Por Luis Fuensalida
En mi columna del miércoles pasado, cité al catedrático estadounidense Samuel Huntington, que en su artículo “Lonely Superpower” señalaba que el sistema internacional estaba transitando de una breve fase Unipolar hacia una Multipolaridad, escenario en el que los EE.UU., si bien continuaría siendo la 1ra. Potencia global, ya no sería el Hegemón resultante de la Guerra Fría, y que debería enfrentar la competencia por el Poder mundial con China fundamentalmente, y con una Rusia, que a partir de la llegada al poder de Vladimir Putin intenta recuperar la zona de influencia del viejo imperio soviético.
Sin retrotraerme demasiado en tiempo, partiendo del principio del Siglo XX, el sistema internacional presentó una estructura multipolar, hasta la finalización de la 2da. Guerra Mundial, cuando el equilibrio del Poder Mundial se estructura de manera Bipolar, un bloque Occidental liderado por los EE.UU. y un bloque Oriental encabezado por la ex – URSS, lo constituyó la oposición de dos modelos diferentes y hasta antagónicos, en lo político las democracias liberales contra las dictaduras comunistas, y en lo económico, la economía de mercado libre y competitivo frente a economías estatistas y centalizadas, y tal como lo he señalado, la confrontación terminó con el derrumbe del bloque soviético, pero que sin embargo, no llevó a la debacle a China, que de la mano de Den Xiaoping, inició en el campo económico una serie de reformas y apertura política y comercial, que constituye la “piedra fundacional” de la China Potencia actual que busca disputarle el liderazgo global a los EE.UU.
Pero, en América Latina, la dictadura castrista sobrevive hasta el día de hoy, con un astuto Fidel Castro que supo reinventar el proceso de importación de la Revolución Cubana a través del llamado Socialismo del Siglo XXI, cuyo abanderado fue el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y pese a que ambos hoy no están entre nosotros, tanto Miguel Díaz Canel como Nicolás Maduro, han tomado la posta ideológica y dictatorial.
En ese legado del pensamiento de lo más rancio de la izquierda, se fundó en la década de los 90 del siglo pasado, el llamado Foro de San Pablo, que reúne a los partidos y grupos políticos de la izquierda latinoamericana, incluso a organizaciones revolucionarias, y quién fue el promotor de este encuentro, el Partido de los Trabajadores de Brasil liderado por el líder gremialista y devenido en político, Luis Lula da Silva, y el objetivo del Foro es combatir al liberalismo, tanto político como económico, y bajo el lema de la “lucha contra el Imperialismo”, lograr posicionar en el poder a gobiernos de izquierda a fines a sus lineamientos en la región.
Desde su primera reunión, en 1990 en la ciudad brasileña de San Pablo, hasta el presente, se han llevado más de una veinte reuniones en distintos países de Latinoamérica, donde está representado por partidos y grupos a fines, por ejemplo en Argentina, los partidos Comunista, Comunista Revolucionario, Intransigente, Socialista, Humanista y grupos como Movimiento Evita, Movimientos Libres del Sur, en Brasil, además del ya mencionado Partido de los Trabajadores, Partido Democrático Trabalista, Partido Comunista y Movimiento de los Sin Tierra, en Bolivia, el actual partido en el gobierno, Movimiento al Socialismo, en Chile también parte de la coalición gobernante, Partido Socialista, el Comunista, Izquierda Libertaria y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, en Colombia, la Alianza Verde, Partido Comunista, Unidad Democrática, Unión Patriótica, Movimiento Alternativo Indígena y Social y Poder Ciudadano Siglo XXI, en Ecuador el abanico de la oposición al actual gobierno, como ser Movimiento Plurinacional Pachakutik, los partidos Comunista y Socialista ecuatorianos, lo mismo sucede con Paraguay, donde los representantes del Foro son, los partidos Comunista y Socialista, el Movimiento al Socialismo y el partido Revolucionario Febrerista, en cuanto al Perú, el partido del actual gobierno, Perú Libre, pero también los partidos Nacionalista, Comunista y Socialista peruano y Tierra y Libertad, algo similar es el caso de Méjico con el partido gobernante, Movimiento de Regeneración Nacional, y así seguiría en todos y cada uno de los países latinoamericanos, pero si es fundamental para el accionar del Foro de San Pablo, las tres dictaduras que rigen en, Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Sin embargo, con el triunfo en muchos países de la región de partidos de centro derecha, en particular a partir de mediados del decenio pasado, el Foro de San Pablo fue perdiendo protagonismo, por lo que a mediados de julio del 2019, se reinventó a través del llamado Grupo de Puebla, reunión de políticos y académicos de izquierda en la ciudad homónima de Méjico, cuyo segundo encuentro se realizó en Buenos Aires, Argentina del 9 al 11 de noviembre del 2019 y el último en Ciudad de Méjico entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre del año ppdo., participando más de un centenar de líderes políticos de unos 19 países, incluido el Reino de España representado por el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero del PSOE y del partido Podemos que está en el gobierno español desde el 2014, y que no olvidemos que en aquella reunión fundacional concurrieron por Argentina, el actual presidente Alberto Fernández y otros partidarios kirchneristas, Jorge Taiana, Carlos Tomada, Elizabeth Gómez Alcorta entre otros.
Ahora bien, desde 1994 se comienzan a dar las reuniones de Jefes de Estado de los países del continente que recibe el nombre de Cumbre de las Américas, con el objetivo de tratar cuestiones diplomáticas relevantes y del ámbito económico importantes, la primera de las cuales se dio en el año mencionado en la ciudad de Miami, EE.UU. y la octava y última hasta el presente, en abril del 2018 en Lima, Perú, y que tiene como fecha de celebración para el próximo 6 al 10 de junio, en Los Ángeles, EE.UU.
