El antisemitismo no desaparece, va mutando y sigue siendo mortal. A ochenta años de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, de la Shoáh, hay una nueva generación de la que se pensaría más descontaminada, más libre de odio y así el antisemitismo desaparecería. Sin embargo, y desgraciadamente, vemos que no es así.
Entre los jóvenes, en los campus universitarios, en Estados Unidos vemos cada vez más manifestaciones antisemitas. Hay antisemitismo de derecha y de izquierda, y algunos hoy encuentran en la “causa palestina”, que poco comprenden, una buena manera de ser antisemitas, aunque no lo digan abiertamente.
Para entender este fenómeno, esta avanzada antisemita en especial en el ámbito universitario, recurrimos al siempre brillante análisis de Luciano Mondino, quien desde España dialogó con Radio Jai.
Mondino, quien aclaró no ser experto en el tema antisemitismo, pero que sí sigue el tema, decidió hacer su análisis desde experiencias propias, y con la particularidad de que él no es judío:
“El antisemitismo es una enfermedad de una sociedad que está acostumbrada a convivir de mentiras y relatos; es un flagelo que, si bien está dirigida a los judíos, afecta a la sociedad en general”, declaró.
Cuando se generan tantos relatos y mentiras, como ocurre con el tema palestino, se produce un mal entendimiento muy general de la de la situación, y a veces, lo que se llama “una profanación de la historia, hace que mucha gente desprevenida, a veces en su buena fe, (a veces en su mala fe), reproduzcan slogans, que en definitiva están haciendo un serio perjuicio y que buscan algo que es muy claro: la exclusión de una comunidad, en este caso, de la comunidad judía de los países.
En ello, la educación es clave, porque así como es clave para salir de los problemas, también puede ser clave para profundizarlos. Y el foco está en las universidades de hoy que son las que están formando a los funcionarios de los organismos internacionales del futuro. Nos encontramos en una doble disyuntiva, porque, hay que trabajar en la educación para mejorar los estándares de las sociedades actuales, pero que hay que también estar muy alertas, porque la educación, cuando cae en manos peligrosas, es un arma de doble filo, porque pasa a ser justamente, un adoctrinamiento, o una tergiversación de la historia o de la realidad.
Sobre este punto, relata el entrevistado su propia experiencia, vivida en el ámbito académico, precisamente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, en la que pudo encontrarse con gente absolutamente desconocedora de estos temas, que ya venía con la portación de preconceptos y prejuicios, no solamente contra el Estado de Israel, sino también contra el pueblo judío.
“Quien abrace la causa palestina y lleve en su mochila un llavero con el mapa de Israel pero que diga Palestina, en lugar de Israel, automáticamente lo que está haciendo es dar un mensaje subliminal de la desaparición del Estado de Israel”, apuntó. La desaparición del Estado de Israel sería una afectación a más de nueve millones de personas, de las cuales un 20 por ciento es árabe musulmán, allí conviven las tres religiones de la mejor forma posible, y a su vez, quienes desconocen y tienen estos prejuicios, lo que hacen es poner en peligro la continuidad histórica de un pueblo. “Transitamos ya los ochenta años de finalizada la Segunda Guerra, elementos que uno creía que la historia se encargaría de sepultar, pero cuando la educación del presente se transforma en adoctrinamiento, y muchas de estas cuestiones se tergiversan, vemos que el futuro está más comprometido de lo que parece”, expresó.
Consultado el entrevistado sobre el ataque constante a Israel sobre el tema palestino, en forma de condenas, protestas y manifestaciones, que no tienen lugar en las universidades del mundo, como por ejemplo hacia la barbarie en Irán, ni por la represión en China, ni por la invasión de Rusia a Ucrania, y que parecería que el único tema del mundo es el pequeño país de 22 mil kilómetros cuadrados y el tema palestino, y que todo el resto, no está en la preocupación ni en los académicos ni de los estudiantes, dijo que el mundo académico, que es quien se está encargando de formar académica, personal y profesionalmente a quienes serán los funcionarios de los organismos internacionales en un futuro, probablemente continúe en la línea de condenar al Estado de Israel, y ese mundo académico está sumamente alejado de la realidad, no acompaña su evolución académica y profesional con los cambios de Medio Oriente. Se refiere aquí específicamente a los Acuerdos de Abraham, que para el mundo académico, no existen, y que eso hace que la mentalidad educativa de estas personas se haya quedado anclada en 1948: “Un error académico, un error histórico y un error conceptual”, definió.
Fuera del mundo académico, señala Mondino al ámbito periodístico, en donde muchas de las cadenas son capitales árabes, que por supuesto tienen sus intereses y que mantendrán una línea editorial muy tendiente en este sentido.
- “Muchos hablan de conflicto palestino- israelí como si este hubiera comenzado en 1948, a partir de la creación del Estado de Israel” Luciano Mondino
- “Los palestinos son educados para la guerra” – Luciano Mondino
- Sobre el avión de Emtrasur: “El terrorismo no funciona si no hay complicidad del Estado” – Mondino
En las universidades se estudia Al Jazzera, que como se sabe es una fuente muy importante de antisemitismo, de tergiversación, de mentira, de profanación, y donde el debate es algo realmente ilusorio, porque se trata de “un disco de 15 minutos en lo que dicen siempre lo mismo” una vez de lo cual y sin argumentos, la realidad cae sobre su propio peso, porque no pueden sostener posturas que eran irrefutables y que en la práctica no se pueden demostrar.
Una tercera cuestión es el de la falta de sistematización y reproducción de la otra verdad, la otra cara de lo que se está mostrando. Muchas veces se ve en las unidades académicas, que el argumento palestino es lo que más hegemoniza los programas y las currículas. Debería poder señalarse en los espacios académicos que esto no es así, que hay cuestiones verdaderamente trágicas por los propios líderes palestinos, como el de la Franja de Gaza, ejemplo claro de una administración que ha derivado en un verdadero estado Islámico y que hoy es un ancla para los otros estados árabes que no quieren saber nada de una posible organización palestina conforme se haya dado como sucedió en Gaza.
Estamos ante un triple desafío, que hay que desbaratar setenta años de un relato que ha sido muy contrario, no solo contra el Estado de Israel, sino contra el pueblo judío, más allá de que se acuerde o no con las política o el gobierno de Israel, pero lo que no puede hacer es pasar de la legitimación de un estado a la deslegitimación del pueblo judío.
“Si hoy desapareciera Israel quedarían más de siete millones de judíos a la intemperie en un entorno que les ha sido siempre hostil y que aún hoy lo sigue siendo, a pesar de los acuerdos de normalización y de pacificación que hoy tiene con los estados árabes.
Mondino considera que es una situación verdaderamente compleja, que se debe abordar con contundencia, y principalmente no callarse, porque estamos frente a formadores de opinión cada vez más aceitados, con las redes que trabajan muy bien, ni más ni menos que en las universidades, que son las que son los focos antisemitas más grandes tanto en Estados Unidos como en Europa.
Y concluyó: “No es responsabilidad solamente de los judíos defender al Estado de Israel, sino que son muchos los cristianos y musulmanes que están a la defensa de un estado que es hoy un muro de contención frente a una caja de pandora que reúne islamismo, al Estado Islámico, Al Qaeda y distintos grupos que permeabilizarían muy fácilmente en Europa”.
Luciano Mondino es Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de La Plata. Master en Política Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Sus principales líneas de investigación son sobre islamismo, Terrorismo y Crimen Organizado.
Redacción gentileza de la Profesora Cita Litvak. Nota exclusiva de Radio Jai.