Ricardo Angoso
El cementerio judío más grande de Lodz se ubica en la calle Bracka, en su esquina con Zmienna, y abrió sus puertas por primera vez en 1892, conociéndose en la ciudad como el Nuevo Cementerio Judío porque hay noticias de otro cementerio en la urbe que fue fundado en 1811 en otro lugar -calle Wesola, concretamente-, siendo nombrado en las crónicas como el Viejo Cementerio Judío. El periodo de máximo esplendor y desarrollo de este gran camposanto abarca desde el año de fundación, 1892, hasta 1939, es decir 47 años, y cuenta con 180.000 lápidas, de los cuales 65.000 son consideradas sepulcrales y de un valor decorativo, esparcidas en 44 hectáreas, que fueron donadas por hombres prominentes de la comunidad judía. Es considerado por muchos expertos en asuntos judíos como el cementerio hebreo más grande de Europa.
En este cementerio también fueron enterradas 43.000 víctimas del gueto de Lodz, muchas de ellas sin nombre, y sus restos se encuentran en un lugar denominado como Campo del Gueto. La mayoría de los fallecidos son judíos que murieron después de ser internados en este gran recinto carcelario debido sobre todo a las malas condiciones de vida del lugar, los malos tratos, el hambre, la propagación de enfermedades y las matanzas sistemáticas llevadas a cabo por los nazis.
Las primeras noticias sobre la instalación de judíos en la ciudad tienen su origen en el siglo XVI, periodo de crecimiento de la ciudad que contaba entonces con apenas 700 habitantes, según aseguran las fuentes históricas. En 1793, Lodz apenas tenía 11 judíos, en 1809, 98, y 1820, ya con una ciudad en pleno desarrollo, había 292 judíos censados. Entre 1848 y 1857 el número de judíos pasó de 2.000 a 3.000, llegando a representar en el año 1875 el 26% del censo de la ciudad. En 1888, la cifra de judíos viviendo en la ciudad podría alcanzar los 40.000, seguramente muchos de ellos procedentes de Rusia, Ucrania y otras partes del Este de Europa donde los hebreos eran perseguidos con saña en los numerosos pogromes llevados a cabo contra los mismos.
Los judíos contribuyeron notablemente al desarrollo de la ciudad, ocupando principalmente trabajos en la incipiente industria textil, en la banca y en otras áreas relacionadas con el comercio y la industria. Paralelamente al desarrollo de la ciudad, la vida judía tomó un gran impulso. Como fruto del mismo se abrieron cuatro sinagogas, numerosas instituciones filantrópicas, hospitales, librerías, bibliotecas, clubes sociales y deportivos y numerosas organizaciones judías, como campamentos infantiles y para jóvenes.
LA FIGURA DE POZNANSKI Y SU BELLO MAUSOLEO EN EL CEMENTERIO
Uno de esos prohombres que contribuyeron al desarrollo de la comunidad, incluso donando terrenos para el cementerio fundado en 1892, y al auge económico de Lodz fue el magnate Izrael Poznanski, quien murió el 29 de abril de 1990. Fue enterrado en el cementerio que contribuyó a fundar y su mausoleo, un auténtico despliegue del Art Nouveau muy atrevido para la época, es uno de los más bellos del lugar y de obligada visita, ya que te lo encontrarás nada más entrar al recinto sagrado.
A partir de la ocupación nazi de Polonia, en septiembre de 1939, la plácida vida de los judíos de Lodz terminó para siempre tras años de armoniosa convivencia sin detectarse problemas graves en las relaciones entre hebreos y polacos. Había habido algunos incidentes antisemitas en los años treinta, sobre todo tras la llegada al poder local de algunos políticos antisemitas, pero nada que ver con lo que estaba por llegar. El cementerio, por obra y gracia de los ocupantes alemanes, se convirtió en un lugar siniestro utilizado por las fuerzas de ocupación para ejecutar y asesinar a polacos, judíos y también gitanos entre 1939 y 1944. El cementerio, pese a todo, logró sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial, pero la comunidad judía de la ciudad, no.
De los 233.000 judíos que había en Lodz en 1939, 204.000 fueron internados en el gueto del mismo nombre en diciembre de 1939 y del que sólo sobrevivirían unos 10.000, encontrando la muerte el resto en los campos de la muerte y el gran recinto carcelario abierto por los nazis.
Al parecer este gueto de Lodz pudo haber sido el mayor de Europa, tal como hemos encontrado en una nota publicada en la red: “Hacia 1944 el gueto de Lodz, con 70.000 habitantes, era el que congregaba el mayor número de judíos en toda Europa Oriental, habiéndose transformado virtualmente en un gran Campo de Trabajo, donde la supervivencia dependía únicamente de la capacidad de trabajar. Las escuelas y los hospitales fueron clausurados, estableciéndose nuevas fábricas, entre las que se incluían fábricas de armamentos”.
(Fuente citada y consultada: https://es.wikipedia.org/wiki/Gueto_de_Lodz).
LA LIBERACION DE POLONIA
Cuando el ejército soviético liberó Polonia, en enero de 1945, solamente quedaban en el gueto de Lodz unos 870 judíos y quizá en toda la ciudad unos miles. Más tarde, unos 50.000 judíos procedentes de otras partes de Polonia y de la extinta Unión Soviética llegaron a Lodz, pero a partir de la instalación de un gobierno comunista en Varsovia y el comienzo de la sovietización definitiva del país los judíos comenzaron a huir por miles hacia Europa occidental, los Estados Unidos e Israel. El clima antisemita de Polonia, en que los judíos sobrevivientes fueron recibidos con hostilidad por la población local, tampoco ayudó a la reintegración social de esta comunidad maltratada, saqueada, abatida y diezmada.
En los años cincuenta, ya en plena glaciación comunista, la población judía de Lodz rondaba los 3.000 miembros, pero después de la Guerra de los Seis Días, en 1967, el antisemitismo se convirtió casi en una política oficial en casi todos los países socialistas y hubo una segunda oleada migratoria que mermó aún más las comunidades judías de Polonia. En la actualidad, según datos que he encontrado en una página web de estudios hebreos –http://www.yivoencyclopedia.org/article.aspx/Łodz-, habría en Lodz una población judía menor a los tres centenares.
Para concluir, pese a que el Holocausto concluyó con una de las páginas más brillantes de la vida judía de Polonia, concretamente de Lodz, el cementerio se puede visitar, está en un buen estado de conservación y tiene algunos mausoleos y tumbas realmente espectaculares y monumentales. Poco más podemos encontrar de la antaño fascinante vida judía en esta población, ¡qué tristeza!
Nuevo Cementerio Judío de Lodz, calle Bracka, número, 40
Vídeo del Nuevo Cementerio Judío de Lodz
Fotos del autor de la nota
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