El dicho popular dice que la “gente bien” no habla de dinero, lo tiene. En lo que hace a las instituciones públicas, como es la Mutual AMIA que recauda fundamentalmente de los cementerios comunitarios, legados, donaciones, cuotas de socios, subvenciones y otros, es importante hablar del dinero que maneja y como lo distribuye. Eso les da transparencia y credibilidad.
El millonario presupuesto a ejecutar para el año 2022 fue de casi 1400 millones de pesos, unos U$14.000.000 millones de Dólares norteamericanos. Al momento de su diseño la moneda verde cotizaba en el mercado oficial argentino a $ 100 pesos un-U$1dólar.
Seguramente ahora comprenderá el atractivo que tiene para muchos ser dirigentes de la Mutual. Muy, pero muy pocos manejan empresas o emprendimientos particulares con semejante volumen presupuestario. El sueño del pibe.
Formalmente AMIA cuenta con todas las normas ISO y auditorias para que se limiten las posibilidades de tentaciones indebidas que en toda gran estructura y con tanto dinero se pueden dar. Seguro nadie en la dirigencia pueda ser señalado como alguien que se lleva dinero. Máximo un mal pensado podrá pensar que se acomoda a algún familiar, amigo o empresa proveedora.
Lo verdaderamente importante es el poder con el que cuentan los dirigentes para la asignación de los presupuestos en las áreas específicas de acción de la Mutual y es ahí donde surge el gran interés de ser miembro de la comisión directiva y sobre todo ser el responsable dirigencial de un área en particular, donde puedo beneficiar a algunas instituciones o amigos. Pequeños ministerios de un Gobierno, (así les gusta que los llamen), que tienen autonomía una vez asignada la partida presupuestaria.
Una de las funciones del periodismo es poner luz donde por algún motivo hay silencio y oscuridad. Por comodidad y porque no queda bien hablar de dinero en la comunidad, nadie expone de donde sale el mismo y como se lo utiliza.
En la foto que se encuentra en esta editorial se encuentra el presupuesto que se presentó para ejecutar en el año 2022 y cuyo balance será expuesto en Abril del 2023, donde luego de ser aprobado, se presentará el presupuesto del año 2023 con los ajustes inflacionarios de la moneda local.
Vale la pena revisar las áreas (sin entrar en los atractivos desgloses) y ver las millonarias asignaciones porcentuales en las mismas. Preguntarse si lo que se hace con tanto dinero responde a los estatutos de la mutual, las prioridades y necesidades de la actual comunidad judía de Buenos Aires.
En la editorial de nuestro director (que se equivocó en el monto en dólares pensando en la cotización actual de esa moneda y no cuando se diseñó el presupuesto) señala algunas preguntas necesarias y por ahí también respuestas del manejo casi discrecional de los dineros de AMIA.
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