Mauricio Aliskevicius
Especialmente afecta sus relaciones hasta ahora pacíficas con Israel, y su acercamiento a la Administración Palestina y su gobernante Mahmud Abbás.
Analizaremos la situación de los dos primeros países árabes musulmanes que firmaron la paz con Israel.
EGIPTO – El 26 de marzo de 1979 fue firmado por Anwar El Sadat, el entonces gobernante egipcio, y Menajem Begin -primer ministro israelí- un acuerdo de “cese de hostilidades”, que prometía una regularización total de relaciones entre Israel y Egipto, diplomáticas, comerciales, culturales, etc.
Si bien con la firma de este documento se logró la no existencia de guerra, el acceso de barcos israelíes al uso del canal de Suez y al estrecho de Tirán, y la devolución total de la provincia de Sinaí a Egipto, hubo también muchos efectos negativos producto de este acuerdo:
-La Liga Arabe le hizo un boicot total a Egipto,
-El asesinato posterior de Anwar El Sadat,
-El Sinaí, casi 60.000 klm. cuadrados de superficie, no quedó totalmente en manos de Egipto porque fue invadida por distintos grupos extremistas islámicos que establecieron allí sus bases y hasta el día de hoy no pueden ser totalmente dominados por el gobierno egipcio.
-Yasser Arafat, en ese entonces cabecilla de la O.L.P. declaró: “Que firmen lo que les plazca, la falsa paz no durará”. Recordemos que Arafat no sólo era el cabecilla de los palestinos sino que era egipcio de nacimiento.
-Quedó una “tierra de nadie”, la franja de Gaza, habitada por una mayoría árabe y una minoría judía (hoy inexistente). Begin se la ofreció a Sadat, pero éste se negó a tomarla; evidentemente no quería más dolores de cabeza, pese a que todavía no existía el Hamás.
-Hasta hoy, la paz real es entre gobierno y ejército egipcio por un lado, e Israel por otro. Para la población egipcia no existe el mencionado documento, y la hostilidad del pueblo egipcio hacia todo lo que sea israelí continúa igual que antes del tratado. Ni un solo egipcio visitó Israel en más de 40 años.
JORDANIA – El 26 de octubre de 1994 fue firmado un tratado de paz entre el reino de Jordania y el Estado de Israel. Si bien intervino en las tratativas el rey jordano Hussein I, quien firmó el documento fue el primer ministro Abdelsalam Al-Majali.
Hacemos notar que el reino de Jordania, originalmente llamado Transjordania, fue un “obsequio” del gobierno británico, que según muchas opiniones (más Historia y Geografía) es una parte del territorio de Palestina (la que correspondería a los palestinos según la Declaración Balfour) y que en la guerra de 1948 por el avance del ejército de Hussein conquistó parte del territorio occidental hasta Jerusalem, y a partir de ese momento cambió su nombre de Transjordania a Reino de Jordania.
En este caso se logró también un cese de hostilidades militares, pero a costa de, entre otras cosas, dar a Jordania la administración de los lugares sagrados islámicos de Jerusalén.
Los efectos negativos de este tratado de paz se resumen en:
-Jordania tiene ciertos derechos sobre la zona mencionada de Jerusalén, que según Israel, forma parte del territorio israelí.
-Miles de israelíes visitan Petra y otras zonas jordanas pero ningún jordano visita Israel.
-También en este caso quedó una “tierra de nadie”, que es la zona de Judea y Samaria (o Cisjordania) ocupada por quienes se declaran “palestinos”, y algunos asentamientos israelíes, resistidos por los árabes en general y los palestinos en particular. También se resisten a su existencia un sector de la población israelí y algunos países de fuera de esa zona como Estados Unidos. Recordemos que esa zona era parte del desintegrado imperio otomano, nunca fue país independiente sino parte de otros países (Siria, imperio otomano, imperios anteriores). Nunca hubo país palestino ni habitantes palestinos, sí hubo reino de Judá y habitantes judíos.
Israel lleva demasiado tiempo en estado de guerra, rodeado de amenazas en todas sus fronteras, y con temas que dividen a la población en izquierda y derecha, palomas y halcones. Creemos que llegó el momento de tomar una decisión para cambiar esta situación, eliminando un status-quo que no le hace bien a nadie.
Por lo tanto, vemos estas situaciones reales:
1) Gran parte del reino de Jordania geográficamente correspondería a la Palestina que se había prometido dividir en un país para palestinos y otro para judíos (Declaración Balfour y siguientes).
2) Gran parte de los habitantes de Jordania son originariamente palestinos.
3) Gran Bretaña regaló un reino -que no era suyo sino conquistado militarmente al imperio otomano- a la familia hashemita, que había llegado de Arabia Saudita por problemas internos entre miembros sauditas.
4) Es hora que el actual rey jordano tenga un gesto para solucionar un problema, y nombre a los territorios de Judea y Samaria donde habitan palestinos, como parte de su reino, ya sea como provincia, como estado federado, con una semi-independencia. Con esta medida se lograría:
a) El fin del “problema palestino”.
b) Delimitar las fronteras separando las zonas cisjordanas musulmanas de las zonas habitadas por judíos.
c) Imponer en Cisjordania las leyes vigentes en Jordania, su gobierno, su policía y ejército, eliminando así lo que ahora existe: gobierno despótico, corrupción, caos económico, organizaciones terroristas que no respetan ni a su actual gobierno. Y lograr así una paz y una estabilidad que también será económica.
Si se lograra que Jordania se encargue de la Cisjordania palestina, y Egipto se encargue de Gaza de forma similar, aprovechando todo el Sinaí para hacerlo productivo tanto en agricultura como en la instalación de fuentes de energía verde, lograríamos la paz, tranquilidad y prosperidad para toda la zona.
Parece una fantasía, pero también era fantasía pensar en el hombre caminando en la luna, en robots sustituyendo a las amas de casa, en automóviles y autobuses sin conductor. Para todo esto se precisó solamente imaginación, para lograr el cambio en Medio Oriente se precisa solamente un cambio en la educación de la población y la decisión de los gobernantes tanto de Jordania como de Egipto.
Con toda seguridad tendrán la asistencia económica de Europa y Estados Unidos, y el asesoramiento técnico de los expertos israelíes.
No dejamos de lado los problemas más difíciles de resolver:
-Irán y sus planes de retrotraer al mundo a la Edad de Piedra,
-Hezbollah, Hamás, Jihad Islámica, se quedarían sin razón de existir, y de ellos se encargarían los mismos palestinos que en su mayoría ansían sólo vivir en paz y con un nivel económico razonable. Hezbollah desaparecerá de Líbano apenas Irán se desembarace del gobierno de los ayatollahs.
-El status de los lugares sagrados, tanto en la Ciudad Vieja de Jerusalén como en Belén, Nazareth y algún otro que, una vez solucionados los otros problemas, éste pasará a solucionarse muy rápidamente, sin dificultad.
Ningún gobierno israelí podrá oponerse a esta solución, y los gobiernos de Egipto y Jordania verán que tendrán ayuda del mundo todo y que a la larga tendrán muchos beneficios también el la paz y en lo económico. Las “líneas rojas” del rey Abdullah de Jordania que aparecen hoy en medios de prensa, serán borradas por el viento de la historia.
La entrada Con amigos así no hacen falta enemigos aparece primero en Aurora.