Su socio y «amigo Bibi» -como llaman sus seguidores al primer ministro Benjamín Netanyahu- se vio obligado «con gran pesar» a destituirlo como ministro de Interior y Salud, después de que la Corte Suprema lo descalificara la semana pasada para ocupar esos cargos, mientras idean la «fórmula legal» de devolverlo a la primera línea política.
La Corte dictaminó que su designación como ministro era «extremadamente irrazonable» por sus múltiples condenas por corrupción, la última en febrero de 2022 por fraude fiscal, que le libró de la cárcel a cambio de acogerse a un acuerdo de culpabilidad que lo inhabilitaba para ejercer cargos públicos por siete años, un trato de favor que logró al comprometerse a dejar la política.
Entonces abandonó su escaño parlamentario, pero no el liderazgo de Shas y repitió como candidato pocos meses después, en las elecciones del 1 de noviembre, que venció el bloque pro-Netanyahu del que forma parte, y en las que su partido logró 11 diputados fundamentales para mantener a flote la actual coalición, conformada hace solo 26 días.
Tras el Likud de Netanyahu, Shas es el partido de la coalición con más escaños en la Knéset, con una fiel base de votantes entre la creciente comunidad ultraortodoxa sefardí y mizrají -judíos procedentes de Oriente Medio y Norte de África-, que buscan contener la influencia de las élites askenazíes, los judíos de origen europeo que fundaron Israel.
LEY «AD HOC»
Una ley aprobada «ad hoc» en diciembre -que inhabilita para ser ministro solo si se ha cumplido efectivamente tiempo en prisión- y que implicó enmendar la Ley Básica, allanó el camino para que Deri repetiera como ministro, aunque tanto la Corte como la fiscal general han cuestionado la legalidad de esa medida.
Figura clave de la derecha religiosa, líder y uno de los fundadores de la formación ultraortodoxa sefardí Shas, Deri era hasta ahora el político más experimentado del gobierno, quien juró su primer cargo como ministro ya en 1988, y es considerado inteligente, astuto y relativamente moderado dentro de sector haredí.
Además de liderar las carteras de Interior y Salud -a mitad de legislatura asumiría la de Finanzas en un intercambio con Bezalel Smotrich- Deri, de 63 años, fue nombrado vice primer ministro, un cargo testimonial sin peso político, pero que lo confirma como estrecho aliado de Netanyahu.
Consciente de que sin Shas el gobierno cae, Deri ha condicionado su apoyo al Ejecutivo a mantener un algo cargo dentro de él y, ante la imposibilidad por el momento de desempeñar como ministro, ha exigido ser primer ministro alternativo, puesto sujeto a otras condiciones y que le permitiría eludir el veto de la Corte, al menos en principio.
Ahí Netanyahu no ha dado su brazo a torcer, porque ese nombramiento requeriría disolver su Ejecutivo y someterse a un nuevo voto de confianza en la Knéset, que podría poner en riesgo su gobierno justo cuando acaba de reconquistar el poder.
ORIGEN MARROQUÍ
Nacido en Meknes, Marruecos, en 1959, Deri proviene de una familia acaudalada que en 1968 se estableció en Bat Yam, en el centro de Israel. El futuro ministro asistió a un internado religioso en Hadera y en 1973 comenzó a estudiar en Porat Yosef, una importante yeshivá sefardí en Jerusalén.
En mayo de 1981, Deri se casó con Yaffa Cohen, con quien tiene 9 hijos y vive actualmente en el barrio de Har Nof en Jerusalén, donde la semana pasada socios políticos, incluido Netanyahu, fueron a mostrarle su apoyo ante el dictamen de la Corte.
En junio de 1986, Deri se alistó para un servicio abreviado de tres meses en las Fuerzas de Defensa de Israel, algo poco común en la comunidad ultraortodoxa, e inmediatamente después, a los 27 años, fue nombrado director general del Ministerio del Interior.
En 1988, sin haberse postulado para la Knéset, Deri fue nombrado ministro del Interior con solo 29 años, el más joven en la historia del país. En 1992, Shas se unió a la coalición liderada por el laborista Itzhak Rabin, aunque Deri mantuvo su oposición a los Acuerdos de Oslo que impulsó su gobierno.
A lo largo de su dilatada carrera política, Deri se ha visto salpicado por numerosos escándalos judiciales. Entre 2000 y 2002 pasó 22 meses en prisión, aunque fue condenado a tres años, por aceptar sobornos por valor de 150.000 dólares cuando era ministro de Interior.
Tras un impás, en 2011 anunció su regresó a la política, en 2013 fue elegido diputado y en 2015 volvió a ser ministro, cargo que repitió varias veces en los sucesivos gobiernos de Netanyahu al frente de importantes carteras como Interior, Economía, Desarrollo o Asuntos Religiosos.
Antes y después de su paso por la cárcel, fue imputado en numerosas ocasiones por diversos cargos de corrupción, resultando de nuevo condenado el año pasado por fraude fiscal, e inhabilitado. EFE y Aurora
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