La nueva No agenda de la DAIA

Se realizó en Buenos Aires el pasado fin de semana el Foro de Combate contra el Antisemitismo, organizado por el Congreso Judío Latinoamericano.

Sin dudas un hecho relevante por varias razones que merece el mayor reconocimiento.

Luego de la pandemia volver a reunirnos, intercambiar y socializar tiene un enorme valor en la vida comunitaria.

Instalar en la discusión política una vez más la temática del Antisemitismo es necesario e impostergable, aquí y en el mundo.

La concurrencia fue masiva y de jerarquía. Más de 300 asistentes de todo Latinoamérica, donde se encontraron dirigentes y profesionales comunitarios, diplomáticos, legisladores, funcionarios, hombres y mujeres del poder judicial, y de las fuerzas de seguridad en un clima ameno e interesado.

Pero la DAIA no estuvo. Su ausencia fue marcada y comentada por todos sin excepción.

La DAIA recordemos, se creó para combatir el antisemitismo, el centro de su misión es ello.
La DAIA es fundadora del Congreso Judío Latinoamericano y es parte de su conducción actual.
La DAIA es anfitriona natural en representación de la comunidad judía argentina en estos eventos.

Pero la DAIA no estuvo ausente. Su voz y  no se escucho. Su hacer no se conoció. Su preocupación no se conoció.

El Foro se vio altamente prestigiado con las presencias de la embajadora Deborah Lipstad, quien es la enviada especial del Gobierno de EE.UU para el monitoreo y combate del Antisemitismo, de  Dany Dayan, Presidente de Yad Vashem y de Fernando Lottenberg, Comisionado de la OEA para el monitoreo y la lucha contra el antisemitismo.

Queda en evidencia que el intercambio de ideas, proyectos, programas, experiencias es vital en nuestro tiempo. Así lo entendieron las comunidades de todo el continente.

La DAIA consideró que todo esto no es así y con este acto produjo un agravio y ofensa a la historia institucional sin precedente.

Daño a la institución y abandono de la comunidad que delegó en ellos una tarea de altísimo responsabilidad que no pueden cumplir.

La DAIA decidió que el antismeitismo ya no es su tema.
Esa es la verdad que demuestran los hechos y ello es de una enorme gravedad.
Me opongo al silencio y a la cultura instalada del silencio y que todo suceda sin más.
Los tiempos por venir exigen una DAIA fuerte, capaz y comprometida de verdad con su agenda.
Hoy esto no está.
Los hechos recientes lo demuestran cabalmente.
Mucha pena.

Claudio Avruj

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