La Rosa Blanca. La juventud alemana en contra de los nazis.

La Rosa Blanca fue un grupo estudiantil que imprimió folletos clandestinos en contra del régimen nazi y los repartía a través de una red secreta de mensajeros en las principales universidades de Alemania. 

Sus miembros fundadores y a los cuales la historia  recuerda por su heroica labor son: Hans y Sophie Scholl, Christoph Probst, Willi Graf y Alexander Schmorell. Algunos de éstos fueron parte de la milicia alemana y de las juventudes hitlerianas, hasta que descubrieron los “crímenes abominables” que cometían los nazis contra los judíos y otros sectores minoritarios de la población.

El grupo fue fundado en 1942 por estos cinco jóvenes que rondaban los veinte años o menos. A través de folletos denunciaron al Partido Nazi como homicida, hicieron pintas en las universidades, abogaron por el sabotaje de la industria armamentista y clandestinamente sumaron a muchos otros estudiantes quienes ayudaron a repartir sus publicaciones en las universidades de Hamburgo, Freiburg, Berlín y Viena. 

El 18 de enero de 1943 publicaron en el folleto: “Ha llegado el día de saldar cuentas, las cuentas de nuestra juventud alemana con la tiranía más vil que nuestro pueblo ha soportado jamás”. En este invitaban a los estudiantes de la universidad de Münich a rebelarse en armas contra el Tercer Reich. 

Ese mismo día fueron descubiertos y reportados a la Gestapo. De este hecho hay dos versiones, la primera cuenta cómo los hermanos Scholl fueron descubiertos por un trabajador de la universidad que vio los folletos, por lo que los lanzaron desde el segundo piso de la universidad dando todo por perdido y revelando su participación en el movimiento. 

La segunda versión cuenta que uno de los muchachos, quien era parte de la resistencia, entregó los folletos a otro y estos fueron avistados por un trabajador de la universidad, identificado como Jakob Schmid, quien los reportó.

No sabemos con precisión hasta la fecha, cómo fue que fueron descubiertos, pero en ambas versiones encontramos que fue Jakob quien los delató con la Gestapo. Siendo apresados los líderes del movimiento, enjuiciados y decapitados al grito de “¡Viva la Libertad!”.

Un dato curioso de la historia es que todos estos jóvenes fueron reconocidos por las diferentes iglesias a las que pertenecían. 

Alexander Schmorell, fue declarado santo de la Iglesia Ortodoxa (anexo su icono oficial); Hans y Sophie Scholl quienes fueron reconocidos por la Iglesia Luterana como jóvenes ejemplares y Christoph Probst y Willi Graf fueron honrados con el título de ciudadanos ilustres en Alemania. 

A modo de conclusión les cuento que tengo veintiséis años y quiero recordarle a los jóvenes que me leen, que nunca es tarde para hacer lo correcto y la edad nunca será impedimento para hacer o dejar de hacer las cosas. Tenemos la fuerza y el ingenio para llegar a donde deseemos y causar un impacto positivo o negativo en el mundo sin importar nuestra edad, todo depende de las decisiones que tomemos. Los invito a ser valientes como los miembros de la Rosa Blanca, a hacer siempre el bien en donde sea que estemos y a no perder el impulso. Esta cuarentena y el panorama mundial ha incrementado los casos de depresión y suicidio entre la juventud. Amigos, ¡no nos demos por vencidos! Mi padre siempre me dice que quien pierde la esperanza, pierde el juego y la vida misma. Los miembros de la Rosa Blanca nunca perdieron la esperanza en un mejor futuro, a pesar de vivir un tiempo especialmente complicado y lleno de maldad. Es nuestra oportunidad de destacar en nuestros mismos hogares, de mantenernos positivos y activos, aún desde casa. 

¡Vamos adelante! ¡Todo pasará!

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