Nuestra comunidad se constituyó de una manera diferente a otras.
Nosotros no recibimos grupos de inmigrantes, sino que nuestros miembros fueron llegando de a uno, a partir de referencias de “paisanos” que los invitaban a emigrar.
No se trató de personas de dinero, todo lo contrario, pero aunque eran pobres su conformación social era diferente a otras comunidades.
En la actualidad sefaradíes y askenazíes compartimos la comunidad y las actividades. Estamos presentes en la sociedad de San Luis y somos reconocidos. A pesar de ser pocos, somos convocados y tenidos en cuenta.
La convivencia es muy buena. Solamente en momentos en los que la situación en Medio Oriente se tensa o hay conflictos ese vínculo se complica, pero siempre dentro de un marco de gran respeto y comprensión.