Durante la temporada migratoria, aves de presa que atraviesan el cielo del Líbano llegan con heridas de bala al norte de Israel. Un parque del Keren Kayemet LeIsrael rescata a los animales para su rehabilitación. «La gente piensa que ‘derribar’ aves con un rifle es de ‘hombre’», sostuvo el jefe de observación de aves del parque.
Desde septiembre, momento en que comienza la temporada migratoria, comenzaron a llegar a la región norte de Israel aves rapaces y pelícanos con heridas de bala. Las aves procedían de Líbano, donde habían sufrido intentos de caza. En muchas oportunidades los cazadores logran herir a estos animales, pero éstos pueden seguir su vuelo hasta caer agotados.
Los animales encontrados son transferidos primero al Centro de Rehabilitación para la Vida Silvestre en el parque Agamon Hahula, perteneciente al Keren Kayemet LeIsrael (KKL), y desde allí son evacuados para recibir tratamiento médico al Hospital para la Vida Silvestre del Zoológico de Tel Aviv. Entre las aves rescatadas se encuentran diversos tipos de águilas y pelícanos.
Águila culebrera rescatada.
En las radiografías tomadas de los animales, los rescatistas lograron ver pequeños perdigones de plomo en las alas. «Conocemos este fenómeno que sucede en el Líbano desde hace algunos años», contó Yaron Charka, jefe de observación de aves del KKL. «El Líbano es un país con muchas armas. Mucha gente piensa que ‘derribar’ aves con un rifle es de ‘hombre’. Tanto Líbano como Israel se encuentran en el eje migratorio de estas aves. El parque Agamon Hahula está en la región norte de Israel y ahí llegan muchos de los pájaros heridos. Desde el establecimiento del Centro de Rehabilitación para la Vida Silvestre, somos testigos de cada vez más casos de aves rapaces heridas por cazadores”, explicó.
Recientemente, Charka encontró un águila herida en el parque. “Vi a lo lejos un pájaro grande en uno de los caminos. Estaba muy asustado. Se trata de un ave con una envergadura cercana a los dos metros, con un pico y garras potentes. Hay que tener cuidado de que no te rasgue la piel o las manos. Es triste descubrir el daño que produce la caza a estos poderosos animales. Pero hay una inmensa satisfacción en el hecho de que podamos salvar a algunos de ellos», concluyó.
Ynet Español