He aquí a Ribka delante de ti; tómala y vete, y que sea mujer del hijo de tu señor, como habló el Eterno».
Génesis 24 -50,51
Dr. Natalio Daitch
Jayé Sará.
En el último capítulo leído en las Sinagogas este Shabat, ocupa mucho espacio, en el relato de la búsqueda por parte del Siervo de Abraham de una esposa para su hijo Itzjak. Y toda la historia, parecería mostrar y demostrar, que, ante el deseo Divino, nada ni nadie puede oponerse. Ni siquiera el malvado Labán.
No cabe duda, como refieren los exégetas, en las Sagradas Escrituras, se ocultan grandes misterios de la forma en que Hashem opera en el mundo físico o material y el rol que cumplimos nosotros los humanos, por cierto, importante, pero siempre subordinado a la decisión divina. Por el otro lado, nos enseña ciertas formas de comportarnos y conducirnos, en este caso en la búsqueda de la pareja o del famoso Shiduj, donde se cruza el famoso interrogante de libre albedrío versus determinismo.
Ocuparse y preocuparse.
Abraham estaba preocupado por el futuro de Itzjak, pero claramente se ocupó del asunto, al remitir a su siervo a Aram-Naharáim, a la ciudad de Najor. Es decir, tomó una decisión de moverse, e ir a buscar una esposa para su hijo dilecto.
Es decir, el Patriarca no se limitó a quedarse en su angustia, activó un operativo y se movilizó. Resulta evidente la enseñanza que el hombre debe iniciar el movimiento desde abajo, a los fines de poder obtener la ayuda desde los cielos. Pero la cinética siempre debe comenzar en el plano inferior, para despertar la bondad en lo alto. Este funcionamiento se fundamenta en el propio deseo divino.
Todo es trabajo.
No cabe duda que todo en la vida es trabajo. Y nuestros asuntos laborales y personales no deben ser dejados o librados a la buena voluntad divina, ya que la voluntad divina quiere que nosotros nos ocupemos de los asuntos mundanos sean de índole material como de naturaleza espiritual.
Así como buscar trabajo es también un trabajo, y vaya si lo sabremos aquellos que hemos pasado y pasamos dicha experiencia, por otro lado, la búsqueda de la pareja es un trabajo, ya que requiere intención, esfuerzo, dedicación, tiempo, ganas, y aún dinero.
Reflexión final.
La actitud proactiva de Abraham ayudó a su hijo Itzjak a encontrar a Ribka.El motor del Patriarca era la fe visceral que contaría con la ayuda divina. La famosa “mano de D’os”, pero operó en el mundo como si ella no existiera. Y llegados a este punto vuelvo a citar a mi madre Aida k. de Daitch Z”L, ella me repetía que en esta vida se requiere mucha dosis de valentía y paciencia. Abraham y su siervo tenían mucho de esta fórmula ganadora. Por otro lado, el otro día me llegó un mensaje en facebook que decía: “el tiempo y la paciencia son dos guerreros o aliados poderosos”.
Y concluyo, con el deseo, que todos nosotros podamos pasar nuestras pruebas de vida, combinando las virtudes arriba mencionadas, obvio acompañados de: BE’SIYATA DISHMAYA que en arameo quiere decir: con la ayuda del cielo. Lo que en criollo decimos: “a D’os rogando y con el mazo dando”.
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