Por Ofir Winter y Yoram Schweitzer
Las reacciones a raíz de su muerte revelan el fracaso de su ambición de capturar para sí mismo el estatus de un superlíder islámico, por encima de los países y campos políticos e ideológicos.
Una estrella en la red Al Jazeera, con decenas de millones de espectadores, el jeque se adelantó a su tiempo en la comprensión del poder de Internet, y en 2004 fundó la Unión Internacional de Eruditos Musulmanes como el marco que une a los creyentes de Oriente y Occidente.
Sin embargo, murió a la edad de 96 años como el héroe de un solo bando: el campo de los Hermanos Musulmanes.
Entre los que elogiaron al jeque al Qaradawi, que nació en Egipto en 1926 y emigró a Qatar en 1961, se encontraban el ministro de Exteriores de Qatar, el presidente de Turquía y los movimientos hermanos de la Hermandad desde Egipto y Jordania, pasando por Siria y Túnez hasta Hamás y la Yihad Islámica.
Destacaron su contribución a la formación de la “ley wasat”, que persigue el camino intermedio entre la tradición y la modernidad, y su obra para promover los asuntos de los musulmanes y la unidad de la nación islámica.
Una de las preocupaciones del jeque era la cuestión palestina.
En su libro Jerusalem: The Concern of Every Muslim [Jerusalén: La preocupación de todos los musulmanes] se opuso a los acuerdos de paz con Israel y fue la autoridad religiosa que aprobó los ataques suicidas contra soldados y civiles israelíes.
La autorización para dañar a los civiles fue emitida bajo el alegato de que Israel es una sociedad militarista y, por lo tanto, todo ciudadano israelí debe ser considerado un soldado potencial.
Los críticos de al Qaradawi lo acusaron más tarde de aprobar la adopción de métodos de acción similares contra ciudadanos árabe-musulmanes por parte de organizaciones terroristas salafistas-yihadistas como ISIS [Estado Islámico].
Mientras que el campo islamista acogió a al Qaradawi tras su muerte; el campo opuesto lo retó como uno de los creadores de la Primavera Árabe.
En Egipto, se lo menciona como alguien que alentó al público en los países árabes a dañar a las fuerzas de seguridad, y como alguien que fue condenado a muerte por un tribunal de El Cairo en 2015 por su presunto papel en el asalto a las prisiones en 2011 que permitió la fuga de miles de presos.
Los clérigos de los Emiratos Árabes Unidos también saludaron el fallecimiento del «terrorista» que predicaba «la guerra fratricida, la desviación y la destrucción».
Al Qaradawi murió pocos días después de que el presidente egipcio Abdel Fattah el Sisi hiciera una visita histórica a Qatar, marcando la aceptación por parte del patrón de los Hermanos Musulmanes del gobierno que los derrocó en 2013.
En Egipto hubo bromas sobre el anciano jeque que murió tras no haber podido soportar el espectáculo.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies
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