Shoshani: el enigma de un sabio

Por Dr. Israel Jamitovsky

«El mundo se divide entre quienes conocieron a Shoshani y quienes no lo conocieron» afirmó en su momento el  brillante intelectual  argentino-israelí Prof. Shalom Rosenberg recientemente fallecido. Conocí a Shoshani cuando residía en Uruguay y tuve el privilegio de escuchar sus disertaciones en más de una oportunidad. Sus alumnos lo califican como un auténtico sabio y excepcional filósofo, dueño de vastísimos conocimientos del acervo judaico particularmente en el espacio del Talmud y Cábala al que se agregaba un gran dominio en el área de la Física, Matemáticas, Filosofía General, Literatura, sólido conocimiento de otras confesiones religiosas, así como excelente dominio de  numerosos idiomas.

Por razones que se desconocen, Shoshani mantuvo en  estricta reserva  múltiples detalles de su vida, de ahí que  existen tramos de su trayectoria que se desconocen o que no son muy claros. Comenzando por su nombre, la mayoría sostiene que su nombre fue Hilel Perelman, aunque uno de sus alumnos más destacados- Elie Wiesel- afirmó que su nombre era Mordejai Rosenblum. Por ello mismo,  él se auto rotuló Shoshani e incluso hubo quienes sostuvieron que prefería que no lo llamaran cuando se leían los Rollos de la Torá, para no poner en descubierto su genuino nombre.

 Shoshani nació el 9 de abirl de 1895 en Brest , Imperio Ruso a la sazón. Se sabe que en 1915 se radicó en la Tierra de Israel estudiando en la ieshivá (academia de estudios religiosos) que dirigía el Rabino Abraham Itzjak Hacohen Kuk, uno de los  líderes espirituales más importante del mundo judío en el Siglo 20.Ya en esta etapa  de la vida de Shoshani y siendo muy joven, el Rabino Kuk resaltó su talento e inteligencia. Posteriormente se dirige a Estados Unidos y en los año 30 se afinca en el Norte de África , lo que le permite  conocer a fondo la tradición de los judíos del medio así como el idioma árabe.

En 1942 está en París , al carecer de documentación  y estar circuncidado  Shoshani es detenido  por la Gestapo .Sostuvo que era musulmán y para verificar su versión los nazis convocaron al  Muftí Central de Francia. Después de departir cinco horas con Shoshani, el Muftí declaró a las autoridades nazis  que se trataba de un Santo Musulmán…

Después de la  Segunda Guerra Mundial, entre 1947 y 1952, Shoshani reside en París y a mi juicio es en este espacio en el cual deja su principal impronta. Fue maestro de destacados intelectuales y líderes espirituales judíos  como el Prof. André Neher, el Rabino Yehuda León Asahkenazi(conocido como Manitú), el talentoso escritos Elie Wiesel y en especial  del renombrado filósofo Emmanuel Levinas.

Wiesel abordó  a Shoshani  en su libro «Leyenda de nuestros tiempos» y lo vuelve a efectuar en sus memorias «Todos los ríos afluyen al mar», señalándolo como uno de sus principales maestros. En su obra «Canción de los Muertos» Wiesel puntualizó que  entre otros  Shoshani dominaba treinta idiomas-antiguos y modernos- y precisamente por su condición de judío errante, se sentía cómodo y locatario en cualquier cultura.  Sin perjuicio de ello, hace hincapié en una faceta de Shioshani que yo había apreciado también en Montevideo habida cuenta que residíamos en el mismo barrio. Me refiero a su aspecto desaliñado y totalmente abandonado en lo que atañe a su indumentaria y  presentación externa  que no se correspondía con su jerarquía intelectual y humana, posiblemente sea la secuela de acontecimientos de resorte íntimo que se registraron en su vida y que nunca trascendieron. 

Otro gran alumno de Shoshani  en París fue el gran filósofo judío francés Emmanuel Levinas. En 1947 conoce a Shoshani y durante cinco años estudian el Talmud y su influencia se refleja en las Lecturas sobre el Talmud que en su  momento publicara Levinas. Gracias a Shoshani, Levinas aborda   desde una aproximación  talmúdica tópicos tan trascendentes como la ética, la fenomenología y  el posmodernismo.

Posteriormente Shoshani se traslada a Israel radicándose en el Kibutz Religioso Berot Itzjak y otros kibutzim religiosos, retorna a París  en 1956 y después de seis meses  deja Francia y se radica  definitivamente en Uruguay.

