En la columna de hoy, el tema es acerca de uno de los recursos energéticos de los llamados limpios, que día a día no sólo tiene más incidencia en la vida cotidiana, sino que también, es objetivo de intereses geopolíticos, por lo cual podemos calificar al Litio como un recurso natural estratégico, cuya demanda mundial es cada día mayor.
Antes que nada,¿qué es el litio y porque aumenta su demanda?, pues bien, es un metal que en su estado puro es de color blanco plateado, pero difícil de hallarlo así en un ambiente natural, debido a que reacciona con facilidad al agua o al oxígeno, pero si lo encontramos en compuestos, sea en yacimientos en vetas o bien en salmueras naturales, por lo tanto la extracción de este metal se lleva a cabo con técnicas y costes diferentes.
En el primer caso, la actividad minera necesita de estudios geológicos previos y luego se requiere la maquinaria e infraestructura para la perforación, lo que aumenta los costes de inversión, pero la calidad del Litio obtenido es de mejor calidad, mientras que el obtenido con la recolección de salmuera, requiere un método más simple, pero de calidad inferior.
El litio fue descubierto en 1817 por el químico sueco Johann Arfvedson en una mina de petalita en la isla Uto, Suecia, pero tanto él como su colega alemán Christian Gmelin, trataron sin éxito aislarlo de sus sales, pero fueron los también químicos y minerólogos ingleses William Thomas Brande y Humphry Davy, que lo lograron mediante la electrólisis, y se lo ha utilizado en distintos campos de la actividad humana, desde la medicina, las sales de litio se emplean para el tratamiento de la manía, la depresión y la bipolaridad, el nitrato de litio es utilizado en la bombas de calor de contracción, el estearato de litio es un lubricante para altas temperaturas, el hidróxido de litio es fundamental para naves espaciales y submarinos para la depuración del aire, en aleaciones con el aluminio, el cobre y el manganeso se lo emplea en la industria aeroespacial y también en la fabricación de cerámicos y lentes, y más recientemente es fundamental la batería de litio para los vehículos eléctricos, a tal punto que la U.E. tiene previsto terminar con la fabricación de rodados a combustión de todo tipo para el 2035.
A nivel global, los primeros cinco productores son, Australia 45 mil Tn./anuales, Chile 19.300 Tn., China 10.800 Tn., Argentina 6.300 Tn., y Brasil 2.400 Tn., pero existe lo que se ha denominado el “Triángulo del Litio”, una región que abarca territorios de Argentina, Bolivia y Chile, ubicadas en, Salinas Grandes, Salar de Olaroz, Salinas del Rincón, Salar de Pocitos y Salinas de Arizaro, todas en nuestro país, Salar de Atacama en Chile y Salar de Uyuni y Salar del Hombre Muerto en Bolivia, y donde se concentra el 65% de las reservas mundiales.
Por esta razón, en la 39° Comisión Económica para América Latina o CEPAL, que se llevó a cabo en Buenos Aires, del 24 y 26 de octubre ppdo., los tres países han considerado la conformación de una organización tomando el modelo de la OPEP, con el objetivo de armonizar políticas comunes que se reflejen, desde generar el crecimiento económico y creación de empleos, fijar estándares internacionales de procedimientos de producción y precios.
Ahora bien, ¿es posible que el objetivo propuesto por esta OPEP del Litio sea factible?, pues bien, el poder de mercado de una organización como en el caso de la OPEP, que es la tomada en este caso como modelo a seguir, por los tres países del Triángulo del Litio, se basa en que se den tres factores, el primero es, el peso que puede tener el bloque en el mercado internacional, que está dado por sus producciones de Litio, que en este caso, Argentina, Chile y Bolivia, representan aproximadamente algo más del 30% a nivel mundial, pero es un porcentual que no es lo suficientemente determinante para que el bloque imponga condiciones en el precio internacional, ni en los estándares de producción, aunque no hay que olvidar que casi el 70% de las reservas del mundo están en dicho Triángulo.
