Tras la reciente serie de ataques terroristas en Europa, Hamed ‘Abdel-Samad, escritor egipcio liberal quien vive en Alemania, publicó un artículo en el diario egipcio liberal Al-Maqal y en el portal de noticias marroquí Al-Kanat, en el que criticó duramente a Europa por permitir que el Islam político extremista corra desenfrenado por su suelo en nombre de la tolerancia y el pluralismo cultural. El «monstruo» del Islam político, dijo, con patrocinio de Turquía, Qatar e Irán, tiene como objetivo imponer sus valores extremistas dondequiera que este se afiance y establezca mezquitas en las que envenena las mentes de los musulmanes que viven en Europa.
Al-Samad, quien ha vivido en Alemania durante los últimos 25 años y ha escrito extensamente en contra del Islam político, agregó que ahora teme también a posibles represalias por parte de terroristas. Al igual que otros críticos de los islamistas en Europa, ‘Abdel-Samad dice que no puede caminar libremente por las calles o dar conferencias sin temer por su vida. Sin embargo, en lugar de combatir contra el terrorismo islamista y cerrar las mezquitas que predican el odio y la violencia, los países europeos acogen a Turquía, Qatar e Irán, agregó. Además, estos le piden a los movimientos del Islam político que los ayuden a redactar planes de estudio para las escuelas islámicas y le provean al Presidente turco Erdogan, el «patrocinador oficial del terrorismo», con billones de dólares en ayuda financiera. Al-Samad pidió a los musulmanes que combatan contra el Islam político en sus propios países, porque este flagelo no descansará hasta devorarse a todos.
Lo siguiente son extractos traducidos del artículo: [1]
«Los islamistas han atacado una vez más en Europa. En dos semanas, terroristas perpetraron varios ataques que sacudieron las ciudades más bellas en Occidente y plantearon numerosas preguntas sobre el trato europeo hacia el Islam político. El miedo llenó los corazones de los residentes de París, Niza, Dresde y Viena, sin embargo, los políticos occidentales todavía se sienten confundidos y no saben cómo destruir este monstruo que [ellos mismos] permitieron crecer en nombre de la tolerancia cultural y del pluralismo.
“Desde que ocurrieron los eventos del 11-S, yo escucho a los políticos en Occidente decir: ‘No habrá tolerancia hacia los intolerantes’ o ‘Reprimiremos el terrorismo con mano de hierro’. Sin embargo, parece ser que esto no es más que retóricas vacías, destinadas a pacificar a la opinión pública. Solo el presidente de Francia y el canciller de Austria se han atrevido a criticar explícitamente al Islam político y a su líder, el Presidente turco Erdogan, mientras que la canciller de Alemania Angela Merkel sueña con recibir el Premio Nobel de la Paz por abrirle las puertas de su país a más musulmanes, que ingresan alegando ser refugiados que huyen de las dictaduras en los países del Medio Oriente.
«El Islam político, que destruyó los países del Medio Oriente y los arrojó a la oscuridad de la ignorancia, el fanatismo y a las guerras civiles y sectarias, se ha infiltrado en Europa y ahora intenta imponer sus leyes a los descendientes de Voltaire, Immanuel Kant y Mozart. Este no se conformó con aislar a los musulmanes en los barrios marginales de Occidente y crear una brecha cultural y moral entre ellos y los países que los acogieron y les otorgaron ciudadanía. Ahora está tratando de intimidar a cualquiera que lo critique y desea dictar lo que los profesores en las escuelas en Occidente deben decir, lo que los disertadores en las universidades deben disertar y lo que los escritores deben escribir en sus artículos y libros.
«Después de amenazar con asesinar a Salman Rushdie y asesinar a los caricaturistas y empleados de Charlie Hebdo, ahora han asesinado al profesor de historia Samuel Paty en una calle principal [en un suburbio de París] porque le mostró a su clase las caricaturas de Charlie Hebdo para discutirlas con sus estudiantes, musulmanes y no-musulmanes, el tema de la libertad de expresión y su choque con los sentimientos de los musulmanes en Francia. Pero el Islam político no está interesado en la libertad de expresión ni en los sentimientos de los musulmanes. Sólo está interesado en imponer sus ideas y estilo de vida dondequiera que este ponga pie. En lo que a este respecta, los sentimientos de los musulmanes no son más que combustible para sus ya meticulosamente calculadas guerras.
«Yo llegué a Alemania hace 25 años para vivir aquí en libertad y expresar mi opinión sin tener que temer por mi vida o arriesgarme a acabar en la cárcel. Sin embargo, después de todos estos años y después de publicar 10 libros en Alemania, la mayoría de los cuales critican el aspecto político del Islam, he comenzado a viajar solo en un vehículo blindado. No me atrevo a comprar pan sin llevar escolta de 7 funcionarios de las Fuerzas Especiales encargados de proteger a figuras públicas, y no doy conferencias sin llevar un chaleco antibalas. Aquí me encuentro, viviendo en prisión en el corazón de Europa, temiendo por mi vida todos los días, porque el monstruo islamista llegó a este país [Alemania] antes que yo, construyó sus mezquitas y envenenó las mentes de generaciones de musulmanes que llegaron a Occidente para escapar de sus países, que el mismo Islam político ayudó a destruir.
