El acuerdo entre las dos potencias chií y suní de Oriente Medio se ha cerrado en China, donde las dos partes mantenían negociaciones con el apoyo de Pekín.
Arabia Saudita e Irán, las dos principales potencias del golfo Pérsico, la primera musulmana suní y la segunda chií, han mantenido desde 1979 un pulso por la supremacía en la región tras el triunfo de la Revolución Islámica en Irán que lideró el Ayatollah Khomeini.
En paralelo existía una tensión permanente, ya que Riad es aliado de Washington, mientras que Teherán considera a EEUU como su principal enemigo junto con Israel.
En julio de 1987 las relaciones se deterioraron considerablemente hasta llegar a la ruptura tras la muerte de más de 400 peregrinos musulmanes, la mayoría iraníes, en enfrentamientos con la policía saudita en la ciudad sagrada de La Meca durante los rituales de «Al Hach», mientras se manifestaban contra Estados Unidos e Israel.
Irán llegó incluso a pedir el derrocamiento de la monarquía saudita, a la que acusó de descuidar la seguridad en los lugares santos del Islam.
En 1990, tres años después de los disturbios de La Meca, los dos países reanudaron sus relaciones diplomáticas una vez que Irán tomó una actitud neutral durante la crisis y guerra del Golfo y rechazara la ocupación de Kuwait por Irak.
Con la llegada al poder en Irán en 1997 del reformista Mohamed Khatamí, las relaciones mejoraron sustancialmente y se fortalecieron en mayo de 1999 con la visita de éste al reino wahabí, la primera de un presidente iraní desde la Revolución Islámica.
Ambos países comenzaron entonces a intercambiar visitas de ministros, hasta llegar a la firma de un acuerdo en materia de terrorismo en abril de 2001.
Sin embargo, la tensión se ha agudizado en los últimos años con los levantamientos y revoluciones en los países árabes, sobre los que mantienen posturas discrepantes, especialmente sobre Bahréin y Siria, y también debido a las protestas en demanda de derechos de la minoritaria comunidad chií saudita.
En Siria, Irán apoya al régimen de Bashar al Assad en su lucha contra los rebeldes sunníes, mientras las autoridades de Bahréin acusan a Teherán de dar soporte a la opositora y mayoritaria comunidad chíi que también protagonizó una revuelta social en 2011.
En marzo de 2013, las autoridades sauditas anunciaron que habían desarticulado una supuesta red de espionaje vinculada a Irán, con la detención de dieciocho personas.
Riad rompió relaciones diplomáticas con Irán el 3 de enero de 2016 tras el asalto a la embajada saudita en Teherán y su consulado en Mashhad y un día después de la ejecución del clérigo chií disidente saudita, Nimr Baqir al Nimr.
En junio de 2017 se abrió otra nuevo escollo después de que el régimen de Teherán vinculara a EEUU y a Arabia Saudita con los atentados perpetrados por el Estado Islámico (EI) que sesgaron la vida de 17 personas en el mausoleo del imán Khomenini en la capital iraní.
Otra nueva crisis afectó en septiembre de 2019 a cuatro países: Irán, Yemen, Arabia Saudita y EEUU después de que los rebeldes hutíes del Yemen lanzaran un ataque con diez aviones no tripulados contra dos refinerías de la petrolera estatal saudita Aramco, que le supuso reducir su producción en un 50 % y de los que EEUU acusó a Irán.
En abril de 2021, ambos países entablaron negociaciones en Bagdad y el 17 enero 2022, Teherán envió a tres diplomáticos a Riad como representantes ante la Organización de Cooperación Islámica (OCI), la primera vez en seis años tras la ruptura de relaciones.
En mayo del año pasado, el ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, confirmó que había habido «pocos pero buenos» progresos en las negociaciones para normalizar las relaciones bilaterales y en julio, tras varias rondas de encuentros en secreto en Irak a nivel de jefes de inteligencia y seguridad, acordaron celebrar una primera reunión de ministros de modo abierto y a nivel político.
El 21 de diciembre Abdolahian se reunió con su homólogo saudita, Faisal bin Farhan, en la conferencia «Bagdad-2» en Amán, la capital jordana, en el encuentro de mayor nivel entre los dos estados.
Finalmente este viernes Irán y Arabia Saudí anunciaron un acuerdo que restablece sus relaciones diplomáticas, según un comunicado conjunto que precisa que ambos países reabren sus embajadas respectivas «en dos meses». EFE
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