Con este telón de fondo, los libaneses de todos los orígenes están aterrorizados por el peligro de los enormes arsenales de armas que Hezbollah ha escondido y se niega a retirar de los barrios civiles de todo el país.
El Líbano fue devastado este verano cuando un almacén, que almacenaba grandes cantidades del producto químico nitrato de amonio, explotó en el puerto de Beirut. La explosión causó cantidades horribles de destrucción, matando a decenas de personas y destruyendo edificios en un gran radio. Esta horrible tragedia, que dejó más de 200 libaneses muertos y miles de heridos más, fue el resultado de un almacenamiento masivo de explosivos peligrosos en centros civiles.
La explosión enfureció de tal manera a la población libanesa que lanzó dias de violentas protestas en las calle, exigiendo una investigación internacional sobre lo sucedido. Muchos señalaron a Nasrallah y Hezbollah como los probables culpables.
Trágicamente, está claro que es sólo cuestión de tiempo que la próxima explosión estalle y que un gran número de civiles vuelvan a morir. Hezbollah, es ampliamente conocido, almacena sus cohetes, lanzadores y armas en escuelas, mezquitas, edificios residenciales y hospitales. Y Hezbollah utiliza a la población civil del Líbano como escudos humanos para proteger sus armamentos.
Con este telón de fondo, el Centro Jurídico Shurat HaDin-Israel, con sede en Tel Aviv, ha enviado cartas de advertencia a las aerolíneas internacionales que prestan servicio en el aeropuerto de Beirut y a las compañías de seguros que aseguran los aviones, advirtiéndoles que los cohetes de Hezbollah que se están almacenando en las instalaciones podrían poner en peligro la vida de los pasajeros. El grupo exige que las aerolíneas suspendan todos los servicios al aeropuerto internacional Rafik Hariri de Beirut.
Hezbollah tiene un verdadero dilema: su objetivo de hacer llover misiles sobre las ciudades israelíes sólo puede lograrse si se dispone de muchos lanzadores en muchos lugares diferentes. Hezbollah necesita mantener sus cohetes en el aeropuerto o Israel los destruirá, y sin embargo, al mantenerlos almacenados allí, están poniendo en peligro la vida de civiles libaneses inocentes que quieren que se trasladen.
Todos los que tienen esperanzas en el futuro del Oriente Medio reconocen que hay que hacer frente a Irán y Hezbollah y obligarlos a abandonar sus actividades criminales. Esto significa retirar los cohetes y las armas de las zonas civiles libanesas. Sólo podemos esperar que las cartas de advertencia de Shurat HaDin puedan empujar a las aerolíneas y compañías de seguros a actuar. Si los cohetes permanecen, el aeropuerto de Beirut es sólo la próxima tragedia libanesa que espera suceder.
Ronn Torossian / Noticias de Israel