Si, es cierto, hay 1,700 millones de musulmanes en el mundo, sin embargo, no todos tienen la oportunidad de realizar el viaje de su vida de visitar la Meca.
Llega el doceavo mes del calendario musulmán y viajar hasta Arabia Saudita puede implicar para muchos musulmanes un importante gasto económico, pero una vez que se pisa el suelo saudí la aventura está por comenzar.
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El primer día el musulmán pronuncia 3 veces su intención de hacer la peregrinación. Posteriormente el creyente entra en un estado de concentración y le da 7 vueltas a la Kaaba, si puede besa o por lo menos señala a la piedra negra sagrada, esa que, se cree, es de tiempos de la creación
Entonces se inicia el recorrido de Safa a Marwa, esos 420 metros en los que se considera que caminó Agar con su hijo Ismael en el desierto.
La caminata es larga por realizarla 7 veces, así que tomar agua del pozo Zamzam es un momento que todos anhelan. El día termina en Mina, a 4 km de la ciudad donde se hacen las respectivas oraciones.
El segundo día inicia el día visitando el monte Arafat, un lugar sumamente sagrado pues ahí el profeta Mahoma realizó su discurso de despedida. Por la noche, los fieles recogen piedras pues las utilizarán al día siguiente.
Día 3. tras realizar las oraciones matutinas los musulmanes vuelven a Mina, en el camino hay 3 columnas que representan a Satanás, así que con el rechazo que el mismo demonio merece los pilares reciben las piedras arrojadas por los millones de musulmanes.
En algunas ocasiones, un cordero es sacrificado también para recordar el momento en que Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Ismael.
La peregrinación está por llegar al final, los fieles vuelven a la Kaaba y las 7 vueltas son caminadas de nuevo, pero esta vez con una vuelta extra en señal de despedida.
El viaje a la Meca, llega a su final, millones de musulmanes vuelven a casa después de cumplir uno de los más importantes preceptos del Islam, el sueño se hizo realidad.
Nadia Cattan / enlacejudio.com