Una investigación del Technion de Haifa allana el camino para el uso de moléculas pequeñas y no tóxicas para cambiar las propiedades magnéticas de una amplia variedad de materiales en muchos campos, como la medicina y la microelectrónica.
Los cristales del mineral carbonato de manganeso se cultivaron en presencia de aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas, a -270 grados centígrados. Esto dio como resultado que los aminoácidos se incorporaran a la estructura cristalina del mineral y empujaran el manganeso y los iones de carbonato se separan unos de otros.
Las propiedades magnéticas del nuevo material, el carbonato de manganeso que contiene los aminoácidos, reacciona más fácilmente a un campo magnético. La temperatura máxima a la que se comporta magnéticamente, conocida como “temperatura de Neel”, se redujo como resultado de la introducción de los aminoácidos.
Esta técnica se inspiró en los procesos de crecimiento de minerales que tienen lugar en la naturaleza. Casi todos los animales crean biominerales, estructuras creadas para una amplia gama de propósitos. Entre estas, está constituir los huesos que sostienen el cuerpo.
La investigación de proteínas dentro de la estructura inorgánica del mineral sirve como un “pegamento” que evita grietas en el mineral y lo hace difícil de romper.
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