Rabino Yerahmiel Barylka
“Y aconteció después de estas cosas, que Dios puso a prueba (nisá) a Avraham y le dijo: Avraham. Y él respondió: Heme aquí. Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Itzjak, a quien amas, y vete a tierra de Moriá y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. Bereshit 22:1
Estamos acostumbrados a elogiar a nuestros héroes y patriarcas de manera automática y nos es muy difícil encontrar en sus biografías algún punto sombrío.
Avraham Avinu es nuestro protagonista de hoy y les invito a estudiar algunas fuentes que presentaré para que cada uno pueda sacar sus conclusiones propias.
En el texto original hebreo del versículo arriba citado, aparece el verbo “nisá” que es traducido generalmente, como “probó”.
Y así aprendimos desde pequeños que la Atadura de Itzjak, fue una prueba que Dios hizo para comprobar la fidelidad del primer creyente en un Dios uno.
Sin embargo, si tomáramos el término “nisá” y buscáramos otros significados, podríamos leer el importante episodio también de otras formas.
Veamos la palabra en otros contextos: “Levanten bandera (nes) hacia Sión; busquen refugio, no se detengan…”, en Yrmiahu 4:6, que en hebreo se leería, “Levanten nes” y con ese significado aparece también en Yeshayahu 11:12: “Alzará un estandarte (nes) ante las naciones, reunirá a los desterrados de Israel…”, y en Yejezquel 27:7: “De lino fino bordado de Egipto era tu vela para que te sirviera de distintivo de azul y púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón (nes).
Así el pasuk debería leerse: “Y aconteció después de estas cosas, que Dios puso a Avraham como estandarte” o si se desea como bandera. Casi como encontramos también el término nes, en otra acepción: “lanza”, “asta”, “alabarda”, sobre la que se puede izar una bandera para que sea señal, como en Bemidbar 21:9: “Y Moshé hizo una serpiente de bronce y la puso sobre la asta (nes); y sucedía que cuando una serpiente mordía a alguien, y este miraba a la serpiente de bronce, vivía”.
Más conocido es el uso del término “nes” para indicar un milagro o algo que está más allá de las reglas de la naturaleza que conocemos.
Así el verso debería percibirse: “Y aconteció después de estas cosas, que Dios realizó con Avraham un milagro”.
Pero, “nes” aparece en la Torá en Bemidbar 26:10: “y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos junto con Koraj cuando aquel grupo murió, y cuando el fuego devoró a 250 hombres, y sirvieron de escarmiento (nes).
Así la estrofa debería señalarse: “…después de estas cosas, que Dios le dio a Avraham un escarmiento” y si deseáramos interpretar diríamos que el escarmiento fue enseñarle que no se debe ofrendar a los hijos bajo ninguna circunstancia.
Pocos versículos antes del episodio relatado, aparece en el capítulo 21:33 que: “Avraham plantó un tamarisco (Eshel) en Beersheva, y allí invocó el nombre del Señor, el Dios eterno”. La Guemará habla de la casa de Avraham: Está escrito: “Y plantó un Eshel en Beersheva, e invocó allí el nombre del Señor, el Dios eterno” (Bereshit 21:33). Reish Lakish dice: Esto enseña que Avraham hizo un huerto y plantó en él toda clase de cosas dulces. Los Tanaítas Rabí Yehuda y Rabí Nejemiá discrepan en cuanto al significado de la palabra “Eshel”. Uno dijo que significa un huerto [Pardes], y otro dijo que significa una posada [pundak]. La Guemará continúa: De acuerdo con el que dijo que significa un huerto, esto es lo que está escrito: “Y plantó”, y éste es un lenguaje adecuado para un huerto. Pero según el que dijo que abrió una posada, ¿cuál es el significado de la frase “y plantó”? La Guemará responde: Como está escrito: “Y plantará [vayitá] las tiendas de su palacio entre los mares y el bello monte santo; y llegará a su fin, y nadie le ayudará” (Daniel 11:45), lo que indica que la palabra vayitá, ‘y plantó,’ se utiliza también para indicar el levantamiento de tiendas de campaña. El versículo dice: “Y plantó un Eshel en Beersheva, e invocó allí [Vayikrá] el nombre del Señor, el Dios eterno” (Bereshit 21:33). Reish Lakish dijo: No leas esta palabra literalmente como “Vayikrá”, e invocó, sino como ‘vayakrí’, e hizo llamar a otros. Esto enseña que Avraham, nuestro antepasado, hizo que el nombre del Santo, Bendito sea, fuera llamado en boca de todos los transeúntes. ¿Cómo es eso? Después de que los invitados de Avraham comieron y bebieron, se levantaron para bendecirlo. Él les dijo: Pero, ¿habéis comido de lo mío? Más bien, habéis comido de la comida del Dios del mundo. Por tanto, debéis agradecer, alabar y bendecir a Aquel que habló y creó el mundo. De este modo, Avraham hizo que todos invocaran a Dios”.
