Israel está creando lo que llaman “granjas libres” para las abejas. ¿Por qué en el mundo, se pregunta, las abejas necesitan ser libres? ¿No vuelan ya donde y cuando quieren, de ida y vuelta de la colmena a los campos de néctar? Tenemos noticias para usted, no es exactamente así.
El desarrollo masivo de la agricultura intensiva en todo el mundo, que incluye la reproducción y el cultivo de la abeja melífera como una rama de la industria agrícola, ha llevado a la manipulación del cultivo de abejas por parte del hombre. Estas influencias han cambiado la genética y las características naturales de la abeja.
En Israel, en los últimos años se ha desarrollado un movimiento de amantes de las abejas que promueve la apicultura de manera natural con un enfoque biodinámico, que es un enfoque holístico, ecológico y ético de la agricultura la jardinería, la alimentación y la nutrición. El grupo de cuidadores de abejas, que ya se cuentan por miles, ha establecido una organización sin fines de lucro llamada “Escudo Rojo de Abejas”, tomada del nombre de los servicios de emergencia de Israel Magen David Adom (MDA) o el “Escudo de David”. Están salvando a las abejas de los insecticidas y el exterminio y las están transfiriendo a “granjas libres” que se han establecido en todo Israel donde pueden vivir y prosperar de forma natural.
El grupo fue fundado por Yossi Aud y Ronen Kfir hace ocho años, y poco después más miembros se unieron a la asociación. Ahora hay 250 voluntarios en todo el país. Sólo en el último año, la asociación ha salvado más de 2.400 enjambres de abejas, lo que supone más de 70 millones de abejas.
Entonces, ¿por qué las abejas necesitan libertad? La respuesta es que las abejas constituyen un elemento fundamental en un sistema ecológico debidamente equilibrado, así como en su contribución a la seguridad nutricional de nosotros los humanos.
Las abejas son responsables de alrededor del 75% del polen del mundo. Por eso es tan crucial proteger a las abejas y su contribución a la cadena alimenticia. Las abejas son esenciales para el desarrollo y la diversidad del reino vegetal, para la calidad del aire, para la salud del suelo y para el 40% de los alimentos que comemos. No sólo eso, sino que todos los productos de las abejas tienen un valor nutritivo extremadamente alto, así como propiedades medicinales únicas.
¿Cómo es posible que un pequeño insecto urticante pueda ser responsable de la mayor parte de la abundancia del mundo y de tantos productos sanitarios y medicinales? La respuesta, hasta donde podemos decir, está en el hecho de que las abejas (unas 50.000 en la colmena en promedio) viven en excepcional armonía tanto entre ellas como con el reino vegetal, el suelo y el mundo en general.
¿Podría haber algo aquí que los humanos podamos aprender de las abejas? ¿Qué pasaría si nosotros, como sociedad, trabajáramos juntos y en armonía como las abejas? Seguramente nosotros también crearíamos una abundancia de salud, armonía y bienestar para todos.