Llevada a cabo en Argentina en mayo de 1960, que consistió en el secuestro y posterior traslado a Israel del fugitivo jerarca nazi Adolf Eichmann. Eichmann había sido localizado, identificado y denunciado en 1957 por el inmigrante judío alemán Lothar Hermann, escapado del campo de concentración de Dachau y su hija Silvia Hermann, pero Israel archivó la denuncia y postergó la operación hasta 1960.En 1950, después de estar huyendo durante cinco años, Otto Adolf Eichmann obtuvo en Génova (Italia) un pasaporte falso emitido por la Cruz Roja, con confirmación de la Iglesia Católica, bajo la identidad de Ricardo Klement, gracias a las gestiones del obispo Alois Hudal y el padre franciscano Edward Dömöter, con el encubrimiento de la Santa Sede. Desde Génova se embarcó hacia Buenos Aires, donde llegó el 14 de julio de 1950.
En Argentina, inicialmente, se hospedó por un tiempo en una pensión, hasta que pudo conseguir una casa en la zona de Olivos, provincia de Buenos Aires. Tuvo diversos trabajos como en la fábrica de productos de gas Orbis y la fábrica de automóviles de Mercedes-Benz.
En 1952, Eichmann trajo a toda su familia a vivir a Argentina, su esposa Verónica y sus hijos Klaus (1936), Horst (1940) y Dieter (1942). En 1955, nació en Argentina su cuarto hijo, Ricardo. Sus dos hijos mayores integraron el Frente Nacional Socialista Argentino, una organización nazi que realizó algunos robos y atentados contra sinagogas. Klaus estaba casado con una joven argentina y en 1960 esperaba su segundo hijo. La familia Eichmann, bajo el apellido Klement, vivió en primero en Tucumán y luego en el Gran Buenos Aires, radicándose en Olivos hasta 1958 y luego en San Fernando.
Muchos de los hechos sobre la identificación y localización de Eichmann fueron ocultados durante décadas, en especial, el papel clave jugado por Lothar Hermann y su hija adolescente Silvia Hermann. Lothar Hermann era un judío alemán, militante del Partido Comunista de Alemania (PCA) que, tras ser torturado por los nazis, perdió la vista y fue recluido en el campo de concentración de Dachau; logró salir cediendo sus propiedades y escapando a la Argentina. De once hermanos y sus padres, solo cuatro se salvaron: el resto fue exterminado. Instalado en Argentina desde 1940, Hermann mantiene su lucha contra el nazismo y, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, se suma a la caza de nazis bajo órdenes del PCA, mezclándose con la comunidad alemana en Argentina y ocultando su identidad judía. En 1941, Hermann tuvo una hija, Silvia, nacida en Rosario.
En 1945, el PCA le ordenó establecerse en Olivos, uno de los suburbios de la Ciudad de Buenos Aires, en los que se habían instalado gran cantidad de alemanes. Entre 1953 y 1955, su hija Silvia que, por entonces, tenía entre doce y catorce años, conoció a uno de los hijos de Eichmann (la mayoría de las fuentes lo identifican como Klaus, el mayor), quien, también por entonces, vivía en Olivos con su familia. Los jóvenes se hicieron amigos y mantuvieron un intercambio por correspondencia cuando los Hermann se mudaron a Coronel Suárez en 1955, a 500 km de Buenos Aires. En el curso de esa relación, el hijo de Eichamnn le contó a Silvia que su padre perteneció a las SS y que se llamaba Eichmann. A pesar de su edad, Lothar Hermann le encomendó a su hija ir a la casa de Eichmann, para verificar su identidad y establecer la dirección precisa. Silvia cumplió con su misión y transmitió esa información a su padre, quien constató que se trataba efectivamente de uno de los principales genocidas nazis buscados internacionalmente.
Con esa información en su poder, en 1957, Lothar Hermann le envió una carta a Fritz Bauer, el fiscal general alemán en Hesse (quien organizó y lideró la acusación en los juicios de Auschwitz, en Fráncfort), de quien se había vuelto amigo por compartir el cautiverio en Dachau, informándole que había localizado a Eichmann en Buenos Aires, que había adoptado la identidad de Ricardo Klement y cuál era su dirección.
Bauer, a su vez, mantuvo la información en reserva, por miedo a que las autoridades alemanas la filtraran y Eichmann se escapara, y comunicó la información a las autoridades israelíes de Colonia, quienes, a su vez, la transmitieron al servicio de inteligencia israelí (Mosad). En 1958, el Mosad envió dos misiones secretas a la Argentina, para verificar la denuncia, pero ambas descartaron la denuncia, con el argumento de que Lothar Hermann era ciego y que el barrio en que vivía Eichmann -quien ya se había mudado a San Fernando- era demasiado “miserable” como para que viviera un antiguo alto oficial nazi.
