«A todos los hombres, judíos y gentiles, que dieron la vida en la antigua e inacabable lucha por la lbertad y la dignidad humana». Howard Fast (1948)
En estos días las comunidades judías celebran Jánuca, la Fiesta de las Luminarias. Se trata de una festividad religiosa por la cual se conmemora el milagro ocurrido durante la redención del Templo de Jerusalén que había sido ultrajado por los invasores seléucidas en el 167 AC. En el proceso de purificación, la menorá (candelabro) del templo debía permanecer encendida ocho días, pero solo había aceite para un día. Sin embargo, la menorá permaneció encendida los ocho días requeridos, hasta que se consiguió el aceite de oliva necesario obtenido de una nueva prensada.
La festividad de Jánuca se remonta a un acontecimiento histórico ocurrido en el segundo siglo anterior a Cristo: la rebelión de los hasmoneos, una familia de sacerdotes de Modiin – población cercana a Jerusalén -, que se levantaron en contra del invasor seléucida que pretendía el dominio de Judea y su helenización. Los hasmoneos o macabeos, como se los conoció después, lograron vencer a los seléucidas y a sus aliados judíos y dieron lugar a la dinastía hasmonea que gobernó Judea cerca de ciento treinta años hasta la ejecución de su último rey y sumo sacerdote Antígono Matitías, ordenada por Herodes I, que a partir de ahí gobernó un estado vasallo del Imperio Romano.
En 1948 el escritor norteamericano Howard Fast publica Mis gloriosos hermanos, una novela histórica que relata la rebelión hasmonea contada en primera persona por Shimon, el único de los hermanos sobrevivientes y el primer rey de la dinastía. Es un relato épico pleno de lirismo, emoción y melancolía, que va desgranando en cada uno de los capítulos la personalidad de los hermanos, los conflictos políticos y personales que los asolaron, así como los acontecimientos militares de los que fueron protagonistas.
Pertenece al ciclo de novelas y relatos que recrea ficcionalmente acontecimientos de la historia universal. Es junto con Camino de libertad, El ciudadano Tom Paine, La pasión de Sacco y Vanzetti y Espartaco, de las novelas más conocidas de su autor, quien dedicó buena parte de su vastísima obra, que abarca todos los géneros, al tratamiento de las cuestiones políticas y sociales de su tiempo. Espartaco, de 1951 fue llevada al cine en 1960 por Stanley Kubrick, con un guión adaptado por Dalton Trumbo y con las actuaciones de Kirk Douglas, Lawrence Olivier y Jean Simmons. Ganó cuatro premios de la Academia de Hollywood.
Mis gloriosos hermanos fue escrita tres años después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial y al comienzo de la guerra fría. En la misma época, aparecieron los primeros indicios de lo que luego fue el macartismo, la «cacería de brujas», que se desató con toda su furia en los años cincuenta en los EEUU. El mismo Howard Fast, miembro del partido comunista, fue víctima de la persecución del Comité de Actividades Antiamericanas. Padeció la cárcel y su obra estuvo prohibida durante muchos años, lo que lo obligó a publicar con seudónimo y muchas veces costeando de su bolsillo la edición. Estos datos no solo explican el marco histórico en el que la obra de Fast fue escrita sino también la elección de su temática: un pueblo pequeño que se rebela contra una tiranía cruel que quiere aniquilarlo, la lucha por la libertad de pensamiento y el derecho de los perseguidos y oprimidos a oponerse a los sistemas de dominación. De esta manera el autor se inscribe entre quienes consideran que los acontecimientos del pasado no solo deben considerarse en el contexto de su época, sino que deben ser interpelados en el presente. De lo contrario se convierte a la historia en una curiosidad sociológica y una disciplina infecunda.
Howard Fast renunció al partido comunista en 1956, tras la invasión soviética a Hungría. Escribió entonces El dios desnudo un devastador testimonio de los crímenes del estalinismo.
A diferencia de los herederos de los Macabeos, que una vez desaparecida la primera generación de los libertadores se entregaron al helenismo contra el cual sus padres habían luchado, Fast no renunció al marxismo ni a los ideales que en 1943 lo llevaron a adherir al Partido Comunista. Fue un escritor prolífico y una personalidad pública muy conocida. Había nacido en 1914 en Nueva York en el seno de una familia proletaria de inmigrantes judíos. Murió en Connecticut, el 12 de marzo de 2003. A pesar de su enorme popularidad entre la intelectualidad progresista argentina en las décadas de los 50, los 60 y parte de los 70 del siglo XX , en la actualidad su persona y su obra son bastante ignoradas. Redescubrirlo sería un verdadero ejercicio de diálogo entre generaciones, una fusión de horizontes, que podría iluminar esta época tan perturbadora que nos toca vivir.