En 2018, Ilana Lamstein comenzó a escribir un libro sobre la historia de la Shoá, usando como hilo conductor la historia de la hija de sobrevivientes Mónica Wartenberg.
Nacida en Uruguay en 1973, Ilana emprendió una tarea que finalmente llevó tres años y dio a luz a Hasta que no estés en su lugar, un libro sensible que trae el pasado al presente, en momentos en los que mirar atrás puede darnos respuestas a problemas del presente.
En diálogo con AURORA, Ilana repasa el proceso creativo que la llevó a armar el libro, además de los desafíos que surgen en el presente.
¿Cómo fue el proceso creativo detrás del libro? ¿Cómo se te ocurrió?
El proceso creativo del libro fue extenso y complejo. Si bien comencé en el 2018 y finalicé en el 2021 cuando publiqué el libro, la idea se germinó algunos años antes, cuando en una charla Mónica me planteó que en algún momento le gustaría contar la historia de su vida. Mi vínculo con Mónica no nace a partir del libro sino que se remonta a mi primera infancia porque ella y mi madre (de bendita memoria) eran amigas. Esta relación cercana, fue fundamental para que Mónica confiara abiertamente en mí como una caja de resonancia de su mundo más íntimo.
Inicialmente empecé a trabajar tomando nota de los recuerdos y registros emocionales que Mónica conservaba de su infancia y adolescencia. Más tarde abordamos la lectura compartida de documentación (gran parte de ella en idioma alemán) producto de la investigación.
Dicha documentación fue imprescindible para la reconstrucción de la trama familiar. De esta forma el relato de los recuerdos y vivencias de Mónica, se fue intercalando con datos concretos de fechas, lugares y declaraciones personales del resto de los protagonistas.
¿Qué sentís retrospectivamente con el libro?
Me siento muy feliz del recorrido realizado, de lo esclarecedor que fue para Mónica “encontrarse” con una parte de su historia hasta ese momento no revelada, y el no haber claudicado en el afán de hacer realidad la concreción material del libro.
¿En qué medida el libro refleja tu historia personal?
Indudablemente en mi condición de judía el tema de la Shoá me toca de cerca y en forma directa. Gran parte de mi familia Lamstein y Goldman fueron asesinados durante la segunda guerra mundial por el régimen nazi. Sin embargo, mi experiencia personal no guarda relación con las experiencias vividas por Mónica.
¿Qué creés que ofrece el libro de Mónica?
El libro de Mónica resume el impacto transgeneracional que tuvo, y aún tiene el Holocausto judío en los hijos y nietos de sobrevivientes.
Desde ese lugar, considero que el testimonio de Mónica aporta un enfoque diferente y deja al descubierto las implicancias directas de los horrores de la guerra en las segundas y terceras generaciones.
Por otro lado, el libro revela la importancia de la investigación documental y de la existencia de una gran cantidad fuentes de información que facilitan la búsqueda de registros y datos inimaginables.
¿Cómo fue el contacto con Jani Pietsch y qué te queda de ello?
Llegué a Jani Pietsch y a su hija Marie Rolshoven a través de una nota periodística en donde se daba a conocer el proyecto Denk Mal am Ort que dirigían.
Busqué el proyecto en la web y le escribí a Jani. Me presenté, le conté lo que estaba haciendo y sobre dónde me sugería buscar ciertos datos que resultaban imprescindibles para la reconstrucción, por momentos “fracturados”, del relato de Mónica.
La respuesta que recibí de Jani fue tan increíble, que creo difícilmente me vuelva a pasar algo así. Jani me pedía permiso para consultar, en su calidad de historiadora, los archivos estatales alemanes en búsqueda de información sobre la familia de Mónica. De esta manera llegué a una importante documentación sobre su familia paterna que condujo a Mónica al descubierto de nuevos datos. A Jani le debo este invalorable hallazgo, al que me hubiese resultado casi imposible acceder desde Uruguay.
Como mencioné antes, Marie y Jani dieron origen en Alemania a Denk Mal am Ort (“Conmemorar en el lugar”), que inspirado en el proyecto Open Jewish Homes de Amsterdam, recuerda la historia de las familias judías deportadas durante el Holocausto cuyas casas fueron expropiadas, y hoy son habitadas por otras familias.
Jani fue una mujer extraordinaria, artista plástica e historiadora con quién tuve un vínculo muy especial que atesoro y agradezco infinitamente. Supimos forjar una amistad que se propagó fuera del ámbito profesional y nos acercó a mostrarnos con nuestras historias personales sin formalismos. Las circunstancias del destino no me permitieron llegar a tiempo para conocerla personalmente. Tristemente en Julio del 2020 y tras luchar contra una dura enfermedad Jani Pietsch dejó este plano físico para trascender.
