Alberto Spectorovsky, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv, analizó en Radio Jai la forma que tomará el nuevo gobierno israelí, el sexto bajo el liderazgo de Benjamín Netanyahu.
18 minutos antes de la terminación del tiempo para la formación de una coalición de gobierno, Benjamín Netanyahu hizo cumplir su propio milagro de Jánuca: La informó al presidente Isaac Herzog la finalización de las negociaciones con sus aliados. En consecuencia, a partir de ese momento, cuenta con una semana para pasar una ley que conforme dicho gobierno en la Knesset.
El gobierno entrante se encuentra formado por una coalición de seis partidos: El Likud de Benjamín Netanyahu (32 escaños), Shas de Aryeh Deri (11 escaños), HaTzionut HaDatit (Sionismo Religioso) de Bezalel Smotrich (7 escaños), Yahadut HaTorah de Moshe Gafni (7 escaños), Otzma Yehudit de Itamar Ben-Gvir (6 escaños) y Noam de Avi Maoz (1 escaño). De ese modo, posee el apoyo de 64 de los 120 parlamentarios de la Knesset y por lo tanto la mayoría necesaria no sólo para conformar un nuevo gobierno, sino también para pasar leyes de acuerdo a las ideologías que sus integrantes predican.
Spectorovsky remarcó que la composición del gobierno entrante paradójicamente deja en una posición incómoda a su líder y artífice, quedando Netanyahu como “el personaje dentro del gobierno más moderado, más centrado en un pragmatismo conservador”. Aquello se ve reflejado por el hecho de que, mientras que los sectores religiosos ortodoxos (Shas y Yahadut HaTorah) y los nacionalistas religiosos (HaTziounut HaDatit, Otzma Yehyudit y Noam) buscan el rompimiento del statu quo, Netanyahu es más afín de su conservación.
En aquel contexto, “Netanyahu va a tener que utilizar todas sus habilidades de conductor a fines de mantener un statu quo que, si se rompe para el lado de la derecha, va a poner en grandes problemas a Israel con el mundo, con su propia sociedad y con una parte muy grande de la comunidad judía del mundo, más que nada la americana”. Entre las tendencias anti-statuquistas de los socios de coalición de Netanyahu, Spectorovsky remarcó su “posición militante respecto a la Alta Corte de Justicia, al entendimiento de la democracia y a los territorios en Judea y Samaria” y alertó que “si Israel adhiere a los pasos que quiere llevar a cabo el partido de Smotrich, como la legalización de puestos ilegales, va a crear problemas con el gobierno de Biden”. Asimismo, destacó su objetivo de alterar el statu quo en lo que concierne a la “identidad judía del Estado de Israel” para asimilarla aún más a la noción ultraortodoxa de la misma; movimiento que chocaría con la “judeidad americana, que es más liberal progresista, reformista y que también es parte del judaísmo y apoyan al sionismo”.
Sin embargo, destacó que al interior de la coalición si existe un consenso en torno a la situación de los asentamientos judíos en Judea y Samaria, estando todos sus integrantes (incluido Netanyahu) a favor de su expansión: “Netanyahu está a favor de la colonización […] Si fuera por él no habría ningún problema en normalizar toda la colonización y anexar legalmente, pero entiende que es imposible en el momento actual”. Por aquel motivo, a pesar de que vaya en contra de sus deseos personales, su pragmatismo lo llevará a tomar una posición statuquista también en lo que refiere al conflicto palestino-israelí: “No va a hacer una negociación con los palestinos en este momento […] no va a ir hacia atrás ni hacia adelante, quiere durante cuatro años mantener el statu quo, que es muy cómodo para el Israel de hoy según lo que él entiende”.
Por otro lado, Spectorovsky aclaró que no necesariamente todo lo dicho a lo largo de las negociaciones de coalición o siquiera lo firmado en los acuerdos emergentes de las mismas, se llevará finalmente a la práctica una vez iniciada la administración del país. “Una cosa es lo que se firma y otra cosa es lo que se va a llevar a cabo”, explicó, “los partidos que se unieron a Netanyahu entienden su personalidad y sabe que miente, que a todo el mundo le dice más o menos lo que quiere oír sabiendo que todo eso no se puede cumplir”. Por eso, predice que durante el tiempo que se extienda el gobierno se observará una constante tensión al interior del mismo, marcada por presiones en favor de reformas por parte de los socios de Netanyahu e intentos de este último de dilatar y posponer tales medidas.
El entrevistado desarrolló que “dentro de la estrategia que tiene Netanyahu para el próximo año lo primero es resolver todo lo que tiene que ver con su propia carga judicial”, es decir, con todo lo que “tiene que ver con la Alta Corte de Justicia, como se van a definir los jueces, a ver si se vota una ley que catapulte la causa de él a la estratósfera”.
Luego, una vez resuelta la cuestión judicial, se dedicará a la de la “gobernabilidad interna”. Este punto se vincula al puesto que estará ocupando el radical de derecha Itamar Ben-Gvir, quien quedará a cargo de la seguridad doméstica en el país, de “imponer orden por sobre los robos y la violencia criminal” existente en el Estado de Israel”. Spectorovsky resaltó que aquel parlamentario “quiere poner la policía a su servicio”, Aquello despierta desconfianza entre los sectores liberales de la población israelí que temen que “poner la policía a su servicio no sea solo para que haga lo que tiene que hacer, sino para determinar cuales son las áreas de investigación, para no dejar que una manifestación de izquierda se haga y en cambio permitir una de derecha” o favorecer de otros modos a los sectores políticos afines a su persona. Asimismo, alertó que aquella obtención de gobernabilidad a través de la mano dura policíaca “implica una posible violación de los derechos humanos, porque va a utilizar a la policía de una forma draconiana; se utilizarán métodos que quizás no se utilizaron antes y hay que ver cuáles serán y de qué forma se implementarán”.
Siguiendo la línea de acción que tomará Benjamín Netanyahu, Spectorovsky explicó que su tercera prioridad como primer ministro será “lograr un acercamiento que quizás llegue a una paz con Arabia Saudita”.
Redacción Tomás Polakoff
Escuche la entrevista completa a Alberto Spectorovsky en Radio Jai