En Montevideo, Shoshani impartió clases en diversos espacios de la comunidad judía uruguaya y personalmente   escuché sus reflexiones en diversas oportunidades. A su enorme sabiduría, le agregaba una extraordinaria memoria, atributo éste también enfatizado por Levinas. Cuando impartía lo hacía libremente sin abrir texto o apunte alguno, otro tanto  sucedía cuando oraba o escuchaba la lectura de la Biblia Hebrea. Según parece desde muy niño, impactaba a su entorno con su extraordinaria  memoria. Fue un genuino representante del racionalismo religioso judío tan típico de la corriente lituana en contraposición con el discurso jasídico. Recuerdo que en cierta oportunidad lo escuché, era el último capítulo del Pentateuco .Durante casi 45 minutos Shoshani abordó  sólo su primer versículo que comenzaba Escuchad el Cielo y la Tierra…y podíamos escucharlo mucho más. 

Un detalle importante a señalar .Cuando Shoshani  residía en Uruguay, sólo conocíamos de su vida la vía por la cual se salvó del acoso nazi. En el año 1994, el periodista judío francés  Salomón Malka publica  el libro Señor Shoshani:El Enigma de un maestro del Siglo 20.A raíz de ello Yoram Bronovsky-a la sazón Jefe de la Sección Artes y Letras del cotidiano israelí Haaretz-reseñó dicho volumen bajo el rótulo, ¿Quién eres Señor Shoshani? Es entonces que en mérito a   dicha crítica y  a dicho volumen,  es que  junto con la opinión pública israelí, tomé conciencia de la jerarquía de sus alumnos en Francia y Estados Unidos,  afloraron igualmente  voces que lo conocieron personalmente o aquellos cuyos maestros habían sido alumnos de Shoshani  en Francia y por supuesto uno de sus alumnos principales-  el Prof. Shalom Rosenberg- se tornó en un obligado referente en todo lo que hace a su vida y trayectoria. En la actualidad una de las alumnas de Rosenberg-Hodaya Har-Shefi- está escribiendo una tesis doctoral en torno a la  cosmovisión de Shoshani.

¿POR QUÉ ESCOGIO AL URUGUAY?

¿Por qué Shoshani eligió el Uruguay como destino final de su vida? Más allá del hecho que  una familia judía de Estrasburgo  que se había radicado en Montevideo después de la Segunda Guerra Mundial  haya  facilitado su venida, tengo la impresión  que  Shoshani aspiraba a una vida tranquila, a un país pequeño conocido por su tradición democrática y liberal y afrancesado en numerosos espacios,   procurando  huir  de la fama y los grandes titulares por  razones  que no trascendieron. Pauta de ello es que en su momento Elie Wiesel le ofreció radicarse en Estados Unidos, pero Shoshani rechazó su proposición.

Con todo mi cariño a la comunidad judía uruguaya de la cual provengo y que en aquel momento contaba con 50.000 almas, de haber permanecido Shoshani en Israel o en Francia-la comunidad judía más numerosa de Europa-seguramente su legado  hubiera tenido mayor proyección, repercusión y se hubiera trasmitido en mayores espacios. Menos mal que la iniciativa y jerarquía intelectual del Prof. Shalom Rosenberg   le permitieron  rescatar, asimilar e internalizar por lo menos parte de la enorme erudición judaica y universal de Shoshani – a tales efectos solía llegar periódicamente al Uruguay- y de ese modo, trasmitirla a generaciones de alumnos y estudiosos del acervo judaico. Shoshani instó a Rosenberg  a  estudiar y progresar continuamente y por ende no extraña que Rosenberg lo haya señalado  como su  maestro y referente obligado   comparándolo con el Gaón de Vilna.

Las enseñanzas que impartió Shoshani fueron orales, pero parte de ellas las volcó en cuadernos algunos de los cuales quedaron en manos de Rosenberg, quien a su vez en el año 2021 los hizo llegar a la Biblioteca Nacional de Israel en Jerusalén. Puede accederse a copia de los mismos a través del pertinente sitio en Internet.

Amén de numerosos artículos que se han vertido sobre Shoshani, cabe señalar la película Los Perdidos: Señor Shoshani-Genio  de Mathilde Hirsch, Francia, 2020.

El 26 de Febrero de 1968 falleció Shoshani en Durazno, Uruguay en el marco de un seminario continental del movimiento juvenil Bney Akiva, estando a su lado en ese momento el Prof. Shalom Rosenberg. En uno de los bolsillos de Shoshani se encontró un teléfono de una persona que residía en Zúrich. Resultó que dicha persona había fallecido 24 horas antes, de tal suerte que nunca se supo su relación con este enigmático sabio.

Shoshani está enterrado en el Cementerio Israelita de La Paz, sito en las afueras de Montevideo. En su lápida aflora la siguientes inscripción elaborada por su alumno el escritor Elie Wiesel: » El sabio Rabino Shoshani de Bendita Memoria: su nacimiento y vida continúan siendo un enigma».

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