Sin embargo, son muchas las cosas que me siguen vinculando con ella y su memoria. El año pasado viajé a Berlin en el marco de un recorrido histórico sobre la vida judía en Alemania y tuve oportunidad de reunirme con su hija Marie Rolshoven. Fue un momento muy conmovedor para las dos, un homenaje para Jani y su legado.
¿Cómo ves la actualidad judía en Uruguay?
Es una pregunta compleja y difícil de contestar porque permite distintas lecturas según la perspectiva con que sea enfocada. Cuando yo concurría a la escuela existían tres escuelas judías en Montevideo. Hoy en día quedan dos y una de ellas solo ofrece nivel inicial y primaria. Muchas familias optan por enviar a sus hijos fuera de la red escolar judía, aportándoles la “dosis” de judaísmo a través de los movimientos juveniles (tnuot) y/o los programas educativos que se imparten en las comunidades religiosas.
Uruguay es una de las comunidades judías más sionista de América Latina y esto se ve históricamente reflejado en la cantidad de jóvenes que año a año deciden hacer aliá. Esto se debe, entre otros factores, al papel que ocupan las tnuot como marcos formativos para chicos y adolescentes. Otra característica asociada a la incidencia de los movimientos juveniles, es la alta tasa de jóvenes que deciden vivir un año en Israel a través de los programas que generan las tnuot.
Esta “huida de jóvenes” hacia Israel y otros países del mundo, ha tenido un impacto en la disminución del tamaño de la comunidad, y en la lenta incorporación de las nuevas generaciones como miembros activos en las instituciones del ishuv.
La comunidad judía del Uruguay es tradicionalista y busca estar conectada con otras comunidades judías del mundo. Trabaja enriqueciendo a su colectividad en aspectos educativos, culturales y religiosos, a la vez que se enfoca en fortalecer los vínculos con la sociedad uruguaya y el gobierno.
¿Cómo creés que tu libro impacta sobre esa actualidad?
No creo que el libro tenga una repercusión sobre esta actualidad analizada desde la perspectiva interna de la comunidad judía. El desafío es llegar al público no judío que poco o nada sabe acerca de la Shoá y sembrar la inquietud de querer conocer más sobre el pueblo judío, Israel y el oscuro capítulo que supuso la segunda guerra mundial en nuestra historia.
¿Qué reflexión te merece la forma en la que se recuerda a la Shoá en América Latina?
Puedo hablar sobre lo que sucede en Uruguay, pero no tengo cabal conocimiento de como es tratado el tema de la shoá en el resto de los países de América Latina.
En el Uruguay, la Comisión Permanente del Parlamento realiza una sesión especial el día 27 de Enero en adhesión al “Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto”. Es una sesión abierta al público general y merece una destacada cobertura de los medios de comunicación. La Comunidad Israelita del Uruguay lleva adelante el acto central de Iom Hashoá al que asisten personalidades de la escena política nacional y representantes del gobierno.
Por otra parte, Uruguay cuenta con El Centro Recordatorio del Holocausto y el Museo de la Shoá que están orientados a la instrumentación de una Unidad de Documentación, Investigación y Educación en Shoá. El Museo fue inaugurado en 1965 y hasta el año 2000 fue el primero y único Museo del Holocausto en Sudamérica. Desde entonces, desarrolla visitas didácticas y charlas testimoniales de sobrevivientes para estudiantes.
En el 2009 surge el “Proyecto Shoá” que busca transmitir la historia del holocausto judío y educar en valores. El proyecto, liderado por jóvenes educadores, recorre el país brindando actividades educativas dirigidas a estudiantes de noveno grado de liceos públicos y privados de todo el país.
“Recordar y nunca olvidar”, apostando a la educación y a la divulgación de información como principales herramientas para construir una sociedad capaz de vivir en armonía en la diversidad.
Vivimos una época donde parece rebrotar el antisemitismo, ¿vos lo ves así? ¿Creés que tu libro es también una forma de combatirlo?
El aumento del antisemitismo es espeluznante y lamentablemente no es un fenómeno nuevo en la historia del pueblo judío. No debemos subestimar ningún acto y cada acción en defensa de nuestro derecho a la existencia como pueblo y nación es fundamental.
A mi entender, el libro como registro documentado, tiene valor en tanto aporta su granito de arena al estudio de la Shoá, en contra de cualquier postura negacionista.
En la medida en que se “rescaten” más historias personales y puedan difundirse, más combatiremos la ignorancia de aquellos que abrazan el antisemitismo por prejuicios y desinformación.
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