Ricardo Sánchez Serra
“Quién salva una vida, salva un mundo entero”, afirmó el embajador de Israel en el Perú, Eran Yuvan, evocando el Talmud, con motivo del homenaje al diplomático peruano José Gambetta Bonatti, quien fue distinguido como «Justo entre las Naciones» , por el Centro Mundial para la Recordación del Holocausto Yad Vashem.
La ceremonia se realizó en el Centro Cultural Garcilaso de la Vega del Ministerio de Relaciones Exteriores y contó con la asistencia, además del embajador israelí, del vicecanciller Ignacio Higueras Hare, Francisco Leo Luna, sobrino bisnieto de José Gambetta Bonatti, de Hirsz Litmanovitz, sobreviviente del Holocausto y del rabino Jaim Benman.
Asimismo, de los embajadores de Estados Unidos, Lisa Kenna; Alemania, Sabine Bloch; República Checa, Josef Hlobil y Suiza, Paul Garnier, directivos de la Cancillería y miembros de la Comunidad Judía del Perú, entre otros invitados especiales.
Dicho reconocimiento se otorgó en base a los esfuerzos desplegados durante su gestión diplomática, como cónsul general del Perú en Rumania, en defensa del derecho a la vida y a la integridad de muchos judíos que huían de la persecución y el horror del régimen nazi.
“El título de ´Justos entre las Naciones´ ha sido otorgado hasta el momento a más de veintiocho mil personas no judías y, se basa en varios criterios: Que la persona haya participado en un verdadero acto de salvación; que hayan actuado a riesgo personal; que no hayan solicitado ni recibido pago alguno; y finalmente, que el reconocimiento esté respaldado con testimonios o documentos verídicos”, detalló Yuvan.
Muchos de los justos -añadió- eran gente sencilla, algunos eran oficiales, políticos y figuras religiosas. Lo más importante es que eran seres humanos que se preocupaban por otras personas.
Como parte de este reconocimiento, el nombre de José Gambetta será incluido en el «Jardín de los Justos» en Yad Vashem. Además, a fines de este mes, su nombre será grabado en el Muro Conmemorativo que honra a los diplomáticos reconocidos como “Justos entre las Naciones” en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, en Jerusalén, informó el diplomático israelí.
Un diplomático referente
A su vez, el viceministro Higueras, quien acudió en representación de la canciller María Cecilia Gervasi. Indicó que “El distintivo ´Justo entre las Naciones´ rinde honor a aquellas personas que, sin ser de confesión judía, prestaron ayuda a las víctimas durante el Holocausto. En la actualidad, se han distinguido a más de 28,000 personas de cincuenta nacionalidades, entre los que destacan Don José María Barreto, el primer peruano y diplomático en recibir este reconocimiento en 2014 y la señora Isabel Weill Zuzunaga en 2016. El señor José Gambetta es el tercer peruano y segundo diplomático del Perú en ser reconocido”.
Higueras relató que Gambetta Bonatti cumplió diversas funciones en las legaciones peruanas en Colombia, Bolivia, Ecuador, México, Venezuela, Checoslovaquia, Polonia, Rumania, Suiza y también fue cónsul en Calcuta y en La Paz. Gran parte de sus servicios en el exterior los realizó en misiones con condiciones de trabajo y vida difíciles; trabajando en Europa mientras la guerra se extendía por el continente.
“Fue en Polonia, en 1939, el mismo lugar en donde se iniciaría la Segunda Guerra Mundial, en la que el señor Gambetta en el transcurso de un bombardeo de la Alemania nazi, fue herido en una pierna; herida que le afectaría por el resto de su vida. Ese mismo año fue trasladado, en la categoría de Primer Secretario, a la legación peruana en Rumania, para proteger y defender los intereses de los peruanos residentes en los países en guerra, organizando evacuaciones y procesos de repatriación”, precisó.
El dilema entre el cumplimiento de una instrucción y la ética
El vicecanciller contó que “pese a que en 1938 el Gobierno peruano había dado instrucciones expresas a todos sus consulados en Europa de no emitir visas a inmigrantes extranjeros, especialmente a los de origen judío, en la legación peruana en Rumanía, Gambetta Bonatti ayudó, con un profundo espíritu humanitario, a emitir pasaportes a familias judías que les permitirían escapar de los horrores del Holocausto, salvándolos de una muerte segura.
Hizo hincapié que en 1943, como consecuencia de sus actos, José Gambetta Bonatti sería trasladado a nuestra Embajada en Suiza. Para nuestras autoridades de ese entonces, su accionar en Rumanía no tuvo como consecuencia ni el aplauso ni el elogio que tan notable acto hubiera requerido. Por el contrario, no solo se anularon los pasaportes emitidos, sino que se decretó su pase a la disponibilidad, es decir, el truncamiento de su carrera diplomática, decisión que le fue comunicada en 1944.
El ejemplo de José Gambetta hace notar que en el ejercicio de la función pública se puede producir, en situaciones extremas, el dilema entre el cumplimiento de una instrucción y la ética. En esencia, la ponderación de valores superiores, como la defensa de la vida y la integridad. José Gambetta dilucidó con claridad dicho dilema, adoptando una decisión valiente basada en principios superiores, otorgándole la prioridad y urgencia que le correspondía al cumplimiento de un deber ético, finalizó Higueras.
También hicieron uso de la palabra, Francisco Leo Luna, sobrino bisnieto de José Gambetta y Hirsz Litmanovitz, sobreviviente del Holocausto, cuyo testimonio fue dramático.
“La ignorancia y el odio superan el sentido común”
Sucesos como el Holocausto nos muestran que la intolerancia y la discriminación son las formas más crueles de separar a la humanidad. Desafortunadamente, hoy en día todavía vemos ejemplos alarmantes de discriminación y antisemitismo en diferentes partes del mundo, las cuales toman diferentes formas. Esto también se evidencia en las redes sociales, donde la ignorancia y el odio superan la realidad, el conocimiento y el sentido común.
… Desafortunadamente, a medida que pasa el tiempo, cada vez son más los sobrevivientes, que ya no están entre nosotros. Por eso, es importante enviar un mensaje a las generaciones futuras, fomentando la conciencia y la tolerancia, para que hechos como el Holocausto nunca vuelvan a ocurrir. En este sentido, me gustaría mencionar la importante labor que realiza la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) que lucha contra el antisemitismo, la discriminación y el odio.
En el dos mil catorce (2014), la comunidad judía peruana, con el apoyo de la embajada de Israel, inauguró el Centro Educacional Holocausto y Humanidades, con el objetivo de preservar la memoria del Holocausto y promover la educación de valores universales, como la tolerancia y la igualdad, a través del estudio del Holocausto en las escuelas. Hasta la fecha, más de dieciséis (16) mil estudiantes y público en general han visitado el centro y participado en proyectos educativos relacionados con el Holocausto. Estos proyectos incluyen testimonios de sobrevivientes que viven en Perú y trabajan contra la intolerancia, la discriminación y el racismo (Extracto del discurso del embajador israelí, Eran Yuvan)
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