El rav Eliezer Kwass pregunta: ¿Qué hizo Avraham? La interpretación más sencilla y directa de este versículo -la de varios comentaristas- es que Avraham plantó un árbol. Eshel es el nombre de un árbol en particular, una palabra genérica para referirse a los árboles, o una forma de referirse a un huerto. Esto explica el uso del verbo – “él plantó” que le precede y se apoya en un uso similar de Eshel en algunos otros lugares del Tanaj. Pero, si este es el caso, ¿cuál es la conexión entre la primera y la segunda parte del verso?
Veamos lo que nos enseña el midrash Tehilim 110:
“De David. Un salmo. El Señor dijo a mi señor: “Siéntate a mi derecha…” Esto es lo que dice el versículo “¿Quién despertó a uno del este a quien la justicia encontró dondequiera que puso su pie?” (Isaías 41:2) Las naciones del mundo están como dormidas, sin refugiarse bajo las alas de la presencia divina. ¿Quién los despertó para que vinieran a refugiarse? Avraham, como dice: Quien despertó a uno del este. Y no sólo las naciones, sino incluso la justicia misma estaba durmiendo hasta que Avraham la despertó. ¿Cómo lo hizo Avraham? Hizo una posada y abrió puertas en todas las direcciones para recibir a todos los que pasaban, como dice “Plantó un tamarisco (Eshel) en Beersheva…” (Bereshit 21:33) R’ Azaria dijo: ¿Qué es este Eshel? Es un acrónimo de comer (ajilá), beber (shetiá) y acompañar a los invitados (levaya), o lamed de liná (casa de reposo). Esto es “la justicia se reunió dondequiera que puso su pie …” El rabino Azarya (citado en el Midrash Tehilim, capítulo 110) dice que Eshel (alef, shin, lamed) es un acrónimo de escoltar. Avraham, a través de su hospitalidad – alimentando, dando de comer, beber y brindando reposo a la gente del fruto del árbol que plantó – acercó a la gente a Dios. Amaba a sus huéspedes, las criaturas hechas a Su imagen. Avraham se ocupó de sus necesidades y se relacionó con ellos con verdadera preocupación, acompañándolos cuando salían. También les enseñó sobre la fe en Dios Uno y les animó a bendecirle y agradecerle. Avraham plantó una Eshel y así invocó el Nombre Divino.
El Gaón de Vilna (en Kol Elihau en Vayerá) nos enseña que la hospitalidad de Avraham tenía una motivación adicional, corregir los pecados de sus predecesores. Adán pecó por la comida, Noaj pecó por la bebida, y Sodoma pecó por la forma en que se relacionaron con los huéspedes. Avraham sirvió a Hashem a través de los tres, a través de su conciencia histórica. Vivió una vida conectada con sus antepasados, con el pasado. Sabía que Adam Harishón vivía a través de él, al igual que Noaj. Como descendiente de ellos, Avraham les brindó la oportunidad de corregir sus trágicos defectos. Avraham aprendió las lecciones de la historia, no cometiendo los errores que Adán y Noaj habían cometido. Y la destrucción de Sodoma y Amorá (tal vez) lo convenció de lo mucho que el mundo necesita un ejemplo positivo de hospitalidad y cuidado – para oponerse al ejemplo negativo de las ciudades derrocadas. No actúes como Sodoma; actúa como Avraham.
La conciencia histórica de Avraham no se limitó al pasado, sino que también se extendió al futuro. La Torá nos dice que Avraham construyó un altar entre Beit El y Ai, y Rashí explica que rezó allí por sus descendientes en la generación de Yehoshúa que tendrían dificultades en ese lugar.
Esto está en el espíritu del principio del Rambán – que las acciones de nuestros antepasados fueron un modelo para sus descendientes. Avraham vivió con la conciencia de que estaba conectado tanto con los que le precedieron como con los que le seguirán. Su vida en el presente era tan poderosa porque vivía como un continuador de los que le precedieron y consciente de que sería el antepasado de sus descendientes.
O, ¿acaso el pedido de ofrendar a su hijo Itzjak se debió como castigo porque Avraham plantó un árbol, el Eshel, cerca del altar, acción que la Torá reprueba?
El lector decidirá, qué lado preferirá para ver a Avraham, o si, acaso, nuestro patriarca sobre el cual la Torá nos presenta también haciendo acciones no del todo simpáticas, reúne en sí, lo mejor de lo mejor que se puede esperar de un ser, y también algunas sombras en su traje cándido y limpio.