Los dos factores restantes, están vinculados directamente con el precio del Litio en relación a la Demanda y a la Oferta, por lo que hay que tener en cuenta, que la producción mundial aumentó un 21% respecto al año ppdo., y lo mismo sucede con el precio, en el 2012 era de u$s.4220/Tn., en el 2016 alcanzó u$s. 7475/Tn. y actualmente es de, u$s.80.000/Tn..
En este contexto alcista de la producción y los precios, veamos cuales son las capacidades del posible bloque integrado por los tres países latinoamericanos, en cuanto al Precio de Demanda, éste debe tener el suficiente margen de variabilidad, que un aumento del mismo no afecte negativamente la demanda, y en cuanto al Precio de Oferta, teniendo en cuenta a los otros países productores, el querer imponer un valor, por parte de los miembros del “Triángulo”, constituye un problema complejo, debido a que los otros actores productores responderían aumentando la producción.
En este marco de análisis económico, es muy interesante el trabajo de la tesis doctoral del ingeniero Juan Ignacio Guzmán, profesor de la Universidad de Chile y Universidad de los Andes, titulado “Poder de Mercado en la Industria de Minerales”, y en el que concluye que una OPEP del Litio tiene escasas posibilidades de éxito en la concreción de sus objetivos, una postura a la que se puede adherir, teniendo en cuenta la experiencia en la década de los años 70 del CIPEC o Consejo Internacional de Países Exportadores de Cobre, que se creó en 1967 e integrado por Chile, Perú, Zambia y Zaire, y que fue un fracaso total.
Por otra parte, si bien con el Litio, como con otros recursos energéticos de los denominados “limpios”, en función de la problemática del Cambio Climático, hay que tener en consideración, cuestiones que hacen a la degradación del medio ambiente y el impacto en las comunidades autóctonas.
Una de esas cuestiones es la utilización excesiva de agua dulce, que es necesaria para el consumo humano, y esta denuncia está apoyada por los profesionales en Medio Ambiente, que consideran que ese uso desmedido provocaría un desbalance hidrogeológico, tal es el caso de la extracción y procesamiento del Litio en los salares, donde la salmuera que se bombea de los mismos va pasando por distintos piletones, de poca profundidad, de donde se extraen los distintos minerales, el último de ellos, el Hidróxido de Litio, y la superficie que cubren dichos piletones equivalen a cientos y cientos estadios como el Monumental o el Cilindro de Avellaneda, y dicho proceso puede llevar, de un par de meses a unos dos años, y el uso del agua dulce es prioritario para obtener una mayor pureza del mineral, y por lo tanto es el agua de las comunidades de la región en cuestión, que se ven perjudicadas pues, o bien se secan los espejos o vegas de agua potable o el remanente del agua utilizada en los salares se saliniza y no es apta para ni para el riego de cultivos ni para el consumo humano, y esto se da en regiones donde el agua dulce es un recurso escaso.
En cuanto a la extracción y producción del Litio en minas, también tienen un efecto negativo en medio ambiente, análogamente como sucede con la extracción y procesamiento de otros minerales, como es el caso del oro o la plata, por lo tanto podemos apreciar que no todo son beneficios, si bien hay que reconocer que son emprendimientos que pueden crear fuentes laborales, por lo cual, tanto los gobiernos nacionales como provinciales deben realizar un cuidadoso estudio de costos y beneficios, no sólo económicos sino también sociales y medio ambientales, y en función de esos resultados elaborar la legislación que cubra todos los aspectos, armonizando los intereses de las partes.
Por todo lo señalado hasta aquí, surge como algo evidente, que el Litio es un recurso natural no renovable y estratégico, lo que también lo convierte de interés geopolítico, y donde las grandes potencias son actores principales en la extracción, procesamiento y el uso industrial y comercial, por lo cual, toda iniciativa e inversión extranjera directa en el sector, debe ser cuidadosamente estudiada y acompañada de una legislación que vele por los intereses nacionales.
