RELACIONES PREMATRIMONIALES

Las relaciones prematrimoniales, son un tema tabú para nuestra generación (la de los abuelos), no pasa lo mismo con la de los jóvenes que enfocan el tema con naturalidad, sin tapujos ni escondidas.
Allí por la década del cincuenta, el gran psicoanalista, Dr Pablo Schechter, un austríaco que en la preguerra asistió a las conferencias de Freud, que en 1938 arribó a la Argentina perseguido por el nazismo y que fue largo tiempo mi médico analista, me contaba que en su país de origen, las relaciones prematrimoniales eran absolutamente normales y corrientes en esa época; esta afirmación me sorprendía mucho considerando nuestros conceptos de entonces. 
Decía: tienen la ventaja del «matrimonio a prueba», si los futuros contrayentes fracasan en la realización de las mismas durante la convivencia, es posible que el matrimonio tenga el mismo destino.-
Tanto para judíos como para católicos, esta práctica está descartada. Cuanta literatura se elaboró sobre el tema durante largos años!… En Idish, que es tan rico en refranes, cuando una chica tuvo relaciones antes de su Jupá (casamiento religioso), se decía «zi hot guiguesn farn davenen» traducido quiere decir «comió antes del rezo de la mañana», éste se realiza temprano y no debe ingerirse alimentos antes de su finalización, así era «minhag», costumbre.-
Como decía Discépolo, en su famoso tango: «todo ha cambiado, nada es igual»; en la actualidad y en nuestro medio, las relaciones prematrimoniales son absolutamente corrientes y normales. Prácticamente todos los jóvenes las practican y lo veo muy bien, incluso es costumbre de convivir algunos años y luego celebrar el matrimonio civil y religioso a veces acompañados de pequeños hijos. 
Ya hace muchos años, mi madre, «la bobe», como la llamaban mis hijos, les reconocía que las nuevas costumbres son más naturales que las de su época, por lo cual, ahora las aprobaba.-
Fruto de la sociedad machista, la única que era condenada por relaciones prematrimoniales era la mujer, todo lo contrario acontecía con el hombre, eran un gran atributo de su personalidad.
En la «ketubá», acta matrimonial con la que los judíos celebran el matrimonio, un párrafo especial dice que la contrayente es virgen; este atributo era muy importante, por lo que se lo hacía constar expresamente. En la actualidad se sigue incorporando la misma cláusula, pero es pura formalidad….
Samuel Jinich

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