«Gente como yo no puede caminar por las calles de Europa sin protección policial, mientras los salafistas y los terroristas deambulan libremente por sus calles, predican en sus mezquitas y señalan con el dedo amenazadoramente a todos aquellos que los critican. La mayoría de aquellos que perpetraron actos de terrorismo en Europa eran conocidos por las fuerzas de seguridad como extremistas que representan un peligro para la seguridad pública y algunos de ellos habían sido juzgados y encarcelados anteriormente por su participación en actividades terroristas.
«Europa se enorgullece de sus principios de iluminación que consagran el pluralismo cultural. El continente que renunció a las guerras religiosas y a la Inquisición, luego de pagar muy caro con la sangre de sus hijos; el continente que abrió el camino a la libertad criticando la religión y la autoridad patriarcal, ahora permite que la inquisición islámica regrese y gobierne sobre los escritores, maestros y dramaturgos en su suelo. El fracaso de Europa en la guerra contra el terrorismo islámico no es sólo un fracaso en el campo de la seguridad, sino también es un fracaso en lo educativo y cultural… Europa se ha rendido. En lugar de cerrar las mezquitas que predican el odio y la violencia, le pide a las organizaciones islámicas que apoyan a Erdogan y a la Hermandad Musulmana a que formulen planes de estudio para los alumnos musulmanes de las escuelas alemanas y austriacas. En lugar de castigar a Erdogan, que ha se convertido en el patrocinador oficial del terrorismo y ha comenzado a operar mercenarios islamistas en Siria, Libia y Armenia, Europa le ayuda con €3 mil millones anualmente, para que no permita que más refugiados crucen hacia Europa.
«Sí, la era de los valores ha llegado a su fin. Europa acoge a Qatar, Turquía e Irán en favor de sus intereses económicos y políticos y al hacerlo, traiciona los principios establecidos por el continente más poderoso del mundo [es decir, la propia Europa]. Pero es muy probable que los cocodrilos que Europa acogió la devoren en un futuro próximo. La campaña ya ha comenzado, pero Europa se ha vuelto impotente. Desafortunadamente, todo lo que queda de Europa es un viejo complejo de culpa sobre el imperialismo, la esclavitud y la Holocausto. El hombre blanco se ha convertido en una de tres cosas: un izquierdista que es fácilmente chantajeado en virtud de su complejo de culpabilidad; un derechista radical que desea rescatar a su antiguo continente del odio y la violencia del Islam político a través de un tipo de odio diferente [es decir, el suyo propio], siendo este no menos criminal o violento; o un individuo medio apático que, en nombre de la tolerancia, permite que la derecha, la izquierda y el Islam político sea combatido [entre ellos mismos].
«Seguramente Voltaire y Kant se están revolcando en sus tumbas cuando ven que los políticos de sus países ignoran a aquellos defensores de la libertad y la iluminación y además acogen a aquellos que albergan un odio oculto por estos valores. Estos seguramente lloran amargamente al ver a un maestro decapitado en un charco de su propia sangre en una calle de París. Seguramente se preguntan si todo lo que hicieron y todo lo que escribieron fue en vano. Seguramente sienten pena y decepción cuando ven a los ciudadanos de Europa tuiteando ‘Todos somos Charlie Hebdo’ luego que los partidarios de la libertad de expresión pagaran con sus vidas, pero al mismo tiempo ignoran las advertencias de los críticos del Islam político, como si solamente un crítico fallecido fuese un crítico válido.
“La riqueza, la apatía y una comprensión ingenua de la tolerancia han desgastado el hermoso y singular continente de Europa, el último oasis de libertad y ahora este se encuentra infiltrado por derechistas ignorantes y acosado por una inmigración ilegal.
«Aún así, nuestra campaña contra el Islam político continúa. Nosotros debemos emprenderla por cuenta propia en Oriente. Debemos emprenderla utilizando lo que aprendimos de la historia de Europa y también lo que aprendimos de nuestra propia historia, contra el monstruo de la religión politizada que no se saciará hasta que nos haya devorado a todos.
«Hemos aprendido que las culturas van y vienen como aquellos castillos que los chicos crean en la arena, que al final son arrastrados por las olas del mar sin dejar rastro alguno. Pero las culturas son destruidas no solo cuando otros las atacan desde fuera, sino también cuando se vuelven frágiles y huecas internamente».
[1] Facebook.com/almaqaleg, 5 de noviembre, 2020; al9anat.com, 6 de noviembre, 2020.