En [la era de] el Segundo Gran Templo, cuando gobernaba el reino [seléucida] de Grecia, éste impuso [severos] decretos a los judíos con el fin de suprimir su credo. [Los greco-sirios] no les permitieron dedicarse a [el estudio de] la Torá y [el cumplimiento de] las mitzvot, echaron mano sobre sus bienes y sus hijas, e ingresaron al Santuario cometiendo allí desmanes y profanando lo que era puro.
Los judíos sufrieron enorme angustia por su causa —pues fueron severamente oprimidos—, hasta que el Di-s de nuestros padres Se apiadó de ellos, librándolos de sus manos y salvándolos. Los hijos del Jashmoneo —los Sumos Sacerdotes—, se impusieron, matándolos y salvando a [el pueblo de] Israel de su dominio.
Estos designaron rey a uno de los Kohaním (sacerdotes), y el reinado judío retornó por más de 200 años, hasta la destrucción del Segundo Gran Templo.
Una vez que los judíos se impusieron a sus enemigos y los destruyeron e ingresaron al Santuario —esto fue el [día] 25 del mes [hebreo] de Kislev— no hallaron en el Gran Templo aceite [ritualmente] puro salvo una única tinaja que estaba depositada con el sello del Sumo Sacerdote [intacto], suficiente para encender [el Candelabro] únicamente durante 1 día. Con éste [sucedió un milagro y] encendieron las lámparas del Candelabro [durante] 8 días, hasta prensar aceitunas y extraer aceite [ritualmente] puro.
Por esta razón, los Sabios de aquella generación instauraron que estos 8 días —que comienzan el 25 de Kislev— fueran días de alegría y alabanza. En ellos se encienden luces al anochecer junto a las entradas de las casas en cada una de las 8 noches, para exponer y revelar el milagro.
Esos días se denominan Janucá , es decir janú jaf hei/ (“descansaron el [día] veinticinco”), pues el día 25 [de Kislev] descansaron de [la tiranía de] sus enemigos. Además, [esta festividad se llama Janucá (“inauguración”)] porque en esos días [los judíos] inauguraron [nuevamente] el Gran Templo que los opresores habían profanado. Por eso, hay autoridades que declaran que en Janucá es mitzvá incrementar levemente las comidas [para celebrarlo].
Otra razón [para celebrar]: Porque la tarea de construcción del Mishkán (el Tabernáculo Móvil del Desierto) se terminó en estos días [aunque su inauguración fue recién en el mes de Nisán; véase el Capítulo 107, inciso 1].
Durante estos días se debe relatar a los integrantes de la familia el tema de los milagros que se hicieron para con nuestros antepasados (véase [las obras de] Flavio Josefo). No obstante, [la comida de Janucá] no se considera “Banquete de Mitzvá” a menos de que en su transcurso se entonen cánticos y alabanzas [a Di-s].
Durante los días de Janucá se incrementa la caridad, pues estos son auspiciosos para enmendar los defectos de la propia alma por su intermedio, especialmente [cuando es dada] para el sostén de personas pobres estudiosas de la Torá.
Radio Jai