Ayer, 30 de noviembre, Israel y el mundo judío recordaron el destino de más de 850.000 judíos que fueron expulsados de los países árabes e Irán en el siglo XX.
Fueron obligados a huir de sus hogares. A huir de sus países. Les robaron sus pertenencias. Sufrieron persecución y violencia.
Es un suceso muy importante en la historia reciente, que que afectó profundamente a la nación judía en su conjunto, así como a la demografía de Oriente Medio y el Magreb.
Seguro que UNRWA España, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España o la European External Action Service – EEAS no les recuerdan.
Nosotros sí.
ACOM