Sin duda, en este Pesaj, el antisemitismo en todas sus perniciosas mutaciones dominará las discusiones familiares en nuestros Sedarim.
Por Abraham Cooper
¿Dónde empezar?
¿Quizás por el informe del Ministerio de Asuntos de la Diáspora acerca de la proliferación de 55,000 publicaciones antisemitas online por parte de nazis, supremacistas blancos, demonizadores de Israel de extrema izquierda, traficantes de conspiraciones y activistas palestinos extremos? Estos fanáticos increíblemente diversos lograron idear una interseccionalidad entre su odio a los judíos y los horrores desatados por el ejército de Putin contra el pueblo ucraniano. Incluso el criminal de guerra Bashar al-Assad intervino denunciando que el “sionista judío” Zelensky, que está confabulado con los neonazis, debe ser aplastado por Putin.
¿Por el Poder Judicial francés? Hace cinco años, el 4 de abril, un asesino antisemita irrumpió en el apartamento de Sarah Halimi en París. La golpeó, gritó Allahu Akbar y Shaitan (Satanás) y la arrojó por el balcón. Se retiraron los cargos porque se estimó que lo hizo bajo los efectos de la que marihuana que fumaba.
¿Por una “sinagoga” en Chicago que votó a favor de celebrar Pesaj declarándose oficialmente antisionista?
¿Por la reciente marcha contra Israel en las calles de la ciudad de Nueva York con cientos de manifestantes cantando “globalicen la Intifada”? Con la notable excepción del congresista estadounidense Ritchie Torres, el inequívoco llamado a “matar a los judíos” en un momento de continuos ataques violentos contra nuestra gente en las calles de la Gran Manzana, prácticamente no recibió ninguna atención de los medios.
¿Por los estudiantes universitarios que regresan a casa para el Seder que hablarán sobre las élites académicas que se unen a los boicots contra las instituciones israelíes de educación superior y los grupos de estudiantes financiados por escuelas que intensifican sus ataques contra el Estado judío y buscan purgar de sionistas sus campus, mientras que los presidentes de las universidades desvían las críticas escondiéndose detrás de la ‘libertad académica’?
Luego están las ONG, guardianes de la sociedad civil. Amnistía Internacional (AI) desató un calumnioso ataque contra el Estado judío, etiquetando a Israel como un estado de Apartheid. Luego, el jefe de Amnistía-EE. UU., se preguntó si el Estado de Israel debería existir. ¿La reacción del Secretario de Estado de EE. UU. Blinken? Se reunió personalmente con AI y elogió a los funcionarios de Human Rights Watch, Ken Roth y Agnes Callamard, francos promotores de la mentira del Apartheid.
Estos son solo algunos de los desafíos que nuestro pueblo enfrenta en este Pesaj. Sin embargo, antes de llorar en las Cuatro Copas o de beber la de Eliahu, considere agregar los dos héroes judíos a esa mezcla, que ayudaron a moldear mi comprensión del significado del Éxodo, del liderazgo judío y del heroísmo:
El primero fue impartido en voz baja por el rabino Tzvi Meisels en Auschwitz. (Registrado por el autor en su obra hebrea: M’kadshei Hashem (Santificadores del nombre de Di-s).
En 1944, el rabino húngaro era un trabajador esclavo en Auschwitz. Al final de cada día agotador, con el hambre y la desesperanza envolviendo a cada judío quebrantado, el rabino Meisels insistía en impartir algunas palabras de la Torá, un acto desafiante que – si lo atrapaban -, habría llevado a su ejecución inmediata.
En este día, relató los desastrosos resultados del primer encuentro de Moisés con el Faraón. En respuesta a la súplica de “deja ir a mi pueblo”, el rey egipcio duplicó su voluntad en un decreto que solo agregó más dolor físico a los desventurados esclavos hebreos. La Biblia entona–“Lo Tosefune”- no proporcionen a los esclavos la materia prima que necesitan. Gracias a Moisés, los esclavos tendrán que levantarse mucho más temprano para recogerlo ellos mismos. Luego, Meisels señaló el hecho de que la palabra Tosefune, generalmente escrita con una Vav, llevaba en su lugar una Alef que venía de la raíz de la palabra que significa reunión o encuentro. El Faraón dictó dos decretos; el segundo prohibió cualquier reunión entre los hebreos, por pequeña que fuera. “Los tiranos desde Faraón hasta Hitler”, enseñó Meisels, “siempre entendieron el poder de la unidad judía y temieron que cuando los judíos se unieran, ningún poder en el mundo podría derrotarlos”. Aquél día en Auschwitz, Meisels les dijo a sus compañeros judíos, destrozados en cuerpo y espíritu, que aún podrían atreverse a tener esperanza si tan solo se acurrucaran los unos junto a los otros, aunque fueran unos pocos momentos robados. Algunos sobrevivirían y ayudarían a llevar adelante el destino judío después de la Shoá.
En 2022, sean cuales sean nuestras diferencias, y son muchas, la enseñanza de Meisels en Auschwitz nos recuerda que solo la Unidad Judía puede garantizar la Supervivencia Judía.
Finalmente, encerrados por el ejército egipcio que se aproximaba, los hebreos quedaron atrapados en el Mar Rojo. Moisés oró, pero esta vez Di-s replicó: ¡deja de orar y ponte en marcha! Fue entonces cuando Nahshon, no Moisés ni Aarón, saltó hacia el Mar Rojo, y solo entonces comenzó la división milagrosa.
Cada judío, en cada campus, en cada sinagoga, en cada unidad de las Fuerzas Armadas de Israel-FDI, es un Nahshon.
Entonces, en el Seder de este año, cada uno de nosotros debe recordar que el Éxodo y el destino judío estarán asegurados solo cuando el Nahshon en cada uno de nosotros esté preparado para sumergirse en la inmersión profunda de los fieles.
El rabino Abraham Cooper es Decano Asociado y Director de Acción Social Global del Centro Simon Wiesenthal,
*Traducción Centro Simon Wiesenthal para América Latina