Recordemos, que en la reunión celebrada en Lima en el 2018, la entonces canciller peruana Cayetana Aljovin, anunciaba que Perú retiraba la invitación al dictador venezolano Nicolás Maduro, lo que fue respaldado por los países miembros del Grupo Lima, del que entonces formaba parte nuestro país, y por el Secretario Gral. de la OEA, Luis Almagro, aunque los representantes de Cuba, Bolivia y Ecuador, se manifestaron su posición que Venezuela si debería participar, ausencia que no fue la única, ya que el entonces presidente de los EE.UU. Donald Trump no asistió, siendo la primera vez que un presidente estadounidense lo hacía, algo que no cayó bien en los participantes.
A menos de un mes de una nueva Cumbre de las Américas, convocada por el presidente Joe Biden, y cuando aún Washington no ha cursado las invitaciones oficiales a los mandatarios de la región, ha trascendido que Cuba, Venezuela y Nicaragua, no serían convocados a participar por no ser sus regímenes democracias, y donde hay fuertes presiones internas sobre la administración estadounidense, como es el caso del senador Bob Menéndez, de ascendencia cubana y quién esta presidiendo el comité de Política Exterior del Senado, para excluir a La Habana del encuentro.
Pero por otro lado, la diplomacia cubana está activando los resortes políticos a través del Foro de San Pablo y del Grupo de Puebla, para boicotear la Cumbre, y que en principio a recibido el apoyo del presidente de Méjico, Andrés López Obrador que ha manifestado que si no asisten los tres países señalados, no concurrirá aunque no descarta el envío de algún representante, en esa misma dirección se expresó el presidente Luis Arce de Bolivia, mientras que la recientemente elegida presidente de Honduras, Xiomara Castro afirmó que de no estar todos los países de América, entonces no es una verdadera Cumbre, por su parte Chile, tanto su 1er. mandatario Gabriel Boris como su canciller Antonia Urrejola, también consideran que la exclusión de los tres países cuestionado no es la solución para tratar la cuestión de los DD.HH. en aquellos, sin olvidar que la canciller ha sido particularmente crítica del gobierno del dictador Daniel Ortega y los DD.HH. en Nicaragua, en cuanto a nuestro país, el presidente Alberto Fernández ha declarado que si concurrirá, pero le solicita a la administración Biden que no excluya a ningún país e invite a todos, alineándose con su igual mejicano AMLO, y donde aún no se ha tomado una decisión unívoca, es con los miembros del CARICOM o Comunidad del Caribe, que congrega a los Estados del Caribe, en su mayoría ex – colonias británicas, que si bien en principio se habían adherido al boicot a la Cumbre, ahora se está deliberando en si concurrir o no, según lo declaró que presidente pro tempori de la Comunidad, el 1er. ministro de Belice, John Briceño.
Como se puede apreciar, los países latinoamericanos que se encuentran presentes y/o participan tanto en el Foro de San Pablo como en el Grupo de Puebla, que tal como lo señalé representan a la izquierda de la región, son quienes se muestran reacios o rechazan directamente, a concurrir si no se cursan las invitaciones a Venezuela, Nicaragua y Cuba, que en el caso de este último país, su canciller Bruno Rodríguez afirmó que el país anfitrión no tiene ningún derecho a imponer exclusiones a la Cumbre de las Américas, aunque parece olvidar que en el 2018, tal como lo señalé previamente, en ocasión de celebrarse la Cumbre en Lima, Perú, no cursó invitación a Venezuela, y por otro lado, recordemos que recientemente, el dictador nicaragüense Daniel Ortega retiró de manera unilateral a su país de la OEA, e incluso expulsó a los representantes de la organización y se apoderó del inmueble que poseía la OEA en Managua, algo que a mi criterio, viola el principio de inmunidad diplomática y lo instituido en los Convenios Diplomáticos y Consulares de Viena, aunque dicho sea de paso, el régimen de Ortega se ha vuelto una incomodidad para la izquierda latinoamericana, que se pone de manifiesto con las no tan buenas relaciones entre La Habana y Managua por las torpezas diplomáticas del binomio Ortega-Murillo en casi todos los foros internacionales, desde el Parlamento Europeo, la ONU, la OEA, obviamente en el Congreso de los EE.UU., pero también en el ámbito del ALBA.
Finalizando mi columna de hoy, aunque el mundo en el presente vive en una multipolaridad compleja, y siendo los temas propuestos a tratar en esta próxima Cumbre de las Américas, de interés e importancia para todos los países del continente, tal como lo son, las Migraciones y la Salud, pareciera un burdo, trasnochado e inconcebible regreso a los días de la Bipolaridad, en el que en lo personal si bien calificó a los regímenes de los tres países en cuestión, Nicaragua, Venezuela y Cuba, unas verdaderas dictaduras que se burlan de los DD.HH., donde sólo las elites en el poder gozan de un verdadero bienestar y de riquezas provenientes de actividades ilícitas, como el narcotráfico, mientras sus sociedades sufren privaciones, inseguridad sanitaria, laboral y judicial, pienso que si la administración Biden los excluyen, no sólo incurriría en un error diplomático, sino que se contradice con los más genuinos principios de toda democracia, por eso mi frase final es, “…la diferencia entre democracia y dictadura es que en la democracia puedes votar antes de acatar ordenes…” Henry Charles Bukowski, escritor y poeta alemán, nacionalizado estadounidense, fallecido en 1994.