Oficialmente la primera víctima judía en Manchukuo fue un farmacéutico apellidado Kofman que tras ser secuestrado en la Calle Pristan de la ciudad de Harbin por el grupo armado del oficial Kostya Nakamura, fue torturado y asesinado hasta que su cadáver apareció en el Barrio de Machiako.
Al cabo de poco tiempo, los antisemitas japoneses y rusos mataron al estudiante de música judío Semión Kaspé, lo que condujo a muchos hebreos a tomar la decisión de abandonar Manchukuo y alojarse en otras ciudades de Asia.
El Ejército del Kwantung que ocupaba Manchuria, llegó a temer por la existencia de una “quinta columna judía” que pudiese colaborar con la Resistencia China.
Ante este absurdo planteamiento de los japoneses, un total de ocho representantes judíos, entre estos su líder Abraham Kaufman, fueron detenidos y deportados como prisioneros al puerto de Kobe en Japón, donde permanecerían encerrados toda la Guerra del Pacífico (aunque por lo menos se les perdonó la vida).
Cuando se produjo el ataque a Pearl Harbor el 7 de Diciembre de 1941 y el Ejército Imperial Japonés invadió las Delegaciones Internacionales de Shangai (el resto de la ciudad permanecía ocupada desde 1937 y la Concesión Francesa era del Gobierno de Vichy), todos los extranjeros que perteneciesen a una de las naciones del bando de los Aliados, fueron arrestados y enviados a campos de internamiento en diversos lugares de China.
Curiosamente por el momento la normativa no afectó a los miles de judíos de origen asquenazi, polaco o ruso que se habían refugiado en la ciudad, por lo menos hasta que el oficial alemán Josef Albert Meisenger, jefe de la Gestapo en Tokyo, presionó a las autoridades para segregar a la población hebrea del resto de la ciudadanía.
Fue entonces cuando las fuerzas japonesas al frente del oficial naval Tsutomu Kobota aprobaron las leyes antisemitas el 15 de Noviembre de 1942, bajo la denominación de Proclamación Concerniente a la Restricción de Residencia y Negocios de los Refugiados Apátridas, mediante la cual los judíos se veían obligados a registrar sus viviendas y ceder sus negocios a los funcionarios del Eje.
Oficialmente el 18 de Mayo 1943, un total de 20.000 judíos fueron albergados en el Gueto de Shangai. La barriada que también fue conocida como la “Pequeña Viena”, tenía dos kilómetros cuadrados rodeados de alambradas y estaba compuesta por 811 bloques de apartamentos con un total 2.776 habitaciones, en cuyo espacio debían convivir de siete a ocho inquilinos por vivienda.
La seguridad interior del recinto estuvo al cargo de un cuerpo policial hebreo armado con porras que fue bautizado como la Guardia del Hogar (Pao Chia), mientras el exterior estaba vigilado por soldados japoneses de la Fuerza Naval Especial de Desembarco y colaboracionistas chinos de la Fuerza de Policía Municipal de Shangai.
La vida en el Gueto de Shangai fue un infierno porque sólo en Junio de 1943 murieron un total de 300 judíos por enfermedades como la viruela, el tifus o el cólera. A estas privaciones de alimentos y medicinas se sumó el maltrato de los soldados japoneses y los auxiliares chinos que constantemente empleaban la violencia y mataban a placer intentando eliminar cualquier tipo de disidencia o cooperación de los hebreos con la Resistencia China.
De hecho, numerosos judíos fueron asesinados intentando escapar del gueto escondidos en los carros de cadáveres que cada noche salían al exterior para evitar epidemias, ya que los guardias al final los terminaban encontrando hundiendo las puntas de las bayonetas y sus katanas. Incluso muchos judíos fueron víctimas de los bombardeos de la Fuerza Aérea Estadounidense (USAF) contra la ciudad, como por ejemplo el raid que tuvo lugar el 17 de Julio de 1945 que acabó con la vida de 38 internos, causó heridas en otros 500 y dejó a 700 sin hogar; mientras que otros 36 optaron por suicidarse.
Durante toda la Guerra del Pacífico, el Tercer Reich presionó al Imperio Japonés para aplicar la Solución Final mediante el exterminio de todos los judíos de Shangai, tal y como propuso el oficial de la Gestapo, Josef Albert Meisenger, a través del cónsul en la ciudad, Martin Fischer.
Curiosamente, la Marina Imperial Japonesa estudió esta misma posibilidad con la introducción de todos los hebreos en un carguero que dejarían a la deriva para posteriormente hundirlo en medio del mar, aunque afortunadamente en el último instante la idea fue descartada por el Gobierno de Tokyo por miedo a represalias de los Aliados Occidentales.
El 3 de Septiembre de 1945, justo un día después de haber terminado la Segunda Guerra Mundial con la capitulación de Japón, la ciudad de Shangai fue liberada por las tropas nacionalistas del Ejército Chino. Hasta ese momento, un total de 1.581 judíos habían perdido la vida en el Gueto de Shangai.
La estancia de los judíos en Shangai tampoco fue cómoda después de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia de la Guerra Civil China y la expulsión del Gobierno del Kuomintang, las tropas del Partido Comunista Chino de Mao Tse-Tung se apoderaron de esta urbe, lo que implicó la expulsión de todos los hebreos por la recién fundada República Popular de China que tuvieron que marcharse a Israel, Estados Unidos, Canadá o Europa (curiosamente de 18.400 que había en 1945, en 1967 sólo quedaban 15).
Asia fue el lugar más alejado de Europa que se vio afectado por el Holocausto y la persecución antisemita de la Alemania Nacionalsocialista. Bajo la ocupación del Imperio Japonés entre 1931 y 1945, murieron un total de 1.583 judíos durante la Segunda Guerra Mundial (1.581 en el Gueto de Shangai y 2 en Manchukuo), aproximadamente el equivalente al 25% de la comunidad hebrea de China.