En el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, establecido por la Unesco, conversamos con el doctor Mario Sinay, especialista en Pedagogía de la Shoáh, exdirector del Departamento de Habla Hispana para el Estudio del Holocausto de Yad Vashem.
Entre todos los temas inherentes a la Shoáh, hoy deseamos conocer la opinión del doctor Sinay sobre la negación de Polonia a reconocer a las propiedades de los judíos confiscadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
“Es un tema muy complejo porque desde hace algunos años hay en Polonia un gobierno de ultraderecha, xenófobo, y con algún tipo de matiz, que podríamos denominar ‘casi’ antisemita”. Efectivamente, eliminaron en estos momentos la posibilidad de reclamar propiedades judías.
Sinay, para analizar la situación de Polonia frente a los judíos, indicó que se debe diferenciar entre los políticos, especialmente a los políticos como el del actual gobierno, de ultraderecha, ultra cristiano y xenófobo, y los polacos en general. Si se va a la academia, a los intelectuales, a la prensa, hay un tipo de reconocimiento, no es que haya una negación, pero en la narrativa polaca ellos se presentan como víctimas del nazismo, aun antes que los judíos, lo que es cierto. En cuanto a la famosa ley polaca, los Campos eran alemanes en territorio polaco, y no hubo allí participación polaca. El segundo punto es que no se puede echar la culpa al gobierno polaco, porque este se encontraba en el exilio en esa época, y por ende, no tuvo responsabilidad como gobierno de lo que sucedía. Esto no significa que no hayan reconocido que haya habido antisemitismo ni colaboracionismo. Pero también debemos recordar que hubo Justos de las Naciones, y Polonia es el país que más Justos de las Naciones tiene de toda Europa, y también debemos recordar que, en las votaciones en la Comunidad Europea de los últimos años, los únicos dos votos a favor de Israel fueron de Polonia y Alemania.
La mayoría de los judíos polacos consideran que fueron entregados por sus vecinos, compañeros, y tiene una sensación de frustración muy grande frente a Polonia. El doctor Sinay tuvo la oportunidad de conocer a miles de sobrevivientes de la Shoáh, y pudo constatar que la gran mayoría de ellos piensa que hubo antisemitismo y que efectivamente, fueron entregados.
Como tema importante para aclarar, la Shoáh no fue un evento netamente ashkenazí, sino de todo el pueblo judío, en toda región donde hubo comunidades judías sefaraditas, se dio el mismo destino que en Ashkenaz. En las grandes comunidades judías en Grecia, Salónica, en los Balcanes, en el norte de áfrica, en Francia, en Holanda los judíos tuvieron el mismo destino que los judíos de Ashkenaz. No diferenciaban entre ashkenazíes y sefaradíes.
Respecto de que si Shoáh es un tema erradicado. Un suceso que no podría repetirse, Sinay fue contundente: “No, de ninguna manera; yo pienso que esto puede volver a pasar”. Y explicó que, de hecho, sucedieron después de la Shoáh en Yugoeslavia, en Ruanda y en tantos otros lugares, sin mencionar los genocidios en Latinoamérica, o las faltas o ausencias de democracias. Y sin intención de hacer ningún tipo de comparación, dijo “que genocidios, hubo, los hubo”, incluso durante la Dictadura en la Argentina, que por supuesto es incomparable con la Shoáh, pero que hubo genocidios. “Esto puede volver a suceder, el mundo no se ha curado de esa enfermedad y no ha aprendido lo suficiente”, declaró.
Sin embargo, y a pesar de eso, sostiene que le parece muy difícil que le pueda volver a pasar al pueblo judío, cree que este ha aprendido la lección.
Sobre cuál sería el antídoto contra semejante mal: El modo de vencerlo, es luchar contra la xenofobia, la intolerancia, apoyar la democracia y combatir contra todo ello que la pone en peligro: intolerancia religiosa, violencia. Y sin ir más lejos, basta mirar lo que está sucediendo en Ucrania frente a la amenaza rusa, y sin olvidar el detalle de que el presidente ucraniano es judío.
“Esto puede volver a pasar, el mundo no aprendió”, concluyó