Veamos el caso de China, que es el 4to. productor a nivel global, ha puesto su interés en los yacimientos de Litio existente en nuestro país, a través de la más grande y poderosa empresa que produce compuestos a base de Litio, la Garfeng Lithium Company, que a mediados de este año anunció una inversión por algo más de u$s.960 millones para asegurarse los recursos imprescindibles en la fabricación de baterías, lo que incluye la compra de una empresa privada, Lithea Industrial, que hasta el presente posee los derechos de explotación en la provincia de Salta.
Esto es, una evidente muestra que China busca obtener, asegurarse y controlar la mayor cantidad de yacimientos posibles, en función de aumentar la fabricación de productos en base al Litio, pues el Gigante Asiático tiene como objetivo dominar el mercado mundial de vehículos eléctricos, y en el que la empresa china señalada, es un gran proveedor, como ser el caso de los Tesla.
Es así, que también se llevaron a cabo las reuniones entre el CEO de la empresa china Gotion High Tech, 5ta. a nivel global en el sector, Li Zhen y el presidente Alberto Fernández, y en los términos del acuerdo no sólo se potenciaría la producción del Litio, sino que también la compañía asiática establecerá dos plantas en el país, en asociación con la firma nacional Corven, una dedicada a la fabricación de celdas y baterías de litio y otra a autobuses eléctricos, pero más allá de lo importante que son para la reactivación del país la inversiones extranjeras, los marcos legales del Acuerdo, no sólo deben ser en función de la relación bilateral, sino que asimismo deben proteger los intereses nacionales a la luz de los objetivos geopolíticos y la solapada diplomacia económica de Beijing, algo abordado en columnas pasadas.
Al presente, la Argentina tiene en cartera aproximadamente unos 20 proyectos sobre la extracción y procesamiento del Litio, que no sólo se limitan a la región ya señalada que integra el Triángulo del Litio, sino que también se extiende a las provincias de San Juan, La Rioja y Catamarca, además de inversiones no sólo en el sector minero sino también en el automotor y tecnológico, y donde otro gigante en el sector, la empresa canadiense Origen Resources, que se dedica a la exploración, explotación y procesamientos de metales preciosos y Litio, está participando al 100% en el proyecto Los Sapitos en tierras sanjuaninas, y para dimensionar las inversiones de la empresa citada, posee el 100% de los proyectos en curso en la Columbia Británica y en Terranova, Canadá.
Finalizando la columna de hoy, las conclusiones son las siguientes, el Litio es un recurso natural estratégico y su demanda crecerá 10 veces en la próxima década, con un mercado global en expansión que en la actualidad llega a los u$s.2.000 millones, que sigue siendo menor a del petróleo, el gas e incluso al del Cobre, pero que tanto los EE.UU., China y la U.E., están invirtiendo cada vez más, pues se abre un mercado muy amplio, será utilizado no sólo en vehículos eléctricos, sino también en drones, satélites, computadoras y la telefonía celular, sin embargo, como se señaló, tiene su lado negativo que está relacionado con la degradación ambiental y los efectos sociales y económicos en las poblaciones autóctonas en las regiones donde se encuentra el Litio, sea en salares o en minas, a lo que debemos agregar desde el punto de vista de los intereses nacionales, y en el caso particular de nuestro país, que aún con una legislación que regula las actividades de impacto ambiental, los monitoreos se hacen en base a los datos aportados por la empresas, siendo los mismos dudosos, a lo que se debe sumar que las regalías provinciales no alcanzan el 3%, la retribución social a las comunidades locales también es ínfima y donde las empresas involucradas se hacen con casi el 70% de las ganancias, mientras el Estado Nacional percibe en impuestos un 30%, y esencialmente, aún no ha sido declarado al Litio como un recurso natural estratégico, que obliga a legislar una norma específica para su explotación y concesión, que armonice las inversiones nacionales privadas y extranjeras y los intereses y objetivos geopolíticos del país, ya que el Litio es un elemento clave para la transformación energética, por eso viendo la paupérrima política exterior argentina la frase elegida es de Sir Winston Churchill que dijo, “…La Diplomacia es el arte de enviar a alguien al infierno de tal manera que te solicite la dirección…”, ¿se entiende?.-