Después de varios años de inacción por parte de Israel, Lothar Hermann y Bauer comenzaron a preocuparse. En total, escribió veintiséis cartas instando al gobierno de Israel a detener a Eichmann, hasta el punto que, en marzo de 1960, llegó a recriminarles:
Obviamente, ustedes no tienen ningún interés en detener a Eichmann.
Lothar Hermann
Ese mismo año, Israel organizaría el secuestro de Eichmann, pero desconocería el papel jugado por Lothar y Silvia Hermann, que quedaron indefensos. Para proteger a su hija, la envió a vivir a Estados Unidos. Lothar, por su parte, fue denunciado por fuentes anónimas y detenido por la policía argentina acusado de ser Josef Mengele, siendo torturado durante quince días. Israel les pagó una suma de dinero a cambio de que Hermann firmara un papel afirmando que ni él ni su hija desempeñaron ningún papel en la identificación y ubicación de Eichmann. Su tumba en Coronel Suárez fue saqueada, vaciada y destruida. Décadas después, cuando Lothar y Silvia Hermann ya habían muerto, Israel reconocería el papel decisivo y heroico jugado por ambos que llevó a la captura de Eichmann.
Operación de inteligencia y enfoque del objetivo
El jefe y cerebro de Operación Garibaldi fue el agente Iser Har´el, uno de los primeros y antiguos jefes con los que contó el servicio de inteligencia israelí, Mosad. Harel, en 1975 escribió un libro titulado La casa de la calle Garibaldi en el que narra cómo se realizó tal operación en ese domicilio, que fue precisamente la última residencia de Adolf Eichmann. El libro, sin embargo, omite muchos de los datos claves que llevaron a la ubicación e identificación de Eichmann, principalmente el papel jugado por Lothar y Silvia Hermann.
En 1960, el gobierno israelí decidió reevaluar las denuncias y datos que venían aportando Lothar Hermann y Fritz Bauer y envió una serie de agentes de inteligencia para volver a verificar la información.
No sabían en qué domicilio vivía, sino que sabían donde trabajaba Nicolás (Klaus) Eichmann. Simulando llevar un paquete, los agentes del Mosad lograron que Nicolás recibiera el mismo; después, inician un proceso de espionaje desde el taller hasta el domicilio en el que residían él, su mujer y un hijo. Continuando con sus tareas de espionaje, observan que el joven se dirigía a una casa humilde ubicada en la calle Garibaldi. Los agentes de inteligencia simulan ser empresarios de una importante fábrica que desea radicarse en Argentina. Se dirigen a la Municipalidad de San Fernando y piden informes de dominios a todas las viviendas que están ubicadas en esa manzana. Entre las listas de nombres, encuentran a una Vera Liebl de Fichmann. Supusieron que los funcionarios públicos locales confundieron una E con una F. Sin embargo, en un medidor de luz de la casa alquilada, anterior a la calle Garibaldi, encontraron los siguientes nombres: Francisco Shmidt y Ricardo Klement
Una segunda misión realizada en 1959 por el espía Zvi Aharoni, logró finalmente, identificar al objetivo. Aharoni, tomó, de forma disimulada y sin despertar sospechas, fotografías de la casa para enviarlas a Israel, con el fin de que fueran identificadas por medio de un peritaje fotográfico. Este peritaje reveló muchísimas coincidencias entre Ricardo Klement y el oficial de las SS descartando, al mismo tiempo, que Francisco Shmidt fuese Adolf Eichmann.
En marzo de 1960, los agentes israelíes sabían la fecha de aniversario de la boda entre Vera Liebl de Eichmann y Adolf Eichmann. Llegada esa fecha, donde se cumplían las bodas de plata (los veinticinco años de matrimonio), los espías acudieron al lugar para observar si en la casa sucedía algo fuera de lo común lo que, en evidencia, sí ocurrió: Observaron una fiesta familiar con amigos, luciendo vestimentas lujosas con una cena muy especial, como si estuviesen celebrando las Bodas de Plata. Al coincidir este dato con el expediente secreto de Eichmann, que había construido el Mosad, se dieron cuenta de que estaban muy cerca de la persona que venían buscando por todo el planeta.
Con este dato confirmado, el primer ministro israelí, David Ben Gurión, conformó un comité de emergencia integrada por la cúpula del gobierno y del Mosad. Ben Gurión, ante esto, preguntó a su jefe general, Iser Har’el, ¿cómo encararía tal problemática?, a lo que Harel respondió: “Traer a Eichmann a Israel, como sea”.
La segunda parte se editará el 4 de noviembre de 2022
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