El periodista Itzik Horn, y el director de Hatzad Hashení y especialista en Medio Oriente e Islam, Gabriel Ben Tasgal, ambos radicados en Israel, dialogaron en Radio Jai sobre los primeros resultados de las elecciones en el Estado hebreo con casi un 85% de los votos escrutadas.
Ben Tasgal consideró a los resultados arrojados por las elecciones como un “triunfo contundente” del bloque liderado por Benjamín Netanyahu. El mismo se debe a la obtención de 32 escaños por parte del Likud, así como un “aumento considerable del voto por los partidos ortodoxos, Yahadut HaTora y Shas, y por el partido del Sionismo Religioso, particularmente por Itamar Ben Gvir”.
Asimismo, el director de Hatzad Hasheni se refirió a la importante reducción del apoyo percibido por la izquierda, no consiguiendo Meretz conseguir el umbral electoral mínimo para conseguir escaños en la Knesset: “Sería una muestra considerable de que los tiempos ideológicos de este tipo de partidos ya pareciera haber pasado”.
Horn coincidió sobre este último punto, remarcando que a pesar de que todavía “faltan contar 210 mil votos regulares” y que “recién a partir de las 11 de la noche van a empezar a contarse que se llaman los ‘sobres dobles’ que son los votos de los cuerpos diplomáticos y soldados”, no hay señales que indiquen una posibilidad de que la situación de Meretz pueda revertirse: “Esos sobres dobles son casi medio millón de votos, pero generalmente los sobres dobles no son muy auspiciosos para el lado izquierdo del mapa político israelí”.
En la misma línea, Ben Tasgal agregó que la pérdida de la participación en la Knesset por parte de Meretz también es producto de una estratégica problemática por parte de Yair Lapid: “El quiso transformarse en un líder como Benjamín Netanyahu, y se comió votos de Avodá y de Meretz. Perjudicó a esos partidos pequeños que tienen una base ideológica fuerte, mientras que nadie sabe qué quiere Lapid”.
Por otra parte, los entrevistados se refirieron al desempeño electoral de los partidos árabes. Proveyendo un panorama de los resultados para tales fuerzas políticas, Horn explicó que Balad, “el partido árabe que no reconoce públicamente la existencia del Estado de Israel, no entró a la Knesset”. No obstante, si consiguió pasar el umbral electoral el partido de Mansour Abbas, Ra’am (el primer partido árabe en participar en una coalición de gobierno en Israel) y el partido Hadash Ta’al, obteniendo cinco escaños cada uno.
Ben Tasgal destacó que los partidos políticos árabes en su conjunto perdieron fuerza en la Knesset debido a una confluencia de dos factores principales. En primer lugar, explicó que se trata de una consecuencia de la división existente entre ellos: “Tu no puedes presentarte en tres listas diferentes y suponer que las tres listas van a pasar con facilidad el umbral de cierre”. Por otra parte, detalló que actualmente “estamos viviendo un período de cambio del lado árabe”, lo cual se refleja en el hecho de que “hay una parte importante de árabes israelíes que prefieren que el lado conservador esté en el gobierno; el voto árabe por Netanyahu no debe menospreciarse”.
Debido a la configuración de la política israelí como un sistema parlamentario multipartidista, los resultados de las elecciones no determinan por sí mismos como será la conformación del nuevo gobierno (aunque pueden dar importantes indicios acerca del mismo), sino que es negociada por las fuerzas políticas una vez integrada la nueva Knesset. En consecuencia, tras la publicación de los resultados de las elecciones, se abre un nuevo capítulo de disputas y pactos entre los partidos, que intentan conseguir el mayor provecho posible de los escaños obtenidos. Ben Tasgal detalló que durante aquel tiempo Yair Lapid se mantendrá como primer ministro interino, y que “aquel que disfrute del mandato para hacer gobierno goza de 28 días y de 14 días más en caso que lo necesite” .
Referido a tal proceso de formación de gobierno, el director de Hatzad Hashení explicó que, “Netanyahu va a intentar hacer lo que siempre hizo, tener aliados a la izquierda, aliados a la derecha y aliados religiosos”. Con aquel objetivo, el actual líder de la oposición “va a intentar hacer un acuerdo con Benny Gantz” tratará de separar en dos al Sionismo Religioso, quedarse solo con Smotrich y sacarlo a Ben Gvir”. Itzik Horn coincidió en gran medida con aquella mirada, entendiendo que desde el Likud intentarán que “gente del partido de Gantz, sin que el partido como tal negocie con Netanyahu, crucen de vereda y regresen al campo del cual vinieron”.
Redacción Tomás Polakoff
Escuche la entrevista completa a Gabriel Ben Tagal y Itzik Horn en Radio Jai.