Trayectoria del Huracán Eta. Mapa que traza la trayectoria y la intensidad de la tormenta, según la escala Saffir-Simpson
Fue la tormenta tropical 30 del año en el Atlántico, World Vision sintetizó la situación declarando: “Es el impacto que el cambio climático está teniendo en los más vulnerables”. Resaltó, “Una vez más los menos responsables por las emisiones de gases venenosos, que generan el calentamiento global son los que más sufren sus efectos”.
Un estudio científico japonés encontró que el aumento continuo de las temperaturas promedio recalienta los mares, y produce otras condiciones atmosféricas que multiplican la frecuencia y potencia de los huracanes. Pero además llamó a alarma sobre que hace 50 años las tormentas tropicales típicas perdían tres cuartas partes de su intensidad en las primeras 24 horas. Actualmente solo pierden el 50% y llegan a tierra con capacidad de producir daños considerablemente mayores. Conclusión, vienen más huracanes, más frecuentes, y de mayor duración.
El cambio climático no es un escenario posible, es lo que está sucediendo, y las severas advertencias del Panel Mundial de expertos de la ONU (2500 científicos, de más de 100 países) que recibió el Premio Nobel, se están cumpliendo.
Julio 2020 fue el mes más caluroso de la historia, con temperaturas que en vastas áreas sobrepasaron los 40 grados centígrados. Los últimos cinco años fueron los más calurosos. Como predijo el Panel, los glaciares se derriten, la altura de los mares sube, aumentan los huracanes, y las inundaciones. Al mismo tiempo la tierra se seca, se incrementan las sequías de larga duración, se desatan macroincendios de bosques, y los campesinos pobres huyen al no poder subsistir.
Muchos ecosistemas perecen. Está sucediendo con uno vital para el mar, los corales. Son el sustento de especies pesqueras, que alimentan a 1000 millones de personas. La mayor formación coralífera del mundo, la Gran Barrera de corales de Australia, se ha reducido dramáticamente. El aumento del calor mató a la mitad de la población coralífera en los últimos 25 años. Así lo demostró un estudio de especialistas australianos. Señala “casi todas las especies están declinando. La situación seguirá empeorando si no se toman medidas drásticas contra el calentamiento global”.
Hay un camino para enfrentar estas y otras catástrofes climáticas muy cercanas, pasar de energías sucias a energías limpias. Lo exigió el Acuerdo de París, lo demandan vigorosamente las sociedades civiles, jóvenes que según las encuestas son en un 90% proverdes, y sectores empresariales avanzados. Así el CEO del mayor fondo de inversión mundial Black Rock, Larry Fink, pide sostenibilidad a las empresas y plantea “que el cambio climático será definidor para sus perspectivas”. Hay países en esa dirección como varios europeos, los nórdicos, la innovadora Israel, pionera de la energía solar. Están creciendo las inversiones en energía eólica, marina, solar, biomasa, hidrógeno, y otras no contaminantes. Se han bajado los costos de producirlas. Se estima que crecerán en un 10% en el 2021. Hay obstáculos, como los intereses creados que lucran con las energías sucias y el negacionismo del cambio climático. Los tiempos apremian. Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, enfatizó: “es necesario decir que la COVID es la crisis del momento, pero el cambio climático es la crisis del siglo”.
Bernardo Kligsberg