La vuelta de Obligado no se mancha





Los periodistas de Peligro de Wolf decidieron aprovechar el fin de semana largo para viajar, en su máquina del tiempo usada, hasta el 20 de noviembre de 1845 y cubrir el combate de la mítica Vuelta de Obligado, a modo de crónica deportiva:

En inferioridad numérica y gracias a su gran defensa, la Confederación celebró un heroico triunfo sobre los gringos.

El conjunto rosista, a pesar de terminar con cientos de hombres menos, consiguió una valiosa victoria ante el conjunto anglo-francés y obtuvo la Copa Soberanía.

Con sacrificio, patriotismo y orden en el campo de batalla, el conjunto federal preparó una sólida defensa que le permitió igualar las acciones. La defensa argentina, a cargo del capitán Lucio Norberto Mansilla, bloqueó el avance de los europeos que pretendían remontar el Paraná.

El comando gringo no le encontraba la vuelta a la Vuelta, y a pesar de los cambios estratégicos, no logró eludir el bloqueo. La más clara de los visitantes la tuvo un oficial inglés que cortó la cadena tendida por Lucho Mansilla, pero sus disparos hacia el área patriota no lograron el objetivo deseado. Un cañonazo certero de Mansilla, cuando faltaban pocos minutos para el final, aseguró el resultado.

El propio Mansilla, al terminar la batalla, declaró a la prensa: “Quiero dedicar esta derrota táctica (que para mí es un triunfo) a mi familia, al Restaurador Rosas y aclararle a los gringos que la soberanía argentina sobre los ríos interiores no se mancha. Ah… y al oficial Toresani le repito lo que le dije en la batalla: Segurola y Habana 4310, séptimo piso, y vamos a ver si me dura 30 segundos”.

Felizmente también pudimos rescatar el relato deportivo, en la voz de Víctor Hugo Morales, cuando Lucho Mansilla, concretó la llamada “Estrategia del Siglo”:

“Minuto 55’ de la batalla, en esta calurosa tarde de San Pedro. Va a disparar Lucio Mansilla, se acerca al cañón Mansilla, lo marcan dos gringos, arranca por la derecha Lucio, amaga a un barco inglés, va a encender el cañón y va a disparar al enemigo ¡Siempre Mansilla! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta… disparó y boooomm!. ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el Restaurador, viva la Santa Confederación! ¡Cañonazo de Lucio! Es el triunfo de un pueblo! ¡Mansilla! Es para llorar, perdónenme… Mansilla, en una estrategia maestra encadenó el avance del rival extranjero, una maniobra memorable, en la jugada de todos los tiempos… Barrilete patriótico… ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto gringo, para que nuestro pueblo sea un puño apretado gritando por la soberanía? 
Esta es una gesta histórica, un ejemplo de heroísmo, tras sufrir un bloqueo injusto llevado adelante por las dos mayores potencias políticas, económicas y militares de la época. Gracias, Dios, por la Vuelta de Obligado, por el Restaurador Rosas, por Mansilla, por estas lágrimas, por la soberanía, por esta derrota táctica con olor a triunfo de la Confederación Argentina”.

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