Yoel Schvartz, historiador argentino y miembro de Yad Vashem, dialogó en Radio Jai, sobre dos acontecimientos vinculados con el Holocausto que sucedieron en las últimas semanas
EL primero de ellos es el viaje de Yair Lapid a Alemania durante los primeros días de la semana pasada. El motivo del viaje del primer ministro israelí fue la conmemoración de los 80 años de la conferencia de Conferencia de Wannsee.
Aquel lugar, hasta el día de hoy, es un lugar para vacacionar cerca de Berlín. Sin embargo, el 20 de enero de 1942, los mayores jerarcas nazis se reunieron en este lugar para organizar la denominada “La Solución Final”.
“Es ese momento anotaron como protocolo de la conferencia, la organización de la logística del asesinato de 11.000.000 de judíos. Porque su objetivo era matar a todos los judíos que vivían en Europa.”
El cambio sustancial que se produjo después de esta reunión fue que se planificó la construcción de los campos de concentración, a los que se enviaría a los judíos que ya se encontraban encerrados en los guetos.
El segundo gran acontecimiento de estos días es el reclamo por parte de Polonia a Alemania, demandando una reparación histórica billonaria, por los hechos sufridos durante la segunda guerra mundial.
El informe del gobierno de Polonia es particularmente polémico debido a que señala a Alemania como culpable incluso de las masacres cometidas por polacos. Este revisionismo histórico tan controversial se debe a que el estado polaco “busca una reedificación del nacionalismo […] y limpiar el nombre de la nación polaca. Para esto, buscan enfatizar sobre la culpabilidad de los otros, de Alemania y de La Unión Soviética”.
Polonia ya recibió una reparación histórica por parte de Alemania durante el régimen comunista de la llamada República Popular de Polonia, la cual estaba bajo el control de la URSS. Sin embargo, en 1980 el pueblo polaco se emancipó de la URSS, tomando su país el actual nombre de Republica de Polonia. Este renacer es el punto de partida que el gobierno actual señala como el inicio del estado nación de hoy en día, motivo por el cual reclaman un nuevo pago como si no hubiese otro previo.
“Además buscan poner en el imaginario colectivo a Polonia del lado de las víctimas y no como cómplices. Lo cual efectivamente es cierto. Pero también quieren ocultar la parte oscura de los polacos durante la guerra, hasta un punto que es bizarro para quien lo mira desde afuera. Porque también hubo polacos que colaboraron con los nazis.”
Por otra parte, Yoel Schvartz se refirió a las prácticas religiosas de los polacos de carácter judeofobo y su festividad anti-judas donde se celebra incendiando “figuras de judas” al cual se le acreditan características fenotípicas judías.
La ferviente religiosidad de la sociedad polaca se debe a que “durante la época del comunismo, la religión estuvo prohibida. […] Con la vuelta de la democracia, se vio un renacer del culto y pasó a ser una parte muy importante del folklore popular, sobre todo en la población rural. Los prejuicios son parte de su tradición ancestral y este preconcepto se mantiene, aunque jamás hayan visto un judío”.
Redacción Agustín Lombardo Frey.