Netanyahu promete una «solución» ante la fractura creada por su reforma judicial

Ayer, jueves, cientos de miles de israelíes volvieron las calles durante violentas protestas, para manifestarse en contra de la reforma judicial que impulsa el primer ministro.

«Haré todo lo que esté a mi alcance para llegar a una solución y calmar los ánimos en el pueblo», afirmó el primer ministro en un mensaje televisado, en el que tendió una mano a la oposición para dialogar, pero sin suspender la tramitación de la polémica legislación en el Parlamento (Knéset).

«No queremos controlar a la Justicia, queremos equilibrarla. No es el fin de la democracia, es el reforzamiento de la democracia», subrayó el primer ministro sobre su reforma, que busca suprimir la capacidad de la Corte Suprema de revisar y anular leyes anticonstitucionales y da al Ejecutivo gran control en el nombramiento de jueces.

Ayer, jueves, las autoridades desplegaron en las calles a la Policía montada y se utilizó cañones de agua para dispersar las multitudinarias protestas antigobierno, cada vez más violentas, que volvieron a replicarse en todo el país.

Los manifestantes repudiaban particularmente una ley aprobada durante la madrugada, que blinda a Netanyahu de la posibilidad de ser recusado o declarado no apto para ejercer su cargo, mientras enfrenta un juicio por varios cargos de corrupción.

Se trata del movimiento de protesta más importante de la historia reciente de Israel, surgido en enero, luego de que el Gobierno anunció la reforma.

Bajo presión, la coalición gubernamental accedió el lunes a suavizar algunos aspectos polémicos de su plan y a aplazar la tramitación parlamentaria de casi todas las nuevas leyes para después del receso legislativo, en mayo.

Sin embargo, la ley sobre el nombramiento de jueces seguirá su curso previsto en el Parlamento, y estipula que el comité de selección pasará de 9 a 11 miembros: tres ministros y tres legisladores de la coalición, además de tres jueces independientes y dos legisladores de la oposición.

«Esto no toma el control sobre la Corte Suprema, más bien la balancea y la diversifica, abre las puertas de la Corte a diferentes sectores y comunidades que han sido excluidos durante décadas», aseguró Netanyahu en su mensaje.

«En todas las democracias, incluyendo la de Estados Unidos, los funcionarios electos son los que nombran a los jueces. Israel no será una dictadura, sino similar a Canadá, Nueva Zelanda, o Estados Unidos», abundó.

«FRENAR LA ROTURA»

Los opositores a la reforma temen que, con ella, una mayoría simple en el Parlamento podrá derogar cualquier ley o decisión de la Corte, lo que podría vulnerar los derechos de sectores liberales y seculares.

«Déjenme decirlo explícitamente: esto no pasará», sentenció Netanyahu. «Mi intención es garantizar los derechos civiles, los derechos fundamentales de todos los ciudadanos israelíes, judíos, no judíos, religiosos, seculares, hombres, mujeres, miembros de la comunidad LGBTQ+«.

Sin embargo, el mandatario -que ha calificado a los manifestantes de «anarquistas»- defendió su reforma argumentando que la Corte «ha intervenido demasiado de manera injustificada» y que «con el sistema actual, los jueces pueden vetar el nombramiento de otros jueces y en la práctica se designan a sí mismos».

Netanyahu llamó a frenar la «rotura de Israel», al prometer que garantizará los derechos civiles mientras gobierna «la mayoría electa», haciendo referencia a la coalición que conforma junto a sus socios ultraortodoxos y ultranacionalistas.

 «Creo que podemos pasar una reforma que resuelva los temores de ambas partes», comentó.

Su mensaje se produjo después de una reunión privada con su ministro de Defensa, Yoav Gallant -veterano de su partido Likud-, quien iba a pedir públicamente que se frenara la reforma judicial, aunque Netanyahu logró frenar esa intervención que hubiera puesto en apuros a su Gobierno.

También se reunió con Ronen Bar, jefe del Servicio de Seguridad General, o Shabak, quien le advirtió que “la combinación de las amenazas a la Seguridad y la situación social en el contexto de la reforma, está llevando a Israel a un lugar peligroso”, según los reportes.

«He escuchado sus temores sobre la implicación de la reforma en nuestra seguridad nacional y tendré todo eso en cuenta», dijo Netanyahu.

Los llamamientos a dejar de prestar servicio militar en protesta a la reforma se han incrementado entre los reservistas de prácticamente todas las ramas de las Fuerzas de Defensa de Israel, pese al rechazo y críticas de políticos de alto rango.

«No hay excusa para negarse a prestar el servicio militar, pues amenaza directamente nuestra seguridad nacional», dijo el primer ministro. EFE y Aurora

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