ministro, Mark Rutte, se disculpó en nombre del Estado neerlandés ante los últimos sobrevivientes de esa masacre «por la acción del gobierno de la época», del que dijo había «fracasado en la guerra como guardián de la ley y la seguridad».

En mayo, el rey Guillermo Alejandro criticó el comportamiento de su bisabuela Guillermina durante la guerra (cuyo exilio en Londres se interpretó como un abandono de los judíos) y enfatizó que, 75 años después de la liberación de Países Bajos, «la guerra sigue entre nosotros y lo mínimo que podemos hacer es no mirar para otro lado, ni justificar o tratar de borrar» el pasado. 


EFE

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